¡ ocho !

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en cinco días, chan y minho lograron armar tan solo la base y letra para dos canciones, y el primer capítulo de su programa había salido al aire. minho estaba a instantes de colapsar, el hecho de no tener a su equipo con él, y sentirse tan confundido respecto a chan y la situación en la que se encontraban no lo dejaban inspirarse en paz.

por eso, ese sábado por la tarde, en vez de encontrarse en el pequeño estudio produciendo -o al menos intentando producir- las canciones que faltaban, estaba recostado en el sillón de la sala mirando las noticias y comentarios que publicaban sus seguidores en twitter, mientras que pensaba en qué hacer con chan. estaba extremadamente confundido, y él nunca se confundía.

un comentario llamó su atención, porque contenía varías fotos de él y chan sacadas del programa y editadas para hacerlas ver más bonitas. minho suspiró con una mueca al leer: ¡lee know y cb97 se ven tan lindos juntos!

ellos no se veían bien, pensó minho, al ver con detenimiento las fotos que habían subido, casi todos los fans remarcaban la mirada llena de amor con la que chan lo miraba. ¡hasta habían recortado en la zona de sus ojos para demostrar como brillaban! pero minho aseguró que era por las luces tan fuertes del lugar.

cuando dejó su celular sobre el piso, cansado de leer todas esas cosas de, por un motivo u otro, hacían que su corazón se acelerase, chan apareció por la puerta del estudio, una clara mueca de cansancio y molestia adornaba su rostro.

 — ¿pasó algo? —preguntó el australiano a la vez que se sentaba junto a los pies de lee.

— nada. solo veía twitter.

— ¿cuántas veces te dije que no deberías ver lo que escriben sobre nosotros?

minho bufó.

— si tengo ganas, voy a leerlo.

— ¿y quién te va a abrazar cuando te sientas mal por lo que dicen? —dijo chan, bastante cansado de la actitud altanera de su compañero.

— no importa quien. no necesito que me consuelen.

chan rió con una suave carcajada, y un escalofrío recorrió la columna vertebral de lee. los ojos negros de bang se clavaron en los suyos y tragó duro; al instante, sintió como el mayor se abalanzaba sobre su cuerpo, procurando no depositar todo su peso en él y usando uno de sus brazos para sostenerse, mientras que con el otro acariciaba la cintura de minho.

 — ¿no? —preguntó, sus labios apretados en una línea. — ¿estás seguro?

minho asintió nervioso, notando como chan se acercaba más y más a él. sus respiraciones comenzaban a mezclarse, las caricias en la cintura de lee se hacían cada vez más lentas, hasta que se detuvieron. los ojos asustados de minho buscaron los de chan, y cuando los encontró, sonrió levemente.

— decilo, minho. —pidió chan, rozando sus pomposos labios con los del coreano. — ¿quién va a abrazarte cuando te sientas mal?

un jadeo abandonó la boca de minho cuando sintió que la mano de bang en su cintura apretaba con más fuerza, marcando sus dedos en la blanquecina piel del menor.

— chris... chris va a consolarme. —suspiró, odiaba darle a chan lo que quería, pero no podía resistirse. — vos vas a consolarme, chris.

— ¿por qué debería hacerlo? —preguntó, sonando repentinamente dulce. sus labios abultados en un tierno puchero que minho quiso borrar con un golpe, o quizás un beso. — me trataste mal desde el día en que llegamos, lee.

minho se removió debajo del mayor, pero chan aseguró su agarre y se pegó aún más contra el cuerpo del coreano, chocando sus muslos y pelvis. minho suspiró frente al contacto.

— porque... porque te necesito, y quiero que seas vos el que me abrace.

chan sonrió y la mano que sostenía la cintura del menor, se dirigió a sus redondas y suaves mejillas. sus ojos pasearon por todo el rostro de minho, por ese lunar en su mejilla izquierda, su ojo un poco más chiquito que el otro, y el piquito que formaban sus labios.

— hermoso. —susurró, sonriendo dulcemente.

sus labios se dirigieron a los del coreano rápidamente, buscado el ansiado contacto entre sus bocas. minho lo recibió gustosamente, mordiendo, chupando y succionando su labio inferior. bang sonrió nuevamente en la mitad del beso, separándose para apreciar una vez más el bonito rostro del menor.

las manos de minho tomaron al australiano por la nuca y lo atrajo hacía su rostro, volviendo a unir sus bocas en un beso suave y lento. pensó, que quizás preferiría que chan lo consuele con besos en vez de abrazos. sus dedos se entrelazaron en el cabello del mayor y sonrió cuando volvió a acariciar su cintura.

quizás, chan no era tan mala compañía.

kiss ★ banginho, chanhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora