Capitulo 02.

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Al dia siguiente Milo asistió a clases más feliz que de costumbre, pues esa pesadilla lo había dejado en paz, pero no podía ocultar que no ver a su amigo aguamarina le preocupaba.

Se salió de su penúltima clase para buscarlo por el colegio, ese dia solo tenían algunas materias juntos. Así que optó por buscarlo en enfermería. Camus nunca faltaba a clases y cuando lo hacía era por algún malestar. 

Ya en la enfermería suspiró de alivio, pues el de ojos violetas era la única  persona ahí. Se encontraba sentado en una camilla, leyendo un libro, mientras una de sus manos descansaba inyectada en suero.

— ¿Camus? ¡¿Qué pasó?!.

El de iris cabellos caminó a su lado, ignorando el susto que le provocó al contrario. Su amigo levantó la vista, demostrando que era un desastre viviente.

— ¿Camus...? ¿Qué pasó? —Se sienta en la orilla de la camilla.

— No dormí nada anoche. —Cierra el libro y lo deja a un lado— Tenía pesadillas horribles, acompañadas de la sensación de estar bajo el agua.

— ¿Crees que... Esté relacionado a mis pesadillas? —Baja la mirada a la mano del aguamarina.

— También pensé en eso, pero no había ninguna mujer, solamente agua... Y más agua...

— ¿Porqué el suero? —Lo mira preocupado.

— Tuve un desmayo en la primera clase, la enfermera me dijo que era falta de sueño. Mi tío Mystoria vendrá a por mi en cuanto salga del trabajo. Aunque... Ya es la penúltima clase.

— Sacaré una excusa y me iré contigo.

— Pero... Hoy tienes clubs...

— No importa. Y... No puedo ocultar que me decepciona no haber sido avisado de tu condición. —Le toma una mano, vacilando en la acción.

— Pedí que la enfermera te avisara ya que te conozco, y sabía que ibas a buscarme. —Inclina la cabeza para atrás con cierta duda— Tal vez se le olvidó. —Mira al contrario encogiéndose de hombros. 

— Si, tal vez fue eso. —Se acerca más a su amigo— Camus... No me perdonaría saber que mis pesadillas... De alguna forma te estén afectando. —Extiende una mano y lo toma de la mejilla— No las tuve anoche y no puede ser coincidencia que tú tuvieras unas.

Camus solamente esbozó una pequeña sonrisa, dejando al de azules verdosos acariciar su mejilla.

— Por una parte me alegra saber que hayas dormido bien. Pero... —Sacude su cabeza, borrando su sonrisa— Sea lo que sea el significado de estas pesadillas, ahora soy parte de ellas —Aprieta el agarre de mano. 

— Porqué te conozco, sé que esa mirada de determinación en tu rostro significa que nada te hará cambiar de opinión. ¿Cierto?  —Sonríe y lo abraza— Somos parte de esto ahora, lo resolveremos.

El aguamarina correspondió el abrazo, y antes de que pudiera decir algo la puerta de la enfermería se abrió, separándolos por sorpresa.

Al mirar a la puerta pudieron ver a un peliazul claro, quien los miraba con una ceja arqueada y al no escuchar ninguna palabra por parte de los menores se aclaró la garganta y cruzó de brazos.

— Mmm, ¿Interrumpo algo? —Se acerca a ellos.

— No. Tío Mystoria. —Contestó Camus, desviando la mirada a su libro.

— Bien. ¿Listos para irnos? —Mira al de cabellera iris— Vendrás con nosotros, Milo.

— ¿Eh? Si, si. —Se levanta de la camilla— Iré por las mochilas, Camus.

— Si... Gracias, Milo. —Lo mira.

Después de esperar a Milo con las mochilas salieron de la enfermería. Los tres caminaban lentamente.

Los pasillos del colegio estaban completamente fríos y silenciosos, haciendo estremecer al mayor.

— ¿Ya es hora de salida? —Mira a los menores, quiénes caminaban enfrente de él.

— No. Falta la ultima clase, y algunos clubes. —Lo mira— Solo que es extraño todo.

Mystoria asintió y caminó a la puerta de un salón, la abrió y sorprendentemente todo el lugar estaba vacío.

— Salgamos de aquí, esto me da mala espina.

Los menores asintieron y se dirigieron a la salida con calma, pues no sabían si alguien estaba ahí afuera. Mystoria quien los estaba escoltando miraba todo a su alrededor cada vez que podía.

Le podían decir paranoico pero esos niños eran más importante para él de lo que parecía. Y al ser la única persona mayor ahí eran su obligación.

Al llegar a la salida dos oficiales de policía se encontraban ahí. En cuanto los miraron se detuvieron en seco y el primer oficial los llamó por seña.

— Ustedes, vengan aquí. ¿Camus Sadalsuud y Milo Acrab, no?

— Si, son ellos. ¿Porqué esto? —Se coloca enfrente de los menores.

— Al ser los únicos en enfermería son sospechosos tras el asesinato de la enfermera June.

— ¡¿QUE?! ¡¿ASESINATO?! —Sale de detrás del peliazul— ¡¿CREEN QUE COMETIMOS UN ASESINATO?!

— Eran los únicos que interactuaron con ella el dia de hoy. —Se acerca a Milo— No los culpamos, mantén la calma. Solo queremos saber todo lo que tienen para decirnos. ¿Está bien?

— Umm —Se acerca a ellos— Señor oficial, ¿Dónde encontraron a la señoría June?.

— ¿Porqué la pregunta, pequeño? —Arquea una ceja.

— Yo estuve en la enfermería todo el dia y la envié para que informara a mi compañero en donde me encontraba. Desde ese momento no la vi.

— Anota eso, Regulus —Mira a su compañero, el cual solo estaba recargado en la pared.

— ¿Regulus? —Lo mira— ¿Regulus Leo?

— Eh, si... Hola, señor Mystoria. —Sonríe nerviosamente.

— Mi compañero Regulus quiso estar a cargo de este caso. Me imaginaba que ya los conocía a ustedes por la forma de reaccionar al escuchar sus nombres.  

El castaño se acercó a ellos, sacando una pequeña libreta y bolígrafo de su bolso.

— Así es. Me asusté al saber que mi sobrino y su novio estaban de sospechosos en un asesinato. —Sonríe.

— ¿Novios? —Mira al agumarina— ¿Camus? 

El mencionado no contestó nada para sospechas de Mystoria. Solamente desvió su mirada hacía el verde oliva a su lado. Sus mejillas estaban enrojecidas al igual que las de Milo.

— ¿Podemos comenzar con las preguntas? —Dijo, claramente incomodo por lo anterior.

— Claro. Yato se encargará de Milo y yo del pequeño Sadalsuud.

— A Camus no le gusta que le digan pequeño... —Mira al castaño— ¿Porqué tengo que ir con Yato?

— ¿Porqué no solo haces caso al oficial de policía que tienes enfrente?

Al no tener de otra Milo asintió con cara de pocos amigos, Yato lo arrastró con él a una patrulla, donde lo iba a interrogar. En cambio Regulus se quedó con Camus en la entrada del colegio.

Mystoria solamente se recargo en una pared, suspirando pesadamente.

Un extraño ruido le hizo sobre saltar tiempo después. Al voltear no vio a nadie, pero unas palabras estaban escritas por toda la pared.

Las palabras eran trazadas lentamente, con un color carmesí brillante, y ese olor metálico le aclaró sus dudas de lo que era.

Ahí escrito en la paredes del colegio con sangre estaban las palabras:

POSKOL'KU?

MNE TOZHE NUZHNO UBIT' YEGO?

🍎❄.

Malevolent Aventure. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora