|| ʙᴏss sᴡᴇᴇᴛʜᴇᴀʀᴛ || ʜᴀʀᴜᴛᴏ ᴡᴀᴛᴀɴᴀʙᴇ ||

🥀↳˳⸙;; ❝ 9 ᵕ̈ ೫˚∗: 🥀

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— Hey niña.

— ¡No, no, no! ¡Sal de aquí! ¡No me toques! 

Ella comenzó a retroceder, hasta que su espalda se estrelló contra la pared. No soportaba las dos enormes figuras que seguían caminando hacia ella, sonriendo como psicópatas. 

— V-vayanse ... ¡Dije que se vayan! — Sintió algo bajo sus pies, que se enrollaba lentamente alrededor de su tobillo. 

Gritó mientras trataba de apartar lo que se enrollaba alrededor de su cuello, y salió corriendo de esa esquina hacia la puerta entreabierta. 

Salió corriendo de la habitación, finalmente fue testigo de la luz, miró a su alrededor con asombro, olvidando por completo lo que había detrás de ella ... Pero ya era demasiado tarde.

Gritó a todo pulmón cuando dos hombres la arrastraron escaleras abajo. 

Trató de luchar, pero ¿qué está frente a ellos? ... La llevaron a la misma habitación que recordaba ayer. La arrastraron y la sentaron en uno de los sofás dentro de esa habitación. 

Observó todo a todos, nada se sentía bien, en este punto, toda su existencia parecía ser un error. Se cansó de existir ... de sufrir y nada más.

Se quedó sentada impotente, sin atreverse a moverse ni un centímetro del sofá. 

Podía ver a hombres caminando con trajes, los bultos debajo de sus abrigos mostraban claramente sus armas. Las mujeres corrían de izquierda a derecha; esclavos, todos eran esclavos.

De repente se abrió la puerta y todo se detuvo. Las mujeres y los hombres se inclinaron ante esta persona particular.

Ella escaneó su rostro, su cuerpo se estremeció. Era ese mismo hombre de nuevo.

— Como estas ... querida hija. 

Yuri se burló de sus palabras; tenía ganas de reír. Pero su miedo era mayor; sin tener idea de si seguirá con vida después de esto, respondió.

— No me llames tu hija. No eres mi padre, yo no tengo uno. 

— ¿Oh? Entonces dime qué es esto
— Le arrojó una foto la cual aterrizó justo en su regazo. Cerró los puños mientras tomaba la foto.

— ¿Recuerdas algo? —  Sus ojos se abrieron al mirarlo. Era ella, podía recordar todo claramente. 

— P-pero este no es mi padre real ... tu no eres mi padre real.

— Tu madre nunca te dijo la verdad antes de morir ¿eh? ¿Qué podía esperar yo de esa puta? 

Yuri cerró los ojos y apretó los puño; no podía tolerar que nadie hablara mal de su madre.

— Llévatela.  No quiero arruinar mi buen humor. 

— No me voy a mover ni un centímetro de aquí.

— Tu madre también se creía fuerte, todos hablan pero no accionan.

Se rió como un loco.  Yuri se sentó allí, sus ojos se fijaron en su rostro. Tenía ganas de asesinarlo en el acto. 

Haciendo todo lo posible por contener el miedo y la ira, ella solo respiró antes de volver a hablar. 

— No hables de mi madre ... ¡idiota! 

— Cállate antes de que te corte la lengua ¡Quítala de mi vista! 

Los hombres empezaron a arrastrarla de nuevo.  Continuaron arrastrándola adonde la iban a llevar. Ella no pudo protestar.