Epílogo

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- ¡Ah!

- ¡Zoro!

Gritaron mientras liberaban toda la tensión de su cuerpo debido al éxtasis que estaban teniendo tras hacer el amor nuevamente.

(Tn)______ abrió sus ojos para mirar a su esposo recogiendo aire para sus pulmones, sin duda la vista le parecía majestuosa, sentía como su corazón latía rápidamente al ver lo hermoso que era su espadachín; en todos estos años, siempre había encontrado algo nuevo de él que la hacía enamorarse cada vez más.

Ahuecó su rostro con sus manos y sin poder resistirlo, alzó su cabeza para darle un suave beso en sus labios, mientras se derretía de amor en sus brazos; ya parecía que otra ronda se veía venir, pero rápidamente sintió como el cuerpo del peliverde se tensó y cortó su beso.

- ¡Quietas! - gritó.

Ella se encontraba aún bajo los efectos de las endorfinas como para saber que era lo que pasaba con él, y no fue hasta que escuchó unas pequeñas risas al otro lado de la puerta, que entendió lo que pasaba.

- ¡Vayan a la sala! - regañó nuevamente, mientras pequeños pasos se oyeron alejarse de la puerta.

- Creí que te había quitado el mal humor - rompió a reír la mujer.

- No me gusta que nos interrumpan cuando tratamos de darles una hermanita ¡Auch! - se quejó debido al golpe que ella le había brindado.

- Como tú no tienes que lidiar nueve meses con ellas.

- Sí, pero tú solo lidias con ellas nueve meses, y yo tengo que hacerlo toda la vida - la besó, para luego retirarse de ella y salir del calor de las sábanas - ¿Lo pensarás? - preguntó mientras se ponía su ropa y se acercaba a ella para darle un beso más.

- No sabía que eras tan hogareño, Roronoa - sonrió.

- Cállate - la besó una vez más. Dio medio vuelta y salió de la habitación, mientras que (Tn)_______ en su cama, reía como tonta enamorada al escuchar los gritos de su esposo y sus hijas.

* * *

El pelaje tieso de su amigo solo hacía que su corazón se encogiera más al saber lo que significaba, sus ojos secos y con lagañas en ellos, hacía que de vez en cuando una lágrima se le escapara por los ojos.

No sabía cuando, pero era algo para lo que todos se estaban preparando, hasta Zoro se había encargado más de sus hijas debido a que sabía que ella quería aprovechar cada segundo más que le regalara la vida junto a él.

- Inti, ¿Fuiste feliz? - preguntó con un nudo en la garganta - ¿Eres feliz conmigo? - obtuvo un ronroneo de respuesta, y siguió peinando su pelaje mientras fijaba su vista en donde estaba su espadachín con las pequeñas demonios en sus brazos. 

Khuyana estaba en el brazo izquierdo de su padre aferrada a su cuello, mientras que Quilla estaba en el derecho queriendo subirse a la cabeza de este para tener más vista del mar que se expandía frente a ella; su corazón siempre latía al ver ese espíritu en ella, pues sabía que iba a llegar un momento, donde su primogénita emprendería vuelo para conocer al mundo - ¿Te acuerdas cuando solo éramos tú y yo? - rió - regaña todo lo que quieras, pero las adoras y ya no le gruñes tanto a él. Mi vida empezó a tener sentido desde tu aparición, amigo mío; siempre me habías cuidado de mis malas decisiones, y siempre estuviste conmigo cuando más te necesité - besó su cabeza - me guiaste en mi camino y sacrificaste mucho por mí - empezó a sollozar - la vida no me dará el tiempo para agradecerte por todo lo que has hecho, pero ya es hora de que descanses amigo. Ya sé defenderme, ya sé cuidar de los míos, y por si no confías en mí - rió entre lágrimas - hay alguien que es capaz de ir al infierno por mi, como tú siempre lo habrías hecho. Ya no tienes que protegerme más, yo estoy bien - tocó su barriga aún plana - estamos bien - acercó su cuerpo a su pecho - te amo tanto Inti - sollozó fuerte - gracias por todo.

Lost (Zororo Roronoa x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora