-No vas a comer? Perdiste el apetito por lo que te conté sobre mi "matrimonio".?
Ranma corta el jugoso bistec en mi plato. Toma el trozo con el tenedor y lo extiende hacia a mí.
-dí ah
-Sabes que puedo hacerlo yo sola, cierto?-respondo tomando el tenedor de su mano
Él sonríe y mira hacia la ventana del restaurante al que hemos venido al salir de la empresa. Mis ojos siguen sus movimientos y también yo me detengo a mirar el paisaje. La tarde de hoy tiene ese tono entre naranja y dorado.
-Presta atención Akane, porque solo lo diré una vez y nunca más lo repetiré. De acuerdo?-Me anuncia devolviendo su atención hacia a mí
Joder. No tengo idea de por qué estoy tan nerviosa.
-Akane?-insiste él
-Ok. Te escucho, Ranma.
-Me gustas, ya te lo había dicho antes pero sé que no lo recuerdas así que...la cosa es...-Ranma bebe un poco de agua de su copa y añade- lo que quiero decir es: Quieres salir conmigo?
Su mirada es tan profunda, tan azul, tan expectante que hace que mi cerebro se quede en blanco. Más exactamente dejé de pensar justo después de su "Me gustas".
-No tienes que responder que sí solo por que yo sea tu jefe.-Aclara moviendo ambos brazos frente a mí-Te lo estoy preguntando aquí y ahora. Esto no tiene nada que ver con el trabajo.
Aquí y ahora una parte de mí dice que finja un ataque de tos, mientras la otra se debate entre un: sí, claro, por supuesto, intentémoslo y un: mantengámoslo profesionalmente.
La respuesta llega a mis labios antes de que mi cerebro pueda detenerla.
.
.
.La alarma de mi celular suena insistentemente hasta hacerme levantar. Arrastro los pies hasta llegar al baño y me detengo frente al espejo a mirar mi reflejo. Mi cabello ha crecido apenas unos centímetros. Tomo mi cepillo de dientes y mantengo un pequeño debate con él sobre la posibilidad, muy remota, de cambiar de ciudad, nombre o empleo, al menos, si es posible.
Desde hace dos semanas, soy literalmente, el tema de conversación en la empresa. Sí, así es. Y ya ni siquiera tengo ganas de ir a trabajar.
Pero no es como que puedo renunciar.
Así que, solo me queda prepararme para otro día.
Apenas he dado unos pasos fuera de mi edificio cuando el auto de Ranma se detiene en la acera de enfrente.
Sigo caminando, más rápido, fingiendo no haberlo visto (como si eso fuera posible). Ranma cruza la calle y me corta el paso justo cuando estaba a punto de llegar a la esquina y tomar un taxi.
-Señorita Tendo, acaso no me vio llegar?
-Lo siento, estaba apurada, no te vi. Es verdad, lo juro.
Rápido Akane, inventa una excusa creíble
-Lo que pasa es que estoy muy apurada, tengo que comprar algo y por eso no me di cuenta de que estabas ahí
-Eres pésima mintiendo, Akane.-Me dice quitándome el bolso de mi hombro- Vamos, te llevaré.
-No es necesario, si lo haces llegarás tarde
-Oye, quién es el jefe?
-Tú-respondo finalmente derrotada
-Y que más?-dice él inclinándose hacia a mí
-Ya basta, Ranma!!-
-Oh por dios, no puedo creerlo. En serio te sonrojaste!?
-Deja de hacer eso, las personas nos están mirando
-Qué cosa? No estoy haciendo nada, todavía.
Claro que estás haciendo. Justo ahora estás sosteniendo mi rostro entre tus manos y yo no puedo evitar sentirme ansiosa... Estamos demasiado cerca y tanto contacto hará que me de un infarto.
-Entonces, señorita Tendo, aparte de ser tu jefe que más soy?
-Mi novio-respondo casi en un susurro- Ya deja de pedirme que diga eso, eres muy infantil, Ranma!
Sí, la regla única de citas de Akane ha sido rota.
.
.
.Mi relación con mi jefe tiene sus puntos positivos y por supuesto, negativos. A diferencia del hombre al que solía maldecir todo el tiempo entre dientes, he descubierto a un Ranma tierno, atento, romántico y dulce.
Pero mi ambiente laboral empezó a ser difícil. No tengo con quien ir a la cafetería estos días. Y escucho constantemente rumores estúpidos sobre mí al pasar. Debido a eso terminé discutiendo con al menos la mitad de las secretarias. Y con los empleados que me hacían comentarios totalmente desubicados.
Pero los rumores y susurros no tardaron en llegar a oídos de Ranma y pensé que él terminaría nuestra reciente relación, sin embargo fue todo lo contrario.
[Un, dos. Bien, queridos empleados, habla su jefe y dueño de esta empresa, Ranma Saotome. Como saben en este sitio soy quien toma las decisiones. Por lo tanto no permito que se esté hablando de mi vida privada en los corredores de mi edificio. Aún así, para terminar con el chisme que los ha mantenido tan ocupados les hago de su conocimiento: la señorita Tendo y yo, tenemos una relación. Le he pedido que sea mi novia y ella, después de muchas negativas, aceptó.]
Había dicho Ranma, a través de un vídeo mensaje transmitido en todas las pantallas del edificio. Estoy segura de que escupí el café.
[Siendo así, si descubro que uno de ustedes le falta al respeto a mi Akane, se las verá conmigo. Bien, pueden seguir trabajando]
El anuncio terminó y las miradas se clavaron de inmediato en mí, pero los murmullos cesaron mientras caminaba de regreso a la oficina con los documentos que Ranma debe firmar. Fue como si de repente todos hubieran perdido el interés en mí.
- Estás loco? Como puedes hacer algo así, Ranma!-le digo a media voz tan pronto entro a la sala de juntas
-Shhh-Me responde poniendo su dedo índice en mis labios.- Te estaba esperando-añade él y acto seguido me da un beso.
No es que estuviera molesta, solo estaba sorprendida. Pero si esta es su forma de disculparse, lo acepto.
-Vamos a comer, tú invitas-dice él soltándome, aunque sin alejarse.
-Quieres que salgamos de aquí justo después de tu anuncio? Sabes que estarán hablando de...
-Son los documentos que necesitan firmarse, cierto?. Dámelos. Iremos en cuanto termine.
Santo cielo, siempre cambiando de tema.
Después de unos minutos, Ranma me toma de la mano y salimos juntos caminando por el pasillo hasta el elevador. Y aunque no miro hacia atrás casi puedo ver a todos mis compañeros asomados desde su lugar.
Cuando llegamos al estacionamiento Ranma se adelanta para abrirme la puerta.
No lo voy a negar, disfruto mucho sus atenciones.
Estoy por subir al auto cuando escucho que alguien dice mi nombre, casi gritándolo.
-Señorita Akane Tendo, deténgase.
Tardo un segundo en reaccionar. Pronto cuatro hombres, dos de ellos usando el uniforme de policía se acercan a nosotros.
-Hay algún problema?-Ranma se para frente a mí
-Usted es la señorita Tendo?-Me pregunta el hombre, que al parecer es un abogado.
-Sí, soy yo. Qué pasa?
-Tengo una orden judicial contra usted
-Disculpe? No entiendo, por qué razón?
-Mi cliente la demandó por lesiones personales
-Espere un segundo, quien demonios es su cliente?!-Grita Ranma
-Soy yo, Ranma, mi amor jojojo
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Una extraña manera de amar
Short StoryUn ceo frío y distante. Una asistente torpe. Un abogado gentil y agradable. Un sentimiento de amor no correspondido en varias direcciones.