Catcher 19 ✓

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En ambos casos, dentro de la mente de Lisa, cualquiera de los dos hombres pudo arribar el avión enfermo y enfermar al otro, agregando que puede ser contagioso por aire o por contacto físico, ya sea, sangre, líquidos del cuerpo, etc.
Ahora sólo quedaba ¿El por qué ellas no presentaban esos síntomas? ¿Tendrán alguna inmunidad o similar?.
Los pañuelos que se habían colocado antes, cubriéndoles el rostro, no las protegían demasiado, así que si fuese por aire, era posible que ya tuvieran la enfermedad dentro de su organismo, sólo bastaba esperar que se presentara algún síntoma o que alguna despertase de la noche a la mañana en una persona fuera de sus cinco sentidos, pero de transmitirse del otro medio teniendo un contacto sumamente directo, era un poco más acertado en el caso de las sobrevivientes; sin embargo, considerando ambas teorías sobre el capitán, indiferentemente cualquiera de las dos opciones era posible.

LS: Alto Lisa, ya se murieron y eso es todo, soy artista, no detective -Dije dejando de pensar y retomando mis actividades-

Los pensamientos ajetreados de la pelinegra se apagaron por unos momentos, ya que se puso a buscar algo que le sirviera dentro de la cabina para después sacar el cuerpo y terminar de limpiar la zona de compuertas, no había casi nada, las pocas cosas que había estaban rotas e inservibles por el choque, entonces como antes lo hizo revisó las cosas que traía consigo el copiloto.
Al revisarlo, parecía mentira lo que llevaba el copiloto, pero la realidad era que cómo el copiloto no se movió de su lugar aún tenía ciertas cosas a la mano de las que Lisa pudo haber pasado por alto de no saber que tenía que revisarlo.
El copiloto traía consigo una radio.
Sin buscar nada más, se acercó y con cuidado trató de tomar la radio, al estar sujeto en la cintura y cerca de la espalda, logró alcanzarlo y automáticamente sintió que había algo más ahí que no logró alcanzar, volvió a intentar y cuando lo tuvo se dió cuenta que era un pequeño bolsito, colocó el radio en el suelo y empezó a revisar las pertenencias del difunto.

LS: "Richard Lee" -Leí la identificación-

Al parecer ese era su nombre, porque de su rostro ya no quedaba mucho. Por su apellido al parecer tenía familia de origen asiático, a parte de eso también encontró pequeñas fotos de personas, que supuso eran su familia, tenía dos hijas y efectivamente una esposa de rasgos asiáticos, además había un reloj, un par de pastillas que decomisó, unas gotas para ojos y un papel pequeño como una tarjeta, éste estaba doblado por la mitad y en el exterior estaba escrito "GM-PA51"; ella no tenía idea de que significaba, pero al abrirlo...

LS: ¿"MP-maletín plateado"? -Leí para mí-

Lisa seguía sin comprender esos códigos, pero le pareció muy peculiar. Después de eso no había nada más. Sacó las cosas que iba a necesitar de la cabina cómo un par de pañuelos extras y una botella de agua a medias, después se dispuso a sacar el cuerpo de ahí, tirándolo por la compuerta y acabó de limpiar la sangre y demás.
Seguido de eso regresó con las demás y para su suerte Rosé ya se encontraba mejor.
El resto del día intentaron comunicarse por medio de la radio, sin obtener resultados; era un tanto decepcionante, pero a esas alturas no era novedad.
Lisa volvió a distanciarse de las demás chicas para seguir intentando y decidió descansar un poco, al despertar sintió mucho frío y no era la única, al no estar en casa, el clima ahí era diferente, pero con ayuda de Jennie y Jisoo lograron cerrar la compuerta de dónde entraba la mayor parte del frío, luego cubrieron las ventanas rotas y se abrigaron con la ropa restante.
Por la noche el olor a putrefacto no dejaba dormir a la pelinegra, tener todo lo más cerrado posible provocaba que no entrase ni saliese aire, por lo que en pocas palabras era el olor o el frío, no se podía tener todo en esa vida, pero si no quería perder energía debía descansar; sin embargo, durante la noche los gruñidos y ruidos del exterior disminuyeron en gran parte, lo que la hacía pensar que por la noche los enfermos no aparentaban ser tan activos y un par de horas más tarde buscando un poco de calor para sus manos en sus bolsillos sintió un papel, al sacarlo recordó lo que decía el papelito del copiloto.

ERA APOCALYPTICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora