12. Vigilando al conejo.

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No había mucho que decir.

O al menos eso era lo que pensaba él albino en su camino a la secundaria, quizás siendo un poco extraño que fuera a pie, pero no se preocupen, eso es algo que a diferencia de otros días, si puede explicar.

Verán, de vez en cuando es que toma la opción de ir a pie, la diferencia es que se iba un poco más temprano, para llegar a tiempo a la hora de entrada, puede que en esta ocasión si pueda hablar un poco más con sus amigas. Siente que eso es algo que necesita hacer, la falta de contacto femenino que tenía era muy limitado a sólo ser con sus hermanas y su madre, y una que otra conversación que tenía con sus amigas, sólo era eso, conversaciones que no llegaban a mucho.

Cosa que cree que puede ser su culpa, le gusta mucho a ayudar a sus hermanas, pero tal vez puede que haya desperdiciado oportunidades para tener tiempo para él.

O quién sabe.. probablemente alguien más, estaba muy abierto a esa posibilidad.

Unos metros atrás











Mirarlo la extasiaba.

No confundir con excitación, ya que lo que sentía en estos momentos era algo completamente diferente a cuando de verdad siente aquello, se sentía muy feliz y complacida de ver a su conejito sonriendo.

Era una verdadera lástima que no sonriera para ella últimamente, pero justamente por esa razón es que había salido en esta ocasión, normalmente le da demasiado pánico el simple hecho de salir, no le gusta hacerlo. Por eso prefiere cuando sale junto a sus hermanas o a su madre, el punto era que el simple hecho de procurar que su dulce y lindo hermanito no cayera en las garras de una arpía, le daba suficiente fuerza y valor para luchar por el amor de su hermano menor.

Pocas eran las veces donde tenía el valor suficiente como para actuar o decir algo por sí misma, pero en cuanto a su hermano se trata.. no mentía al decir que nunca le agradaron las amigas de este.

Siempre pensó que eran muy.. aprovechadas al pedirle esos favores, aunque lo que terminaba de hervirle la sangre es que su hermano aceptara.

- M-Mi dulce co-conejito.. ¿P-Porqué no entiendes q-que esas chicas s-solo quieren aprovecharse d-de ti..?—Suspiraba un poco resignada, levantando la mirada, teniendo decisión en su mirar— d-definitivamente protegeré a m-mi hermanito de todas esas.. e-enanas, e-esas arpías..

No es que no le gustara maldecir, pero con el tema de su tartamudeo, evitaba hablar seguidamente para evitar retrasos en comunicarse.

Realmente hubieron ocasiones donde le hubiera gustado maldecir y mucho si tenía que decir la verdad, pero terminaba descartándolo, su tartamudeo no es algo que pueda controlar a voluntad, así que seguía en lo mismo. Otra cosa de la que debía encargarse si o si, era sobre Lari, no quiere deshacerse de ella o algo por el estilo, pero.. desde que empezó a interponerse ya desde hace tiempo, pocas opciones le quedaban para decidir qué hacer, Luna tampoco se quedaba atrás, ya que ella era la encargada de informar a Lari cuando intentaba hacer algo.

Agradecía que las demás hermanas menores estaban fuera de esto, realmente podía ser que lo notaran y no quisieran intervenir, no entrar en el fuego de la batalla es algo.. normal, pero arriesgado, ya que eventualmente se comenzarán a hacer preguntas.

Estaba distrayéndose, al menos había seguido a su hermano sin que este se diera cuenta y sin que le diera un ataque de pánico por estar fuera de su casa.

Rubias al acecho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora