Capítulo 12

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La castaña se quedo parada ahi en aquel rincón de la casa, estaba toda la casa en un completo silencio, todos los invitados estaban asombrados. Nunca se imaginaron que la gran Lalisa Manoban se casaría y menos aún siendo joven, si le habian conocido una que otra novia, pero sus relaciónes no fueron serias a los ojos de los demás. Ella sufría, la lastimaban, la botaban como una bolsa de basura y su condición no la ayuda en nada. Ella era romántica, atenta, cariñosa, comprensible, pero sus novias solo la querían para pasar el tiermpo o eso es lo que se escucho de la boca de su ex. 

Después de un gran silencio la joven sonrió ante todos y comenzó hablar de nuevo.

Lisa: Cariño, amor, ¿donde estás?

La castaña se asomo y la miro con asombro.

Lisa: Ahí estás.

La joven alzo sus cejas expresando que se acercara y la editora aún estaba en shock.

Lisa: Ven aquí, bombocito.

La joven editora entendió y se acerco poco a poco.

Lisa: Eso es.

Camino como toda una modelo, sonriendo como si hubiera hecho un logro más.

Chitthip: ¡Damas y caballeros! Aquí está, aquí esta la hermosa prometida de mi hija. 

La señora Manoban comento. Ambas sonrieron por cortesíia, ante ese comentario.

Jennie: Gracias.

Miro la pelinegra a la castaña, todo los invitados aplaudieron y ambas chicas se miraron por unos cuantos segundos. La abuela y madre de la pelinegra sonrieron ante esa escena, pero también estaban en shock. Los meseros comenzaron a servir copas con champaña, hasta que todos los invitados tenían una. La única libre de copa era la pelinegra, pues no quería complacer a su padre.

Jennie: ¿Esa es tú idea del momento perfecto? Por que es muy brillante, muy oportuno.

Comento la castaña con sarcasmo y dirigió su copa a sus labios, dio un pequeño sorbo. Una joven de piel muy clara de la estatura de la pelinegra, se acerco a ambas con una hermosa sonrisa.

X: Lisa, que gusto.

La pelinegra la miro con asombro y con un brillo en sus ojos la abrazo.

Lisa: Irene, que sorpresa.

Tardaron en aquel abrazo, el cual estaba siendo incomodo para la editora-empresaria. Ambas se separaron, pero la pelinegra la tomo de las manos.

Lisa: Que alegría encontrarte, no sabia que ibas a estár aquí.

Comentó con una sonrisa boba y Jennie bufo.

Irene: Tú mamá queria que fuera una sorpresa y bueno, pues sorpresa.

Dijo con un poco de emoción y tristesa. 

Lisa: Bueno.

La joven miro hacia la derecha de la pelinegra, esta no despegaba los ojos de la ojimarron.

La Propuesta | JenLisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora