45. Retrospectiva

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No dejaba de mirar el horizonte desde donde estaba, el papel en su mano hacía que viera todo lo pasado en los últimos años, cada recuerdo parecía sobresalir con claridad haciendo que su corazón se encogiera, ya sea de felicidad o de angustia.

Tocó el collar de su madre que tenía en el cuello, y un para de lágrimas salieron de sus ojos, deseando que estuviera ahí con ella, necesitaba refugiarse en sus brazos para poder pedir consuelo y consejo.

Ya habían pasado cinco meses desde que los mugiwaras habían retomado su viaje hacia la gran Guerra, habían logrado retrasarla un mes debido a que Zoro no quería moverse por el parto inminente de (Tn)______; pero no podían demorar más, pues era una bomba que ya había explotado hace un año, por lo que tres semanas después del nacimiento de Khuyana, se fueron.

Khuyana, no solo había decidido ponerle ese nombre por ser el reflejo de su madre, lo había puesto porque había ablandado tanto el corazón de su padre que hizo que expresara con palabras lo que ya sabía con sus acciones. Ella era amada y digna de ser amada hasta por el corazón más duro.

Ella había intentado que Zoro le pusiera nombre, pero él había insistido en que el don del nombramiento le pertenecía a la peli(tc)_______, aunque después de saber lo que significaba su nombre, no era que le disgustara en absoluto al espadachín.

Acarició la tierra en donde estaba sentada tratando de calmar su llanto ante los recuerdos recientes; aunque también los anteriores, el cómo habían transcurrido estos cuatro años, le llenaban el corazón bastante.

Desde su estancia con los revolucionarios, (Tn)_______ estaba lista para volver tratar de retomar su vida, con lo que no contaba la mujer, era que en su viaje hacia la ubicación de los mugiwaras, se encontrara con Umigame en el camino; había sido tan extraño, ya que esa misma noche, ella experimentaba un episodio de ansiedad y el recuerdo de su madre era la que ayudaba a consolarla, por lo que tras ello, empezó a explorar los recuerdos que había compartido tanto con ella, como con su abuela, y horas después, Umigame se encontraba frente a sus ojos.

Pausó su viaje en busca de su familia, y sin pensarlo mucho, se dirigió a donde estaba la isla que había sido su hogar y tierra natal, y hasta por lo que había leído, quizás mucho más.

Cuando pisó tierra, todo se sentía diferente a la última vez que estuvo ahí; no por el hecho de que la otra vez la secuestraron, torturaron y le metieron una habilidad que ella no pidió. Si no que sentía una conexión distinta con la tierra, y una presencia se hacía escuchar a lo largo de la isla que ella parecía entender.

Hipnotizada quizás por ese vínculo, se dirigió hasta el lugar donde había sido su hogar en todo ese tiempo; y de lejos, observó cierta figura a través de la ventana que daba a la cocina, el aroma era reconocible e inmediatamente entró en el lugar.

Sin duda hubo muchas lágrimas con la señora Gen, y después de mucho tiempo, lloraba con alguien más que no era su psicóloga. Ella contó cuál era la situación de toda la isla, y como esta se negaba a dar frutos a los habitantes desde hacía muchísimo tiempo; además de que el hecho de que la isla no dejara de moverse, no ayudaba mucho.

Por instinto, al día siguiente de su llegada, se dirigió a la única colina que había y donde se encontraban sepultada su familia; y como si observaran, ni bien ella se colocó delante de la tumba de su madre, Umigame se movió bruscamente al sur, que resultaba ser la dirección a la cual ella se estaba dirigiendo para encontrarse con los mugiwaras.

El movimiento brusco de la isla no fue indiferente a los habitantes de esta, especialmente a cierto pelirrojo que sorpresivamente corrió rápido a donde se encontraba ella.

Damian había sobrevivido a la masacre del ejército de Doflamingo, pero al parecer, él ya sabía las cualidades especiales de su familia; pues fue él quien confirmó las sospechas del ex sichibukai.

Lost (Zororo Roronoa x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora