Las náuseas se habían vuelto parte de la vida diaria de Butters desde que el Hanahaki comenzó a manifestarse.
Su rostro se dirigió hasta el reloj de su habitación, eran las 6 de la mañana y su cama estaba repleta de pétalos de rosa blancos. La sangre bajaba por la comisura de su labio. Se sentía cansado.
Esa maldita enfermedad estaba recién comenzando y sentía que ya estaba llevándose su salud mental y física.
Con su antebrazo tapó sus ojos, sintiendo como sus calientes lágrimas mojaban su puño. No quería estar en esa tortuosa situación, en dónde solo sufría sin quererlo, no era su culpa amar a alguien que no lo correspondía ¿Entonces por qué?
Faltaba poco antes que las espinas dañaran su tráquea. Tenía miedo no poder comer bien, beber cosas, hasta respirar le dolería. El panorama era desolador para Butters, y aún así no quería dejar sus sentimientos por él.
Moriría amando a alguien que jamás podría mirarlo de esa manera. Su corazón se sentía pesado y la respiración comenzaba a faltarle otra vez, poco a poco comenzó a ahogarse entre las flores que trataban de escapar por su garganta, manchadas de su caliente sangre y mojadas por el bilis. Las escupió en el suelo, y otra vez comenzó a llorar desesperado.
–N-no quiero vivir sin amarte... –Sollozó. –Pero no quiero morir...
Butters jamás podría decirle a Kenny eso.
Si él lo sabía, Leopold estaría seguro que Kenny se forzaría a amarlo solo para no verlo morir.
Jamás lo sabría.
Y Stotch se cuestionaba si sus sentimientos por Kenneth eran tan fuertes como para morir.
Miró otra vez la pantalla encendida de su celular, Kenny le pedía que por favor hablaran el lunes en escuela.
"No quiero hablar contigo." Fue su tajante respuesta.
(...)
La negra cabellera de Wendy se movía frenética al compás de su apresurados pasos. Con una sonrisa se lanzó sobre Barbara una vez la vió entrar por las grande puertas de la preparatoria.
Muchos miraban la escena con una sonrisa, otros se acercaban a dar sus palabras de preocupación hacía Bebe, aunque felicidad de su reciente recuperación. Los buenos deseos de Stan solo eran hipocresía disfrazada de lindas intenciones.
Ver a su ex novia junto a ella hacía le provocaba un sentimiento de rencor que lo enfermaba. Verla de pie ahí le daba grima, si fuera como Cartman podría haberle deseado la muerte. Que se ahogara con su vómito y la tos el día que Butters salió despavorido en busca de ayuda cuando la encontró muriendo en el salón de música. Una amargura horrible llenaba su garganta, hasta su saliva era ácida y sentía que ardía en su boca.
–Me alegra que estés bien –Escuchó decir a Kyle. Mientras acariciaba su hombro. Ambos chicos mantenían una complicidad, digna de los buenos amigos que eran. –Espero que hayas mejorado de tu enfermedad. Entiendo que fue un poco complicado, Leo nos dijo que tus pulmones estaban bastante dañados, igual que tu estómago.
Bebe sonrió nerviosa antes de hablar: –Nada que la medicina moderna no haya arreglado. De todas maneras estoy bajo observación y se me restringieron hasta las caminatas muy prolongadas, entre otras cosas.
–¿Tan grave fue? –Quiso saber Eric, que a pesar de su personalidad, parecía genuinamente preocupado. De todas maneras, se conocían de toda la vida.
–Supongo...
–¡Lo importante es que estás bien! –Exclamó Clyde tomando a la rubia por hombros.
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Al final del camino. (Bunny) [Fanfic South Park]
FanficCada vez que veía a Kenny McCormick una espina se clavaba en su garganta, los pétalos se acumulaban en su boca y el dolor aumentaba de tal manera que hasta respirar le era difícil. Un amor aparentemente no correspondido desencadenaría en el prolonga...