Lost (Zororo Roronoa x Reader)

43. Te amo tan mal.

Nota de la autora: les recomiendo escuchar la canción, es muy hermosa y fue la que me inspiró para hacer esta historia.

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Y necesitas saber que nadie podría tomar tu lugar.

Y necesitas saber que estoy jodidamente obsesionada con tu rostro

Oh mi corazón duele tan bien

Te amo cariño, tan mal, tan mal.

Oh, mi corazón es tan bueno.

Te amo cariño, tan mal, tan mal

Y ahora te necesito

Tú eres el único, está bien, está bien.

Y ahora te necesito,

Tanto que me mantienes despierta toda la noche.

Oh mi corazón duele tan bien

Te amo cariño, tan mal, tan mal.

Oh, mi corazón es tan bueno.

Te amo cariño, tan mal, tan mal

Mi corazón duele,

Tan mal.

- La terminaste - rompió el silencio en el que se había sumergido la mujer tras acabar la canción.

- No creí que se escuchara - confesó - no tenía intención.

- Todos la han escuchado - se acercó el peliverde al sillón donde estaba sentada - tu voz era capaz de llegar a cada rincón de la isla, eso fue lo que me guio hasta el centro de la ciudad esa vez.

- ¿Eso o tu mala orientación? - bromeó.

- Cállate - agachó su cabeza - esa fue la primera canción que te escuché cantar.

- Sí - recordó - había llevado semanas estancadas en solo unos acordes, y el estrés que Roky me daba, no ayudaba; ahora que recuerdo - miró al techo - esa fue la principal razón por la que había decidido ir a la playa ese día, quería relajarme para terminar de formar esta canción, quería inspiración.

- ¿Y la conseguiste?

- No lo sé - sonrió - esa mañana te encontré ahí, y al día siguiente tenía más acordes y algo de letra.

- Te había escuchado decir que estabas obsesionada con mi cara - no lo hacía con esa intención, pero no pudo evitar sonreír con altivez y orgullo.

- ¿Supones que la canción es sobre ti?

- ¿No lo es? - frunció el ceño tratando de ocultar su decepción.

Ella rió, y tras dejar su guitarra en el suelo, se colocó a horcajadas encima de él para besarlo; Zoro correspondió sin dudarlo. Perdieron la noción del tiempo entre sus labios y caricias, y cuando el peliverde estaba recostándola en el sofá para pasar a otro nivel, ella terminó el beso.

- Zoro - gimió cuando empezó a atacar su cuello - sabes que...

- No vamos a discutirlo de nuevo.