"Dos pájaros en un alambre, uno trata de volar lejos y el otro...lo mira muy de cerca desde el alambre".
TWO BIRDS—REGINA SPEKTOR
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¶§—No crees qué es muy sospechoso que se hayan llevado los dedos cuando Itadori volvió.
—Aún cuando se trata de Yuji es muy difícil saber que podría suceder y quién y qué quiere hacer.
—Pero aún así es sospechoso, se había reportado como muerto, ¿no? Eso lo hace aún más preocupante.
—Es algo que no se puede saber. Naru,por qué te quieres divorciar ahora.— el ambiente que había a su alrededor de pronto se vio oscuro y pesado.
La mujer que antes miraba su plato en la mesa levantó la mirada hacia él. Su rostro era el mismo con la misma expresión que siempre le mostraba a él.
—No has sentido que quieres huir de todo, dejarlo atrás y desaparecer.
—¡¿Qué?! Naru, eso es ridículo—su primera reacción fue sorpresa para después pasar a una risa nasal— si nos separamos tu tendrás que volver al clan Kamo, de donde siempre trataste de salir y la primera razón por la que nos casamos.
Ella lo observaba sin inmutarse ante sus palabras. Mientras el le miraba un poco molesto.
—Baja la voz, Satoru. Cambiando un poco el tema, los papeles se retrasará un poco.
—No es eso una buena noticia.
—Necesito volver al clan, soy una carga para ti, mantuviste tu palabra por mucho tiempo.
—Yo no te pedí que te fueras—el semblante del Gojo había cambiado completamente a uno serio.
—Satoru no necesitas estar atado más tiempo a mi. Terminemos esta platica en este momento.
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La persona que los espiaba antes se quedó pasmado después de haber escuchado como llamo a la mujer.
NARU
Ese nombre le carcomia por dentro, después de tanto tiempo, ella había vuelto. Esa hermosa alma que tanto le había encantado en el pasado estaba ahí de nuevo y con la misma apariencia con la que lo hizo sentir mil y un millón de cosas que nunca se imaginaría que podía sentir.
Pero esta vez no mantenía las expresiones que hace años le había mostrado a él, ahora su expresión era monótona la mayor parte del tiempo; aunque por otro lado, se sentía contento pues nadie más sería testigo de los diferentes filtros que ella tenía a la hora de sus reacciones pero también molesto pues el tampoco sería alguien que lo pudiera ver.
Y de nuevo alguien se encontraba en medio de los dos.
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Y he ahí a ellos comiendo en un restaurante donde no se libraban de las miradas de todos los de sus alrededores.
—Qué te parece ordenar este platillo a ti te gustan las cosas suaves— el le mostraba el menú sugiriendole el platillo que el creía que sería de su agrado.
—Si tu lo dices, esta bien— el mesero había llegado y ella le indicaba el plato que él había dicho hace unos momentos.
—Naru, recuerdas cuando nos conocimos por primera vez— él ahora le miraba atentamente esperando su respuesta.
—¿A qué viene la pregunta? — ella le miraba de nuevo con su expresión lisa.
—Solo quería preguntar y saber si lo recordabas— el levantó sus largos brazos como si fuera un niño.
—Mh, ¿no fue en la escuela? , no estoy muy segura.
—Sí, fue ahí —su cara un poco desanimada tal vez era una señal de que no había sido ahí.
Ella lo observó, levantó su mano para llamar al mesero y este enseguida llegó a su mesa.
—También dos postres, por favor.
La mirada celeste que era oculta por los lentes se levantó para mirarla emocionado por la petición anterior.
La comida había terminado, ahora sólo reposaba los alimentos anteriores. Él se paro de su lugar y fue a un lado en específico, ella por otro lado no le había prestado atención hasta que volvió a la mesa.
—Vamos, aun hay más por hacer en este día— la tomó de la mano y la invitó a levantarse con un ligero jalón.
—¿Aún hay más qué hacer? — lo seguía sin saber a dónde iban.
El sólo la volteó a ver para sonreír y seguir caminando.
La siguiente parada era un parque con gente a los alrededores paseando, desde familias hasta parejas y estudiantes que pasaban el rato.
Ellos caminaban al rededor del relieve del río que estaba ahí, los grandes árboles que estaban en el camino formaban una sombra tan refrescante.
Ella iba con los ojos cerrados disfrutando de la brisa que provocaban los mismos árboles que eran mesidos por el viento, el olor a pasto era relajante, se veía como si disfrutara de cada segundo que pasaba ahí, las sensaciones que le transmitía, el lugar, eran las cosas que necesitaba para olvidar todo a su alrededor.
Por otro lado estaba el peliblanco quien la observaba con detenimiento cada pequeño gesto que hacía, su mayor pasatiempo de siempre era ver los pequeños cambios que ella mostraba en su hermoso rostro, para el era como si pudiera guardar esos momentos como fotografías que nadie más que él tendría.
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«φιλοφοβία» ‡Gojo Satoru‡
Fiksi PenggemarPor más feliz que haya sido, estamos al final de esta línea roja. -Lo siento mucho, solo quiero escapar y huir lejos. -¿ Aunque mi corazón te esté persiguiendo? No creo en nada romántico, mi corazón entero está comenzando arder. Temo que todo mi cor...