Control

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Nota de la autora
Pues, en realidad es una nota aparte pero no encuentro donde más realizarla. Yo es que soy del tipo nada tecnológica, sin redes sociales y super distraída, entonces quería hacer un reconocimiento a la página de Facebook Fanfics y Fanarts de Ranma Latino (si aún no siguen la página, háganlo, comparten contenido muy hermoso) por compartir con sus seguidores mis fics, desde hace ya unos meses. Gracias por su apoyo y una disculpa por tardar tanto ☺️🥺.

Un grito cortó el silencio de aquella casa en mitad del bosque

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Un grito cortó el silencio de aquella casa en mitad del bosque.

Ranma salió tan rápido como pudo, en dirección al lago.

Lo primero que encontró fue a Yuri corriendo hacia la casa.

-Hey, que diablos estás haciendo tú aquí?!-sujetó a la mujer del brazo sin el mínimo cuidado

-Yo no hice nada. Si, estaba molesta, pero solo quería asustarla un poco!-chilló ella

-De qué estás hablando?-preguntó Ranma con los nervios al límite-Donde está Akane?, habla!

Ella volteó hacia el lago y señaló con la mano derecha un punto distante. Ranma entonces distinguió la figura de dos mujeres que parecían estar peleando entre ellas. Soltó el brazo de su ex esposa y corrió hacia aquellas siluetas lejanas sin esperar mayor explicación.

-Ranma, cuidado, el hielo es demasiado frágil todavía-gritó Yuri aunque el joven Saotome siguió corriendo sobre el lago cristalizado sin detenerse a escuchar su advertencia.

Pronto las pudo ver con claridad. Una de ellas era Kodachi Kuno que sostenía con ahínco el largo cabello de...Shampoo?, que por cierto, hacía lo mismo con el suyo.

Qué diablos hacía allí la secretaria de su padre? Al demonio todo, no tenía tiempo para esas dudas.

-Akane!-gritó a voz viva al notarla inconciente y atada de manos sobre el hielo.

Ambas mujeres notaron en ese momento su presencia. Se miraron horrorizadas, sin saber que hacer con la inesperada llegada de Ranma.

La delgada capa de cristal del lago empezó a resquebrajarse bajo el peso de las cuatro personas reunidas.

-Señor Saotome, ayude a Akane mientras yo detengo a esta loca-se apuró a pedir Shampoo

-Tú, gata traidora!-bramó Kodachi-Cómo te atreves a culparme de lo tú que has hecho!

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-Sueltenme, que creen que hacen, psicópatas!-Akane forcejeó con todas sus fuerzas, pero no pudo evitar ser atada por las tres mujeres.

-Yo digo que le rapemos todo el pelo-Yuri sostuvo un mechón del corto cabello negro de la chica

-Claro que no, no estamos en primaria.-respondió Kodachi levantándose y pateando sin ganas el cuerpo de Akane-Déjame pensar, qué puedo hacer contigo, chiquilla insignificante.

-No. No vinimos aquí para eso.-añadió Shampoo poniendo a dormir a su ex amiga usando una antigua técnica china de combate-Ayúdenme a sacarla.

Las tres se las arreglaron para llevar a la chica hasta el centro del lago, siguiendo lo dicho por Shampoo, y dejaron caer el cuerpo atado de Akane.

-Qué, por qué la traemos aquí?-preguntó Yuri confundida.

-Tú, por qué crees?.-respondió Kodachi-Shampoo es una genio, una verdadera genio-añadió mientras empezaba a descalzar a la chica de cabello corto.

-Toma-la chica de cabello púrpura extendió su mano con los patines que había tomado antes de salir de la casa-Pónselos mientras yo llevo los zapatos a la orilla

-No sé de qué están hablando, quieren explicarme?

Tanto Shampoo como Kodachi la miraron molestas.

-Vamos a deshacernos de este estorbo-respondió finalmente la pelinegra.

-La arrojaremos al lago. Parecerá que salió a patinar y el hielo se quebró.-añadió la mujer de cabello púrpura

-Sabes que estuve pensando y si  la dejamos solo expuesta al frío? Puedes noquearla con eso que hiciste antes en su cuello y la dejamos sobre el hielo hasta que muera de frío.-sugirió Kodachi

-Eso sería muy riesgoso, qué tal si alguien la encuentra antes que muera?. Si la arrojamos dentro del lago se verá como un accidente. Conozco a esta chica tonta hace tiempo, se lo mucho que le gusta patinar sobre hielo. Nadie dudará si lo hacemos de esta forma.-terminó de explicar Shampoo

-Pensé, es decir, no.-intervino de pronto Yuri y retrocedió varios pasos- No voy a matar a esta chica. Solo quería darle un susto, quizás golpearla un poco o algo así.

Kodachi se acercó a ella, furiosa.

-Eres una inútil. Crees que voy a tomarme todas estas molestias solo para raparle el pelo o golpear a esta entrometida?

-Kodachi, no me dijiste antes. Yo no, no puedo hacer algo así.

-Shampoo, encárgate de Akane-ordenó la pelinegra mientras sacaba un arma para apuntar a Yuri que, al comprender el lío en el que estaba metida, soltó un grito de espanto.

-Oye, no estás a cargo aquí, princesa.-Shampoo golpeó la mano de Kodachi con los patines, provocando que el arma volara de las manos que la sostenían y terminara cayendo lejos.

Ambas empezaron a discutir sobre quién estaba al mando, para luego pasar a halarse el cabello y darse algunos golpes torpemente dados.

Yuri aprovechó el momento de confusión y corrió hacia la casa. Ranma la sorprendió y le exigió saber dónde estaba aquella chica.

Entonces, tras su breve explicación, lo vió correr como un tonto sobre el lago. No se quedaría para saber que pasaba.

Revisó si las llaves del auto aún estaban en el bolsillo de su abrigo. Las encontró en el lado izquierdo, corrió hasta la entrada de la casa y subió al auto. Con manos temblorosas puso la llave y pronto estuvo en camino hacia la carretera.
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-Ya basta ustedes dos, separense-Ranma cargó en sus brazos a Akane.

-Esta bruja está mintiendo, todo fue idea suya!-gritó ofuscada Kodachi

-No es cierto, ella me obligo a venir-se defendió Shampoo-Estaba preocupada por Akane, por eso fingí que la ayudaría.

-Mentirosa, te voy a dejar calva!

-No tengo tiempo para lidiar con ustedes, matense si quieren.-Ranma avanzó junto a ellas llevando en brazos a la chica que ya empezaba a reaccionar.

-Ranma, tengo mucho frío-susurró Akane y se aferró un poco más a su cuerpo.

-Está bien, amor, te llevaré a casa.

Las otras dos mujeres se miraron y soltaron sus cabellos al mismo tiempo.

-Estúpida, gata miserable-soltó por lo bajo Kodachi mientras arreglaba su cabello negro.

Shampoo vio como Ranma se alejaba de ella junto a Akane.

Molesta y sin muchas más opciones dio un par de pasos y recogió del hielo el arma que antes había estado en manos de Kodachi Kuno.

-Ranma!-gritó, pero el hombre no se detuvo.

Apuntó el arma y disparó.

Un último crujido se ocultó con el sonido del disparo. Y el hielo del lago, finalmente, cedió bajo sus pies.

Una extraña manera de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora