Hay pocas que contar de alguien que tan solo es un secreto encerrado; pero hay mucho que contar de un secreto liberado el cual grita sin la necesidad de hablar.
Esto soy yo, Cassandra Chernyshev, la adorable y pequeña Cassy; como me solian decir...
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Mi vida volvía a ser una ruina; semana después del encontronazo de Logan y Toni cara a cara, unas amenazas evidentes me llevaron a la espiral de autodestrucción.
Todo lo que podía hacer mal lo hice; ante extorsión y la amenaza contra mis más cercanos, solo pude alejarme de ellos por seguridad.
Había desaparecido hace 5 días; los telediarios y prensa anunciaban mí desaparición, aunque pasará desapercibido debido al incremento brutal de hormicidios.
El pequeño piso se inundaba de un gran aroma a café recién echo, el cual puse en una taza mientras de fondo podía escuchar las baladas de la radio, las cuales inesplicablemente parecían hablar de lo que sentía por el Gambino.
Una vez servido el café me encaminé al sofá para tomarlo tranquila, lo cual fue inútil ya que mi teléfono empezó a sonar; al sacarlo del mi bolsillo vi una llamada entrante con el nombre de Logan lo cual a duras penas y desganada descolgue.
Logan: buenos días princesa dice con una voz cínica y autoritaria provocando que cerrase los ojos reprimiendo mis ganas de llorar.
Yo: que mierdas quieres ahora anormal? Pregunto con irá dejando la taza en la mesa mientras paseaba por el piso.
Logan: oye princesa no me seas así de agresiva a nuestros hijos no les gustará comenta divertido junto unas risitas provocando que mi cuerpo se paralizará al solo echo de recordar lo que pasó en el callejón. Se te comió la lengua el gato? Que linda... Bueno la cosa en cuatro horas te quiero en la parte trasera del casino; y esto cariño es un regalo adelantado. Continúa de forma segura y amenazante para luego colgar la llamada.
Al separarme del teléfono sentí una fuerte presión en mi pecho provocando que temblará y perdiera parte de mi estabilidad obligándome a sentarme en el sofá.
Narra Toni Gambino
P
or quinto día seguido lo volví hacer.
Regrese al amanecer lleno de sangre; mi ropa, mis manos, mi cara... Todo de mi estaba cubierto de sangre. Lo peor era que mi interior estaba cubierto de su ausencia, Cassandra se había dado a la fuga, había desaparecido completamente.
Miles y miles de llamadas al día no sirvieron de nada ya que siempre saltaba el contestador automático. Y una localización al móvil? Inútil, completamente inútil, su dispositivo daba señar en 7.000 puntos del planeta tierra.
