El tercer encuentro y mi amigo el anónimo.

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Era temprano aún y estaba por meter las cosas y cerrar, si, cerrar temprano, simplemente no se sentía bien.

Y es que desde hace una semana había sentimientos en él muy fuertes, se sentía necesitado de alguien.

Pero no sabía de quién, y eso le frustraba.

Le gustaba no necesitar a alguien en su vida y por momentos creyó que vivir solo por el resto de su vida, en su propia casa, siendo su propio jefe no sonaba tan mal, de hecho no sonaba para nada mal.

No le atraían las relaciones amorosas, solo sabían atraer problemas ya sea en la relación o hacia su persona, por lo general oía decir a las personas que eso causaba un desorden interno.

Pero..¿Por que se sentía tan necesitado de alguien?.

¿Quizás, su mamá? Hace tres años fue que decidió independizarse sosteniéndose de un trabajo como profesor de danza, le daba suficiente dinero como para rentar un departamento pequeño y tener una vida normal sin embargo él no quería eso, así que mientras daba clases de danza trabajaba como mesero en un restaurante.

Ahorraba el dinero de su segundo trabajo para así poder cumplir su tan anhelado sueño que por sierto queria compartir con su abuelo, por desgracia su tan avanzada edad no lo permitió, de tan viejo que estaba le atacaban horriblemente los delitios de la demencia, por parte de los achaques de la vejez hasta el punto de olvidarse de su propio nieto.

No era su culpa por supuesto, Jimin lo sabía así que le tenía mucha paciencia pues padecer de aquello, no parecía cosa sencilla.

Amaba a su abuelo, y sin duda alguna quería cumplir su sueño con él, pues primero fue sueño de su abuelo antes que de él, y sinceramente tener su propio café era un orgullo pues cada que entraba a la cafetería para laborar, se daba el tiempo de pensar en su abuelo con verdadera nostalgia y decir con gran placer "lo logramos abuelo".

Oh eso era placentero, sin duda placentero aún que un poco abrumador.

Todavía recordaba cuando de pequeño lo sentaba en su regazo y le contaba con tanto anhelo su meta en un futuro.

"Un día ChimChim, un dia voy a tener mi propio café y se volverá famosa mi tarta de limón".

Y es que lo decía con una sincera sonrisa y ojos donde parecían habitar galaxias viendo a la nada como visualizando todo.

Y simplemente Jimin admiraba tanto eso, que su abuelo le terminó contagiando su sueño.

Ya se encontraba caminando por la orilla de la banqueta con las llaves en la mano, mientras su otra mano la pasaba por su cabello despeinado gracias al viento.

Se sentía raro el regresar a su casa temprano, apesar de ser su propio jefe, ciertamente mantenía la puntualidad, el orden y su responsabilidad, odiaba la holgazanería, o por lo menos hacia sí mismo.

Cruzó la calle y siguió caminando con el familiar sonido de las llaves en su mano al caminar, pero esta ves canturreaba una canción en voz baja.

-Ultungbultung meosjin mommaee. Susurraba mientras hacía pegar las llaves en su pierna, con un ligero sonido de coches pasando la carretera.

Pasó la tarjeta por el acceso e inmediatamente la puerta chillo y dejó pasar a Jimin.

-Meosjaengi tomato, ¡tomato!. Grito en un susurro mientras se descalsaba.

Sentía extraño regresar a casa y verla iluminada por el sol en posición de las 11 a.m. y que no fueran días de descansó.

Dejó colapsar su cuerpo en el sofá y prendió la esbelta pantalla de plasma.

2U- ALMAS GEMELAS. ʏᴏᴏɴᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora