005. jelly pt.1

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Al día siguiente Lisa entró a la escuela con una nueva aura. Más perversidad se veía en su rostro.

Sonrió radiantemente, como si no supiera nada, el aspecto de su profesora no era el mismo que el de hace un mes.

Su cabello ya no estaba recogido en aquella coleta estirada. Su pantalón se mostraba algo arrugado y su camisa no estaba bien acomodada. Pero los lentes seguían ahí, eran lo único que hacían que Roseanne no perdiera su credibilidad como profesora y profesional.

Lisa veía su corazón, era suave otra vez, como cuando Roseanne aún estaba en Nueva Zelanda, un corazón puro que era fácil de romper.

Roseanne ni siquiera podía mirarla a los ojos, bajó el rostro cuando la vió entrar al salón, porque su cara se volvía roja. Era un rojo exquisito, el cual le recordaba a Lisa la sangre de su mejor víctima. Se lamió los labios.

La rubia no lo podía esconder, era muy transparente. Lisa podía ver lo que pensaba.

A este punto comenzaba la fase dos, y penúltima, del plan de Lisa.

Actitud y buenos modales fue lo que le enseñaron antes de desterrarla del Inframundo. Así que con solo su mirada hacia que Roseanne se confundiera.

Roseanne comenzaba a sentir celos, celos de todos los que se le acercaban, hasta para pedirle un lápiz.

No podía dar su clase tranquila, quería ser la única en ver esos ojos cafés.

Cuando se dió cuenta, el timbre sonó.

No dijo nada más, solo suspiró esperando a que todos salieron al receso. Como siempre, Lisa fue la única que se quedó.

—¿Qué te pasa? —se acercó a ella, recorriendo con su mano el brazo de Roseanne, ubicando al final ambas manos en los hombros de ella.

—Si te soy sincera, siento celos de todos —su mano fue hacia la mejilla de Lisa, acariciando esta se dió cuenta que estaba fría y no mostraba nada de color. Se espantó un poco al regresar su vista al rostro de Lisa y ver una macabra mirada en sus ojos.

—¿A sí? —dijo Lisa con una voz ronca- Entonces quiero que todos tus días, sin excepción alguna, los pases pensando en mí —su mano bajó hasta la entrepierna de Roseanne—, sólo en mí —sonrió, antes de dejar un beso en el cuello de la mayor.

Aquel beso hizo que Roseanne se sobresaltara, era como si eso le hubiera quemado un poco la piel, pero aún así sonrió. Tal vez comenzaba a ser un poco masoquista.

¿Qué era ese sentimiento?

—¿No puedes detenerte, verdad? —dijo Lisa al ver que la grande mano de Roseanne le agarraba su muñeca para no dejarla ir— Tan celosa, sigues buscando lo que sólo yo te doy -una pequeña risita se escapó de sus labios y se zafó fácilmente del agarre-. Nos vemos más tarde.

Roseanne no dijo nada. Cuando Lisa se fue, dió un golpe en el escritorio y tiró sus cosas.

Hasta Lisa estaba sorprendida de verla así.

La rubia tomó su celular y miró aquella marca de labial en su cuello. Sonrió e inmediatamente trató de quitarla, pero por alguna razón no podía.

Corrió hasta el baño, se aseguró que no había nadie y frente al espejo comenzó a frotar con agua y jabón la marca, comenzaba a doler pero aún así no se quitaba.

Lisa, escondida entre las paredes veía con una sonrisa la escena.

—Qué mierda... —murmuró asustada cuando vió sangre, volvió a mirar bien en el espejo, no era nada. Solo Lisa jugando con su cabeza otra vez.

Después de algunos minutos de estar tratando de quitarse la marca no pudo. Se alzó el cuello de su camisa y salió de ahí en busca de su abrigo.

Al salir del baño vió a Lisa. Estaba... coqueteando con un chico.

A Roseanne le valió todo y fue hacia ella tomandóla del antebrazo, jalandola hasta llegar a su auto.

—¿Qué haces? —preguntó Lisa, con una voz de inocencia y algo chillona.

—Eres una puta, primero me seduces para luego querer meterte con otro —decía con enojo, mientras encendía su auto—. Te diré lo que tú me dijiste esa vez, ¡nadie en el mundo te cojera mejor que yo!

monster | chaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora