Capítulo 12

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Sus predicciones se comprobaron, ni un minuto pasó de que Regina se fuera y ya quería llamarla, buscarla, hablar con ella, en contra de su voluntad, sus amigos lograron arrastrarlo a su casa, donde abrieron varias botellas de wiski y por más que lo invitaron no tuvo deseos de seguirles la fiesta, hasta que lo llevaron a un bar, él condujo, era el único sobrio entre los tres, allí lo invitaron a una partida de billar, se animó pues le encantaba jugar, además, era muy bueno, así, las horas pasaron volando y su despedida de solteros se convirtió en un acontecimiento especial, porque a las doce, Robin y Robert recordaron que era su cumpleaños e hicieron que el DJ los deleitara con una canción para homenajearlo, después de todo, las locuras de sus mejores amigos alegraron su noche.

Regina, por su parte, logró distraerse con las chicas, bailaron, bebieron e hicieron una competencia de karaoke en la sala de la casa de Cora, justamente a las doce, recordó que no podía ser la primera en felicitar a David y la tristeza quiso apoderarse de ella nuevamente, su ausencia la golpeó fuertemente, solo que, al darse cuenta de que su humor cambió radicalmente, hicieron el mayor esfuerzo para continuar festejando, no todos los días uno se casa, motivo suficiente para sonreírle a la vida, por eso, abrieron otras botellas de vino, de los más deliciosos de la cava de la mujer mayor y bebieron hasta que cayeron ebrias en el cuarto de huéspedes sin consciencia de la hora ni nada que no fuera dormir.

Los pajaritos cantaron, la claridad de la mañana se coló por las cortinas del cuarto y no fue hasta que los rayos del sol interrumpieron su sueño, que las cuatro despertaron asustadas porque estaban retrasadas, debían irse al local donde sería la boda, allí las esperaban las estilistas que contrataron para que ese día lucieran radiantes.

"llegó el taxi", anunció Cora, tuvieron que preparase un café muy cargado, la cabeza les estallaba.

"vamos entonces", Mary las urgió, salieron de la casa, el taxi las dejó en la dirección deseada.

"buenos días", saludaron a la muchacha quien las había ayudado en la organización de la boda.

"¿llegaron las estilistas?", cuestionó Regina.

"las esperan", anunció la joven quien estuvo allí muy puntual.

"chicas, adelántense", antes de que el evento comenzara, quería asegurarse de que todo estuviera perfecto como había demandado, por eso, dio un recorrido por el lugar y efectivamente, sus ojos quedaron conformes con la exquisitez con que aquella muchacha organizó el local.

"señora, espero le haya gustado", su silencio asustó a la chica.

"me ha encantado, la felicito, hizo un excelente trabajo", la elogió.

"mi trabajo está muy lejos de finalizar", le aclaró.

"estoy muy contenta, además, veo que cambió el detallito que le pedí", le guiñó un ojo, de última hora se le ocurrió hacer un cambio en el color de los lazos que adornarían las sillas y ella cumplió al pie de la letra con su exigencia.

"que usted haya quedado conforme con mis servicios es mi satisfacción", las dos se dieron la mano.

"me recuerdas tu nombre", lo olvidó completamente, sinceramente no era un detalle de relevancia.

"Alice Rabbit", pronunció su nombre con un tono de cansancio, señal clara de que esa era una de las tantas veces que la hizo mencionarlo.

"Alice, te dejaré para que continúes trabajando", la muchacha asintió con la cabeza y la vio alejarse.

"al fin llega la novia", Emma sonaba más ansiosa que ella, la terminaban de peinar y maquillar.

"tú tranquila que si hay historias de que la novia se haya escapado el día de la boda, este no es el caso", sonrieron ante las palabras de Mary, luego se perdió en el vestidor para cambiarse.

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