Déjenme

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Déjenme pudrirme en soledad

con todo y mi sentir,

acostado en la fría oscuridad

que mi corazón ha de embutir,

al igual que con el paso de la edad

lo que más deseamos es dormir.


Dejen mi cuerpo secar al sol

como lo hacen con la res,

pues en mi vida no hay control,

más que frases llenas de clichés

acompañadas entre copas de alcohol

y conversaciones que terminan en inglés.


Déjenme ahogarme en mi propia sal

hasta que mi cuerpo se deshidrate

y de mi vida no de señal,

o hasta que de mi cuello una soga ate

y de mí no haya deseo sexual

como cuando solía ser un infante.


Dejen de endulzar mis amarguras,

de mezclar el agua con aceite,

pues tengo muy encarnada mi locura,

al punto de que sangre y grite

por piedad a mi alma impura

que en mi piel aún habite.


¡Simplemente déjenme tirado!

Aquí, en mi propio chiquero,

con mi dolor bien tatuado

como vaca entrando al matadero

dejando mi vida en el suelo derramado

que alguna vez fue mi cunero.

Poemas para ReencontrarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora