Soobin, 5a
YeonJun, 3aLa rutina de todos los días de Choi Soobin consistía en levantarse temprano para ir a estudiar. Su padre Omega le ayudaba a bañarse y a ponerse el horrible uniforme de la escuela. Luego tomaban el desayuno y con Beomgyu dormido en su asiento de bebé conducían hasta la enorme y bonita escuela donde Soobin había hecho muchos amigos.
La hora de entrada era a las 7 en punto y el pequeño Kim llegaba tarde casi todos los días. La mañana pasaba más o menos rápida.
A Soobin se le hacía eterna puesto que no podía esperar hasta la hora de salida. Tenía buenos amigos, sí, pero todos saben que prefería las tardes, cuando YeonJun llegaba a visitarlo y a jugar con él y su hermano.
SeokJin, en cambio, llevaba una vida realmente agitada. Se levantaba temprano para ayudar su esposo. Algunas horas más tarde ayudaba a Soobin y lo llevaba a la escuela. Al regresar debía bañar a Beomgyu y darle el desayuno. También debía encargarse del aseo de la casa, lo cual le tomaba varias horas. Cuándo menos sentía llegaba el medio día y debía recoger a Soobin.
Al regresar estaba pendiente que sus hijos almorzarán para luego ayudar al mayor de sus hijos con la tarea. También se encargaba de ayudar a Beomgyu a aprender cualquier tipo de tema. Desde los colores, los números y las letras.
Más tarde Tae siempre traía a YeonJun antes de irse a la universidad y el único hijo del matrimonio Min se mantenía en casa por algunas horas antes que Yoongi lo pasara a recoger antes de la cena.
Sí, SeokJin se la pasaba corriendo todo el día, despachando gente, enseñando a sus hijos, cocinando, cuidando el jardín, haciendo las compras.
Estaba pendiente de las facturas, citas medicas, reuniones de la escuela, reuniones con el resto de personas del vecindario y también estaba muy pendiente de las travesuras de Rap Mon.
Quizás por eso nunca se fijó bien en los juegos que sus hijos y YeonJun se inventaban.
– ¿Qué color es, Beomgyu? – Preguntó el Omega señalando el dibujo de un grillo que estaba en una de las páginas del silabario.
Gyu rascó su orejita mostrando lo súper confundido que se sentía ¿Cómo podría él saber qué color eran los grillos?
– No te, mami – SeokJin se alarmó al ver a su bebé casi llorando. Tampoco quería agobiarlo con preguntas tan difíciles.
– Los grillos son parte de la naturaleza. Mi amor, ¿Recuerdas el color de la naturaleza?
– ¡Verdeee! – Festejó el pequeño señalando su camisa, que también era verde.
El Omega lo felicitó contento. Beomgyu tenía tanto por aprender si quería ir un año adelantado y ser compañero de Jun y Tae.
– ¿Puedo jugad con Toobin y Jun? – Preguntó removiéndose en su asiento.
SeokJin lo pensó un momento – ¿Cuántos dedos tengo aquí? – Le preguntó mostrando los dedos meñique, anular, medio e índice solamente de la mano derecha.
– Cuatdo – Dijo sonriendo y tan pronto como su padre Omega asintió, se bajó de la silla listo para buscar a sus compañeros de juegos.
● 💙 ●Todos tenemos vecinos feos ¿No es así? La familia Kim no era la excepción. La vecina de al lado, era una mujer vieja y cascarrabias que odiaba eternamente a SeokJin. Él nunca supo realmente cuál era el odio si él siempre la había tratado con respeto y amabilidad. Se quejaba de todo e intentaba hacerlos quedar en mal frente al resto de los vecinos.
Pero un día se aburrió.
Quizás el hecho que Beomgyu había quebrado su parabrisas con un pelotazo intencional, había sido parte de su decisión.
– Malditos tus engendros – Le había gritado a SeokJin desde el camión de mudanza y el Omega tuvo que cubrir las orejitas de su hijo menor.
– Mami, la vetina no me cae bien.
– Tranquilo corazón. Ya no será nuestra vecina.
Y así fué. Ahora que "La vetina" se había ido para siempre, Hoseok pudo alquilar la casa y se mudó junto a su cachorro.
Ahora SeokJin tenía la casa llena de niños, considerando que Taehyun siempre llegaba por las tardes y YeonJun también.
● 💙 ●
Soobin había visto a su tío Jungkook y a su tío Jimin dándose pequeños besos en varias ocasiones. Lo mismo pasaba con sus padres, sus abuelos y también con los señores Min.
Para él, nunca fue algo de otro mundo ni mucho menos algo asqueroso. Solamente no conocía las reglas. Había escuchado a varios de sus compañeros hablar sobre besos muchas veces.
– Dice mi mami, que si besas a una niña, te pasa los piojos – Soobin sabía que los piojos eran seres malos que vivían en la cabeza y no quería tenerlos, así que se prometió a él mismo que jamás besaría a ninguna niña en su vida.
¿Será que cumplirá su promesa cuando sea un adolescente completamente cegado por sus impulsos hormonales?
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– Tío Jungkook, ¿Por qué besas a Tío Jimin?
– Por que... Lo amo mucho.
– ¿Más que a la leche de banana?
– Ammm... Sí
– ¿Por qué las personas se besan?
– Porque... Se aman muchísimo.
– ¿Entonces si yo amo muchísimo a alguien, lo puedo besar?
– Supongo que sí.
– Pero las niñas me van a pasar los piojos. ¿Puedo besar a un niño?
– Ehh
– ¿Puedo besar a YeonJun así como besas a Tío Jimin?
– Claro – Dijo Jungkook sin despegar la vista de su nuevo ordenador. Escuchó decir "Gracias Tío Jungkook" por parte de Soobin y pestañeo varias veces.
¿Soobin había estado ahí?
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YeonJun derramaba varias lágrimas sin intenciones de parar en un futuro cercano. Su rodilla sangraba levemente después de haberse caído e impactado con su rodilla derecha en el pavimento al lado del jardín.
Los "Conocimientos médicos" de Soobin no eran suficientes puesto que su rodilla aún punzaba del dolor. Tal y como había visto en el programa médico de los sábados, se dirigió a la cocina y en un trapo envolvió algunos cubitos de hielo para luego colocarlos sobre la rodilla hinchada de su pequeño amigo.
– Duele~ – Gimoteó el castaño y Soobin realmente se sintió mal al ver las lágrimas incesantes.
– Ya no llores Junnie – Soobin limpió la mejilla del contrario – ¿Si te doy un dulce de miel dejas de llorar? – El pequeño negó.
– ¿Y si te doy un beso? – Yeon se mostró sorprendido luego de limpiar sus ojitos, asintió contento.
Copiando alguna escena romántica de esas película con la que su omma siempre terminaba llorando, acercó sus labios a los labios rosados del menor. Solo hubo un choque que logró asustar a ambos.
No hubo ningún otro movimiento, y cuando Soobin retiró sus labios, sonrió, ¡Había dado su primer beso! No podía esperar a alardearlo con sus compañeros . . . Y Su Junnie ya no estaba llorando.
Desde ese día se prometió a si mismo que siempre que YeonJun se sintiera triste o lastimado de cualquier manera, le daría pequeños besos. Todo con tal de devolver a su bello rostro, aquella tierna sonrisa que el mayor tanto amaba.
● 💙 ●
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Engaged ☆ Soojun
Fanfiction- Nos vamos a casar - Gritó eufórico YeonJun mientras se lanzaba a su amigo. Soobin solo le devolvió el abrazo mientras enterraba su naricita en el cuello de su amigo de juegos. SeokJin sonrió a lo lejos al ver las ocurrencias de los cachorros. - ¿S...