Brooke Philip

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[CAPITULO 30]

Estaba de regreso nuevamente en el hospital, cargando en el bolsillo de mi chaqueta un acta con la firma clavada de Clark y un enorme sello rojo de "Misión Fallida". Ahora aquella hoja estaría dentro de mi expediente solo hasta que Jeremy despertara y si este no lo hacía durante el plazo que él había pedido cuidarlo, entonces oficialmente había fallado. Ya no podía sacar mi arrogante actitud de perfeccionismo, no ahora que había decidido dar el brazo a torcer por Jeremy.

Hola —el hermano mayor de Naomi, Bruno, apareció en la sala de espera tomando asiento a lado mío—. Quería disculparme por el incómodo momento que nos hizo pasar Naomi, a veces esa niña no sabe cuándo callarse.

—Tranquilo, no hay por qué preocuparse es una niña muy linda —me levante de la silla al notar que la hora de visitas había comenzado por lo tanto debía ir hasta donde Jeremy—. Si me disculpas debo retirarme.

—Oh claro descuida, adelante.

Saque la mano de mi chaqueta para extenderla hacia Bruno y en ese momento note como el papel del acta se había caído quedando a plena vista del rubio, este la tomo lentamente notando el enorme sello plantado en la blanca hoja, sus curiosos ojos leyeron con detención parte del contenido y me vi a la necesidad de arrebatarlo de sus manos bruscamente, ganándome de su parte un gesto confuso y temeroso.

¿Acaso eres agente de la ISSU? —preguntó retrocediendo un par de pasos.

Creo que has leído suficiente como para saberlo.

—He investigado sobre ustedes y por lo que sé todos ahí son unos asesinos, trabajando con armamento nuclear y terroristas —me señalo bruscamente mientras elevaba su tono de voz, captando la atención de algunas personas que se encontraban en el lugar—. Aléjate de Naomi o juro que llamare a la policía.

—Lamento tanto que tu idea sobre nosotros no sea del todo cierta —doble el papel en cuatro partes y lo guarde nuevamente en el bolso de mi chaqueta—. No me acercare a Naomi si prometes no decir nada de esto.

—No le diré a nadie tu sucio secreto ni la repulsiva persona que eres, solo aléjate de Naomi, no quiero que este cercas de una terrorista.

Bruno salió a paso apresurado del lugar desapareciendo por completo de mi vista, durante el resto de la tarde no lo vi en la sala de espera ni a él ni a Naomi. Esta era la clase de cosas que odiaba al pertenecer a la ISSU, pues cuando una persona se entera de algo así salen huyendo juzgándome como un vil monstro que debería estar tres metros bajo tierra. Pues era de esperarse que se guiaran más por las palabrerías del Internet, pues muchas de ellas no eran ciertas, lo cierto aquí es que todas estas personas han estado a salvo gracias a que les hemos salvado sus vidas un par de veces.

No siempre éramos los malos del cuento.

Había llegado la hora de entrar nuevamente a la habitación de Jeremy y volver a verlo sin reacción alguna, mi cuerpo cada vez se sentía más cansado y solo deseaba que aquel hombre despertara o que diera alguna señal de vida. Aquellas dos semanas de desvelos, dormir en incomodas sillas y comer comida instantánea no le estaban haciendo bien a mi organismo.

Estaba dispuesta a tomar una pequeña siesta en el pequeño sofá que estaba en la habitación, aquel que había remplazado a mi cómoda cama, pues quien sabe por cuánto tiempo aquella habitación de hospital se volvería mi pequeño lugar para vivir. Me había llegado un nuevo mensaje de un número desconocido a mi celular, para mi gran sorpresa era del Sr. Philip quien me pedía que fuera a la habitación 32 del octavo piso, y así lo hice, salí de la habitación de Jeremy y me dirigí a la que el Sr. Philip me había señalado, di un par de toques a la puerta y esta se abrió dejándome ver a aquel elegante hombre y por si fuera poco también estaba su sobrino Richard con heridas en su rostro que ya estaban cicatrizando, así mismo tenía su pie izquierdo envuelto en yeso y vendas.

Mi Próxima MisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora