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El niño miraba todo con asombro, olfateando todo con gusto. Su naricita nunca se sintió tan bien;  cuando olfateaba dentro de el callejón solo llegaba un olor putrefacto a él y eso hacia que su cabeza doliera, no le gustaba; ahora su cabeza no dolía, ahora se sentía bien.

- Vamos a limpiarte ¿si?, después haré que tu piesito ya no duela - el omega se aseguró de que el niño asintiera antes de caminar a su habitación.

Una vez dentro de la habitación todo se sentia mejor para el pequeño niño, pudo reconocer el olor de Jungkook impregnada por todo el lugar, también percibió otro olor, que gustosamente inhalo muchas veces.

Curioso miro hacia todas las direcciones, agradandole lo grande que era la habitación y lo iluminada que esta era; muy diferente al callejón feo, donde todo era tan oscuro, no le gustaba la oscuridad, le asustaba.

– ¿Que es eso? - señalo con su pequeño dedo.

– Eso es una cama, es muy comoda - sonrió - después podrás comprobarlo, cuando estés limpio.

El pequeño asintió emocionado. Jeon lo llevó al baño, y con cuidado lo sentó un momento en el inodoro, mientras que el llenaba la tina de agua tibia. El niño solo lo miraba con grandes ojos curiosos.

- ¿Cual es tu nombre? - Jungkook se colocó en cuclillas delante de el, aprovechando el tiempo que le daba la tina al llenarse.

– Beom - pronunció con felicidad.

El mayor llevó una mano a la mejilla sucia del niño, acariciandola y mirando con cariño como el pequeño restregaba su carita contra su mano, buscando más de las caricias.

– ¿Beom? - puchereo y al recordar sacó un pequeño papel de su bolsillo trasero, lo miro un pequeño rato y se lo entregó a Jungkook.

El mayor lo tomó, notando que era una fotografía del niño cuando era aún un bebé, inevitablemente sonrió con ternura, volteó la fotografía y detrás tenía escrito el nombre de el niño y debajo una fecha.

- Beomgyu - leyó en voz alta. Al levantar la vista, noto como el niño asentia feliz con sus ojitos brillantes - tu nombre es muy bonito, yo me llamó Jungkook.

- Koo - dijo feliz, moviendo sus pies que colgaban tiernamente - Junkoo - volvió a mencionar, ahora conforme con su gran pronunciación. Jungkook asintió con un sonrisa.

- Pequeño, tengo que quitar tu ropa - Beomgyu ladeo la cabeza y siguió moviendo sus pies en el aire - ¿me dejas? - Beom asintió.

Jungkook lo desvistio con cuidado, temiendo lastimarlo o hacerlo sentir incómodo. Levantó al pequeño en sus brazos y lo metió a la tina. Beomygu asustado se sostuvo con fuerza de la ropa de el omega, temiendo al contacto con el agua.

- Tranquilo amor - Jungkook soltó feromonas para calmar al niño - tienes que ser fuerte - el niño asintió con sus lágrimas cayendo, Jungkook logró sentar al pequeño en la tina y fue lo mas cariñoso y cuidadoso posible, no quería dañar de ningún modo al pequeño. Viendo que Beomygu poco a poco se acostumbraba al agua, pudo limpiarlo con más confianza.

Todo el tiempo intentó hacerlo reír, consiguiendolo con facilidad, aunque el pequeño volvió a llorar cuando Jungkook paso el jabón por su cuerpo, pues al tener algunos rasguños aun no sicatrizados le dolía y también se asustó cuando Jungkook lavó su cabello.

Al terminar, Jungkook lo envolvió en una toalla y lo sacó del baño; al llegar a la cama lo sento en sus piernas, observando su pequeño rostro ahora limpio, era un niño muy tierno y bonito. Tocó su rostro y dejó besitos en las mejillas del pequeño, escuchando sus risitas.

Mío...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora