ᴋᴀᴢᴜᴛᴏʀᴀ ʜᴀɴᴇᴍɪʏᴀ

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Otra hermosa mañana. Tu alamar sonó marcando las 7:00 am, no querías pero tenías que levantarte para poder arreglarte. El instituto empezaba a las 8:00 y hoy no podías llegar tarde.

Hoy iba a ser un día especial, o eso querías pensar.

En unos cuarentena minutos ya estabas lista, no era como si demorarás tanto para arreglarte pero cada vez que hacías algo te quedabas viendo a la nada mientras bostezabas.

Saliste de la casa y empezaste tu camino hacia el instituto, lo bueno era que no quedaba muy lejos, talvez unos 10 minutos a pie pero eso era más que susuficiente para llegar a tiempo.

Llegando al lugar lo primero que hiciste fue empezar a buscar a Kazutora, pero por algún motivo no lo encontrabas. Buscaste en su clase y preguntaste por el pero todos dijeron que no lo habían visto hoy.

Estabas decepcionada, todos tus planes se habían ido a la basura, pero en ese momento viste a la persona que talvez podría ayudarte.

- ¡TAKEMICHI! - gritas te corriendo en dirección al rubio.

- ____, ¿estás bien? - te miró extrañado. Entendias porque se sorprendía, era raro que hables con el ya que la mayoría del tiempo te la pasabas con tu mejor amigo.

- si, solo que no encuentro a Kazutora y se me hizo raro, por lo general me avisa si va a faltar... ¿sabes donde podría estar? - preguntaste algo nerviosa.

- No, pero talvez este en su casa.

- Talvez tienes razón... voy a su casa para ver si está ahí.

- ¿Vas a faltar a las clases? - dijo nervioso.

- Si, la verdad es que tenia planeado faltar de todas formas, no hice la tarea de física y prefiero saltarme ese regaño.

- Esta bien... me avisas si encuentras a kazutora. - dijo despidiéndose con la mano.

- Okey... - te despedias con la mano mientras empezabas a irte del lugar.

Lograste salir del instituto sin que los profesores se den cuenta, casi no lo haces, tenías que saltar unas cercas y te daba miedo por la altura, pero al final lograste salir en una sola pieza.

Empezaste tu camino hacia la casa de Kazutora. Te sentías algo frustrada, por lo general no te molestaba que el falte, pero hoy era diferente, hoy tenías planeado confesarle tu amor. Kazutora era tu mejor amigo desde los 12 años, pero te diste cuenta de tus sentimientos hacia el un poco antes de que fuera enviado a la correccional y nunca tuviste oportunidad de decirle lo que sentías.

Sin darte cuenta llegaste a la casa de kazu. De una tocaste la puerta principal esperando una respuesta, pero nadie abrió, talvez no había nadie adentro o talvez Kazutora estaba dormido y no escuchaba nada.

Estabas a punto de irte y rendirte con la confesión, talvez el universo no quería que estén juntos... pero recordaste algo importante. Kazutora siempre dejaba las llaves de su casa debajo de alguna piedra, lo hacía porque casi siempre las olvidad y prefería dejarlas siempre en un mismo lugar para no perderlas.

Empezaste a buscar debajo de las piedras para ver dónde estaban las llaves. No demoraste mucho en encontrarlas, y lograr entrar a la casa.

A plena vista la casa parecía estar vacía, pero era muy probable que no sea así. Empezaste a caminar hacia el cuarto de Kazutora.

Mientras más te acercabas al dormitorio parecía como si no hubiera nadie, no se escuchan ruidos haciéndote dudar si había alguien en casa.

Tenias fe en que Kazutora estaba en su cuarto, no importaba si estaba despierto o dormido, querías hablar con el si o si.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 : tokyo revengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora