Dulce premio

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[CAPITULO 32]

Ambos por fin habíamos llegado hasta la enorme mansión del millonario, le ayude a bajar del carro y encaminarlo directo a su cuarto para asegurarme que no fuera a su oficina y se pusiera a trabajar. Justo en ese momento había recibido un mensaje de Clark pidiéndome que inmediatamente me presentara en su oficina, fue un mensaje corto y con el enorme significado de que tal vez ya se había enterado del ahora fructífero estado de salud de Jeremy.

Inmediatamente volví al auto y prendí a gran velocidad hasta las enormes instalaciones de la ISSU, que como todos los días se encontraba abarrotado de gente que no paraba de trabajar. Tome el elevador y subí hasta el último piso del edificio, donde al fondo del pasillo se encontraba la oficina del gran jefe.

Toque un par de veces la puerta donde inmediatamente recibí respuesta de Clark, no pude si quiera evitar sentir un poco de nervios al tener que encararlo nuevamente— ¿Me has llamado?

—Toma asiento por favor —señalo la silla enfrente de él y guardo inmediatamente los papeles que tenía encima de su escritorio para despejar el área—. Seré lo más directo posible Aly, ya ha pasado casi un mes desde que tu misión entro en estado de coma y no puedo estar dándote el lujo de perder tu tiempo con un hombre en quien no sabemos si despertara o no —saco de uno de los cajones de su escritorio mi expediente dispuesto a ingresar la primera acta de una misión fallida—. Jamás creí que te descarrilarías nuevamente así que tendré que mandarte inmediatamente a la base de Texas para que te compongas nuevamente.

—Sí, aam respecto a eso, me temo que no será posible —Clark volteo a verme confundido sin entender absolutamente nada—. ¿Acaso no te lo ha dicho tu fiel mono sirviente?

— ¿Decirme que?

—Ya veo que el idiota de Henry no te lo menciono —tome una positura más recta en la silla lista para soltar con descaro mi exitoso triunfo—. Jeremy despertó del coma hace tres días.

Parecía que el alma de Clark se le había ido hasta los pies, sus furiosos ojos lo delataban al igual que la saltante vena en su cuello que mostraba que no estaba dispuesto a perder ante uno de sus agentes y mucho menos ante la que él había entrenado.

—Necesito que Henry venga inmediatamente a mi oficina —hablo por una mini bocina a una de sus secretarias que no tardo en llamar a la mano derecha del jefe.

No creí decirlo, pero realmente estaba disfrutando viendo como había sido derrotado en su propia jugarreta, el hombre estaba tan cabreado que apostaba que en cualquier momento podía terminar echando humo por los oídos o incluso ahorcar con sus propias manos a Henry a quien le pronosticaba una próxima lluvia de insultos por parte de Clark.

¿Me buscaba señor? —el hombre de pelo cobrizo entro con algo de nerviosismo y agitado a la oficina de su amado jefe, ni siquiera se había inmutado de mi presencia en el lugar.

¿Qué tanta mierda estás haciendo que no te pones a hacer tu trabajo? —comenzó Clark escupiendo todo su veneno al cuarentón hombre que cada día me daba más lastima—. ¿Por qué chingados no me dijiste que Jeremy ya había despertado?

—Disculpe señor yo realmente no tenía conocimiento alguno de ello —comenzaba a hablar nerviosamente, su arrugada frente comenzaba a llenarse de sudor y sus labios estaban resecándose por haber metido la pata. Fue entonces que en ese momento volteo a su derecha para notar mi presencia en la oficina, ya no sabía si estaba más nervioso por el regaño de Clark o estaba furioso porque lo había pillado no haciendo su trabajo de vigía—. Llamare ahora mismo al hospital para corroborar que sea cierta la información.

Mi Próxima MisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora