ℱ𝓊𝒸𝓀𝒾𝓃ℊ 𝒦𝒶𝓇𝓂𝒶 【𝙺𝚊𝚛𝚖𝚊𝚕𝚊𝚗𝚍 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎 𝙵𝚊𝚗𝚏𝚒𝚌】

Capítulo 19

Una buena historia se debe contar desde todas las partes, todos los datos y pequeños detalles son cruciales para entender cada aspecto de la historia y eso incluye el punto de vista de cada uno de los participantes de esta.

Pero quizás más importante es conocer sobre el mundo donde viven, después de todo aquello siempre iba a ser un factor importante...

Un mundo habitado por todo tipo de fantásticas criaturas suena a algo hermoso, ¿no es así? Convivir con seres que van más allá del entendimiento es el sueño de todos, ¿cierto? Oh tristemente la realidad es más complicada que esa...

Por naturaleza los humanos y casi cualquier especie teme a lo que no conoce, a todo aquello que pueda ser una amenaza a su supervivencia. Sin embargo cuando el miedo se sale de control, todo lo demás también lo hace...

"Es por tu seguridad"
"Esos monstruos quieren comernos"
"Son el enemigo"
"Ellos son seres malvados"
"Eliminenlos"

Esas palabras que a oídos de aquellos que temían era una salvación y una esperanza, para aquellos que eran amenazados eran una alarma, un gritó de guerra que advertía del peligro y amenazaba con la muerte; oh pero eso no era tan sencillo de aceptar...

El peligro inminente llegó a los oídos de aquellos que iban a ser eliminados y por obviedad estos empezaron a defenderse de las cazas dirigidas contra ellos, los híbridos salvajes que vivían tranquilos en sus comunidades actuaron salvajemente contra los humanos que mataban a los suyos uno a uno, pero casualmente en grupos grandes para que tuviesen la ventaja; los híbridos mitológicos se defendieron con sus respectivas habilidades, las sirenas con sus cantos e instintos homicidas, las brujas con sus hechizos y demás encantamientos, los demonios con su clara ventaja en la noche y su crueldad natural, las ninfas se refugiaron en lo profundo de los bosques asesinando sin piedad a quien se acercase a su zona sin importar su raza.

Raras veces se han cruzados ambos tipos de hibridos, mitológicos y salvajes, por naturaleza estos son enemigos y siempre pelean por poder o territorio, pero la guerra sin sentido iniciada por los humanos los llevo a hacer pequeñas alianzas entre ellos. Los animales de bosques como osos, aves y algunos mamíferos se aliaron con las ninfas para cuidarse mutuamente, las brujas se aliaron con los lobos en un pacto silencioso de ayuda mutua, las sirenas se aliaron con todos los híbridos marinos accediendo a compartir territorios por seguridad, mientras los demonios optaron por no aliarse con nadie.

Una rivalidad de siglos que habían llevado mitológicos y salvajes había parecido desvanecerse con lentitud por un enemigo en común que lentamente fue ganando más y más fuerza hasta volverse una verdadera amenaza...

Cientos, no, miles de humanos entrenados a lo largo del Overworld con el único propósito de cazar, capturar y asesinar híbridos de todas las clases estaban esparcidas por el mundo y realizando genocidios a esas civilizaciones cuyo único error había sido no prepararse para la batalla a tiempo...

Un error que no sería cometido dos veces.

Las eras pasaron aún entre guerras y batallas que solo formaban un círculo vicioso de destrucción y muerte que incluso ya había cansado a los mismos dioses quienes un día hartos de esta situación, que ya con los años se había vuelto tediosa, para ellos hicieron caer el caos en una especie de "pueblo" donde cada especie había habitado en su momento, destruyendo los avances de la apropiación humana de los territorios, regresando la tierra al estado original antes de que cualquier ser vivo pisase su extensión.

Un rayo caído del cielo dio paso a una voz de ultratumba que resonó en lo profundo de cada persona "- Su guerra sin sentido ya nos ha aburrido, sus pueblos serán destruidos y solo podréis recuperarlos en alianza con aquellos a los que se la arrebataron -" exclamó en seriedad aquel dios mientras todos observaban expectantes, pero antes de que que alguien dijera algo un segundo rayo cayó llevando con él un enorme trozo de cristal que emitía una enorme luz.

Quizás era una herramienta, quizás era un regalo, quizás ambas... Pero aquel cristal enorme había elegido con su luz a tres jóvenes que habitaban en aquellos parajes como sus nuevos defensores, como aquellos se comunicarían con los dioses, uno de cada especie, un humano, un híbrido salvaje y uno mitológico...

Claro que los años que siguieron trajeron cambios, que para bien o para mal, formaron el Karmaland actual, un nombre elegido por los mismo héroes, en el que vivían a día de hoy y cuidaban junto con nuevos héroes cada uno con atributos propios que los caracterizaba y aportaba algo nuevo al equipo que conformaban.

Pero esa solo era la superficie, los daños que habían traído las batallas y las guerras por generaciones no se iban a olvidar con facilidad. En los inicios de aquel poblados no fueron pocos los atentados a los guerreros llamándoles traidores a los que eran humanos y a los que no los eran llamándolos abominaciones, pero claramente eso no quedó así... La discriminación y el maltrato hacia todos los híbridos y criaturas fue penado severamente, a tal punto que su sola mención fue establecido como un taboo en pueblo y sus alrededores, corrieron toda clase de rumores que finalmente generaron suficiente miedo como para que ninguna persona el pueblo los mencionará y lentamente empezaba a olvidarse de nuevo...

Pero cierto día aquella confrontación entre los que dirigían el pueblo reavivó todos los rumores y creo nuevos, los cuales parecieron confirmarse hasta cierto punto con la llegada de aquel hombre de largas y blancas barbas al pueblo, Merlon, pero aquello nunca llegó a los oídos de los héroes, aunque si a los de ciertos personajes que se escondían entre las sombras observando cada movimiento esperando el momento adecuado para tomar posesión de aquellas tierras y de quienes en ellas habitaban, buscando una tardía pero silenciosa venganza por sus caídos de tiempos pasados...

Una nube negra se avecinaba sobre aquel floreciente pueblo y no lo sabían...

Raíces que prevenian la tragedia se habían esparcido lentamente desde años atrás y nadie parecía percatarse del peligro que representaba... O quizás si y simplemente en su inocencia habían elegido ignorarlo...

Lentamente cada una de las piezas en este rompecabezas de la perdición empezaba a encajar y cuando estuviera completo... Que los dioses amparen a los pobres que sufriran sus consecuencias...