𝘖𝘶𝘳 𝘛𝘳𝘦𝘢𝘴𝘶𝘳𝘦 || Drakey

００８

"Draken y Takemichi en busca de Mikey"

—¡Quiero ese peluche papá!

Takemichi se encontraba alzando sus manitos intentado alcanzar el juguete que se hallaba en un lugar bastante elevado para el, fracasando rotundamente. Draken intentaba no soltar alguna que otra burla por el escenario tan jocoso que presenciaba.

—¿Me estás obligando a compártelo? ¿O me estás preguntando? Cuida tus palabras.— Declaró Draken con fingida molestia, quería fastidiar un momento a su hijo. Y le divertía la cara que puso Takemichi al saber que utilizó las palabras incorrectas para pedirle a su padre el muñeco. Inmediatamente este se disculpó e intentó manifestar alguna que otra respuesta decente. No quería que alguno de sus compañeros de clase lo reconozca y su reputación del niño buen portado se vaya por la borda.

Mientras Takemichi hacía el ridículo, Ken pensaba que el niño comenzaba a tener un cierto parecer en su esposo. Aunque eso lo tenía más que claro. El pequeño iba creciendo y empezaba a desarrollar mejor su personalidad y carácter. Al parecer lo infantil y testarudo lo sacó de Mikey.

Un momento.

¿Donde se encontraba Mikey?

Se suponía que Draken lo tenía agarrado de la mano para prevenir alguna clase de accidente. No necesariamente tenía que ser por culpa de Manjiro, el desde que dió a luz a Takemichi, decidió bajar el nivel de los encuentros agresivos con la gente que insistía meterse con el.

Quizás se distrajo mucho con el pequeño  que olvidó que tenía un segundo hijo al cual cuidar. El humor de Draken cambio drásticamente al saber que tenía que empezar a buscar a Mikey.

— Papá, ¿Donde está papi? —Takemichi también se había dado cuenta de la ausencia de su padre.

Draken no estaba tan preocupado, Mikey era un adulto y sabía cómo cuidarse, su actitud ridículamente pueril no influiría en como podría tomar decisiones. Igualmente pensaba en como su esposo se escabulló sin que el lo notara.

— Quizás esté buscando algún local para comer, vamos.

...

— Disculpe, ¿Usted vió por aquí a un omega de cabello rubio, estatura un poco más baja que la del promedio, ojos negros y básicamente que llama mucho la atención? — La señora de al menos unos cuarenta años negó con su cabeza. Le intimidaba un poco el alfa que tenía frente suyo, pero se notaba un poco que inquietud en sus palabras. Draken suspiró, le dió las gracias a la mujer para luego retirarse e irse donde su hijo, que lo esperaba en una banca sentado.