B.N.H.A: El Héroe sin Quirk

Capítulo 9

Cientos de jóvenes marchaban por las calles, alegres, ansiosos, nerviosos. Hoy era un día sumamente especial. El día de hoy, la academia de la U.A abría sus puertas para los jóvenes con sueños. Hoy, el examen de admisión para el curso de héroes de la U.A estaba puesto en marcha, con las salas y los evaluadores listos para observar a las jóvenes promesas del país y el futuro de los héroes.

Pero, así como hay un lado bueno, también hay uno malo.

Un tren había descarrilado. Siendo del centro de un ataque de villano, el tren que iba hacia la estación central fue descarrilado, causando que los ocupantes del mismo vehículo sufrieran leves heridas por el choque, con algunos pasando a tener algunas heridas un poco más graves.

Dentro de uno de los últimos vagones, Midoriya Izuku se levantaba lentamente entre los escombros. Apartando maletas y algunos otros objetos, el joven artista marcial pudo ponerse de pie con mucho cuidado. El suelo estaba inclinado hacia abajo y, si pisaba mal, iría de caía hacia la puerta que llevaba al siguiente vagón, lo que probablemente causaría que alguno de sus huesos fuera destrozado por el choque.

El joven miró alrededor con preocupación. Todos los pasajeros de aquel vagón estaban como él, intentando ponerse de pie y comprender que era lo que había pasado. ¿Por qué de pronto el tren había descarrilado como lo había hecho? ¿Dónde estaban los bomberos o los héroes? ¿Qué era lo que había pasado con el resto de pasajeros en los siguientes vagones? Con esas preguntas, Midoriya recuperó su mochila y se dispuso a salir por una de las últimas puertas del tren...la cual fue arrancada de los goznes por una figura que se asemejaba más a un lobo, con el pelaje oscuro bajo la ropa hecha jirones cubriendo un torso ancho mientras los brazos, delgados, caían a ambos lados de su cuerpo, mostrando unas alargadas garras negras como la noche misma.

Midoriya entonces observó, más atrás, como el hombre lobo entró al vagón sin preocuparse demasiado por la caída del tren. Él probablemente la habría visto del exterior, ¿entonces porque entrar al lugar del accidente como si nada?

Abrió los ojos comprendiendo aquella pregunta. ¡Ese hombre estaba detrás del descarrilamiento del tren! Pero, ¿por qué?

―¡Te encontré!

Midoriya miró al hombre lobo caminar hacia un hombre. Este no se destacaba en nada. Cuerpo normal, rostro normal y vestía como un simple oficinista. Lo único que el joven destacaría del hombre, era el maletín de aspecto pesado que llevaba con él.

―¿E-eh? ¡No! ¡Debo llevar esto a un lugar seguro!

El hombre del maletín intentó saltar por encima del asiento que tenía en frente, aferrando sus manos al maletín que llevaba consigo. Pero una garra lo atrapó desde el cuello de su camisa y lo devolvió a su sitio, encontrando otra rozando su mejilla.

―Yo que tú no me movería―gruñó el hombre lobo, tomando con la primera mano el maletín del hombre quién, en un último esfuerzo, intentó mantenerlo consigo mismo―. No, no. ¡No hagas eso!

Cuando el hombre lobo movió la garra para apuñalar a su presa, una pierna interceptó su extremidad y lo hizo girar, separándose del hombre oficinista y su objetivo.

―¡Mantente alejado de él!―Midoriya gritó, retrayendo la pierna hacia su cuerpo. Miró al hombre del maletín por encima de su hombro―. ¿Está bien?

―S-si...

―¡Bien!

Midoriya reaccionó cubriendo su cuerpo con velocidad. Las piernas del villano lo golpearon, enviándolo a volar contra la parte frontal del vagón. Sintió como su espalda crujía un poco y se resentía por el golpe contra la puerta que debería llevarlo a otro vagón.