Capítulo 18

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Ambos cuerpos chocaron y la pelinegra no sabia donde colocar ambas manos. La castaña se agarro de la espalda de esta y en su intimidad sintió algo, duro y suave. La pelinegra se encontraba debajo de la ojimarron, esta la miro asombrada.

Jennie: ¡Por Dios!

Bajo su mano hasta aquel artefacto que apretaba su intimidad, lo tomo y la pelinegra gimió.

Jennie: ¡Por Dios!....¿Que es eso?

Elevo un poco la voz, esta se levanto.

Lisa: ¿Por que estás mojada?

Pregunto la pelinegra ya de espalda. 

Jennie: No mires, no me mires.

Ordeno Jennie, mientras se tapaba sus senos con una de sus manos y la otra tapando su parte baja. Camino o más bien hincada camino hacia el sofá y la pelinegra va de espalda. Su toalla no había caído tan lejos, solo se enrollo la toalla en la cintura y la castaña tomo un cobertor.

Lisa: Con la fabrica de bebe no.

Tomo otro cobertor.

Jennie: ¿Q-que?... ¿Q-que fue lo que toque? Ponte algo que cubra tús pechos.

Pregunto nerviosa.

Lisa: No quiero hablar sobre el tema y ​​somos mujeres, no te preocupes estoy acostumbrada.

Comento con un tono triste.

Jennie: ¿Quieres explicarte?

Pregunto la castaña frunciendo el ceño.

Lisa: No quiero, ¿que haces en la habitación? Apareciste de la nada y iba a nadar.

Comento alzando un poco la voz.

Jennie: ¿Que no me escuchaste?

Reclamo la castaña.

Lisa: No, estaba escuchando música.

Respiro profundamente.

Jennie: No quise cruzarme así contigo, tú perro me ataco.

Trataba de mirarla a los ojos, pero su vista baja hacia aquel fuerte, marcado y liso abdomen. No podía alejar la vista.

Lisa: ¿Que sucede entre el perro y tú?

Pregunto mirándola a los ojos.

Jennie: Es q-que... B-buen, mejor vete.

No podía articular alguna palabra.

Lisa: ¿Sabes que? Bien.

Se alejo la pelinegra.

Jennie: Date una ducha, apestas.

La editoro tomo la mina de la puerta.

La Propuesta | JenLisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora