Capítulo 10

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Emma seguía llorando desconsoladamente entre sus brazos mientras las llamas continuaban ardiendo frente a ellas, unos minutos más tarde, el inspector llamó a los bomberos y realizaron toda su maniobra para extinguir el fuego, también llamó a la brigada de criminalística para poder investigar las causas de las explosiones, solo que no pudieron comenzar a trabajar hasta que los bomberos culminaran su labor.

"Regina, Emma, si quieren las puedo llevar para su casa, sé que no se sienten bien y necesitan descansar", propuso Eric con mucha amabilidad, la joven ni respondía.

"muchas gracias, Eric, te lo agradecemos", habló Regina.

"espérenme aquí, supervisaré el trabajo de los bomberos", era primordial conservar intacta la escena del crimen.

"si tienes que trabajar nosotras nos iremos caminando, nos hará muy bien", Emma se separó de ella para asentir, al parecer esa idea le había gustado mucho más.

"insisto", tomó la mano de Regina y la acarició con compasión y algo más que ella supo interpretar muy bien, luego hizo lo mismo con las mejillas de Emma, quien le sonrió agradecida por su apoyo, sin ni siquiera conocerlas.

"creo que nos hará bien descansar", accedió aceptar la ayuda del inspector.

"regreso en unos minuticos", asintieron con la cabeza y las dejó en medio de la nada, solo acompañadas por su tristeza.

"Regina", comenzó la chica.

"dime, mi vida", correspondió su llamado.

"lo extraño mucho", las lágrimas brotaban de su rostro sin frenos, trataba de limpiarlas, pero era en vano.

Ni lo pensó y la abrigó en sus brazos nuevamente, "llora mi vida, estoy aquí para ti", de extrañarlo ni hablaba, cada parte de su alma y de su corazón lo añoraban y le gritaban que bajo ningún concepto aceptarían su partida.

"¿por qué?, ¿por qué no podemos estar juntos como la familia que siempre papá quiso?, ¿por qué tuvo que dejarnos tan pronto?", tuvo que mirarla a los ojos, sabía que también estaba tan devastada como ella, pero por alguna razón que no conocía, se contenía.

"siempre estará aquí en tu mente y en tu corazón, aunque nos haya dejado, vivirá con nosotras siempre", tocó el corazón de Emma, quien cambió su expresión radicalmente.

"yo jamás haría eso", sintió que le hablaban al oído y era una voz que conocía como la palma de su mano, pero no podía ser, su angustia le jugaba una broma de mal gusto, se quedó muy tranquila y tuvo que cerrar los ojos para desengañarse, "te amo con toda mi alma", sintió un beso en su cuello que erizó todo su cuerpo, "las amo con todo lo que soy", la vibración de sus labios pegados a su piel terminó con su calma, abrió los ojos, Emma tenía sus dientes afuera en una amplia sonrisa y sus ojos brillaban como estrellas, seguía paralizada en el lugar, si no era David, no quería hacerse ilusiones, entonces cuando sintió que sus manos se deslizaron por su cintura y redujo la distancia entre sus cuerpos, su corazón se aceleró en su pecho, era imposible no reconocer esas manos, el calor de su cuerpo y la forma tan única de tocarla, "extrañé tu perfume", lentamente puso sus manos encima de las de él.

"David", mencionó su nombre y esperó a que le respondiera para comprobar la veracidad de lo que ocurría.

"sí mi amor, soy yo, estoy vivo", era lo que le faltaba para moverse y quedar frente a él.

"mi amor", acarició su rostro con mucha delicadeza, estaba lleno de heridas ensangrentadas, sus cejas, su nariz y sus labios rotos, pasó sus finos dedos por cada una de ellas, sin perder el contacto visual con esos ojos azules que tanto añoró durante los cinco días más largos de su vida, y de la emoción por tenerlo ahí, lágrimas mojaban sus mejillas, David la sorprendió con un abrazo fortísimo, casi no respiraba, ¿de dónde sacó las fuerzas?, no lo quería saber, lo único de lo que tenía la plena certeza, era de que lo tenía de nuevo en sus brazos y no importaba nada más, Emma no tardó en unírseles, obedeciendo al gesto de su padre.

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