Era un día cualquiera para el Doctor, el cual estaba solo en su TARDIS, sobrevolando el espacio por encima del planeta Tierra. Aún no era miércoles; pero, apoyado en la central de mandos, el señor del tiempo estaba pensando a dónde podría ir con Clara.
Se dirigió hacia la salida y abrió la puerta de la máquina del tiempo para contemplar el planeta, pero la cerró de inmediato. El planeta azul le recordó Gallifrey y la guerra del tiempo. No sabía por qué se le vino eso a la cabeza.
De repente, la TARDIS se agitó violentamente, que pilló al Doctor desprevenido y casi pierde el equilibrio. Corrió hacia la central y agarró una de las pantallas. ¡Estaba siendo atacado! La TARDIS no reconocía quiénes eran los enemigos. Otra vez tembló la máquina, pero con aún más fuerza. Intentó hacer que la TARDIS se moviera de allí, pero no respondía. La TARDIS se iluminó de parpadeantes luces rojas.
- ¡Oh, vamos! ¡No me hagas esto! -dijo el Doctor bastante inquieto, pulsando botones y bajando palancas rápidamente.
El segundo golpe hizo que se abriera la puerta también. El Doctor sacó su destornillador sónico y escaneó la central. En pleno proceso, la TARDIS se agitó con aún más fuerza y más violencia, haciendo que la máquina se pusiera casi verticalmente. El Doctor se cayó al suelo y resbaló hacia la puerta de la cabina. Por suerte se agarró al borde, pero el destornillador sónico se cayó, e iba directo hacia la Tierra.
El Doctor estaba con más de medio cuerpo colgando y, con mucho esfuerzo, consiguió volver adentro rápidamente. Miró hacia abajo y notó cómo sus esperanzas se disolvían como una pastilla en el agua. Vio como su preciado destornillador sónico caía a gran velocidad hacia el planeta azul.
Pero otro golpe más flojo le recordó que le estaban atacando, y volvió a la central de mandos. La TARDIS echaba chispas y se tambaleaba. El Doctor bajó las escaleras y, con un viejo truco que le enseñaron de pequeño, consiguió arreglar unos cuantos cables sin ayuda del destornillador.
Entonces consiguió sacar a la TARDIS de allí. Cuando terminó todo, el Doctor suspiró de alivio y se palpó el bolsillo en busca de su herramienta. Pero de alivio pasó a preocupación. ¿En qué parte de la Tierra se habrá caído? ¿Cómo llegaría allí si la TARDIS está medio estropeada? ¿Cómo la arreglaría sin el destornillador?
Mil preguntas le rondaban por la cabeza mientras caminaba alrededor de la central de control. La TARDIS hechaba humo por casi todas partes.
Lo primero de todo decidió que sería rastrear dónde estaba. Se acerco a una de las pantallas y metió unas coordenadas. Esperó a que lo encontrara, pero tardaba mucho. Se despegó de la pantalla y andó lentamente hacia la puerta de la máquina. La abrió y pudo ver que estaba sobrevolando Saturno. A él le encantaba ese planeta por los anillos que tenía. El Doctor soltó una tímida sonrisa a pesar de estar preocupado. Pero se le borró rápidamente de la cara y bajó la cabeza. El destornillador sónico es una de las armas menos violentas pero a la vez una de las más poderosas del universo. En manos equivocadas podía causar el caos, o la destrucción del universo o de un planeta o quién sabe qué.
¿Y si no lo recupera? ¿Qué sería de la herramienta? ¿Qué sería de él? Lleva utilizándolo casi toda su vida...No podía perderlo ahora.
Justo cuando estaba perdiendo la esperanza de todo, la TARDIS hizo un sonido agudo: "¡bip, bip! ¡bip, bip!" El cual llamó la atención del señor del tiempo. Éste levanto la cabeza, se giró y corrió hacia la pantalla.
¡Lo había localizado! ¡Increíble! Estaba en Irlanda. El Doctor se puso tan feliz como un niño pequeño cuando le dan una piruleta. Así de contento bajó otra vez las escaleras y miro los cables que estaban debajo de la central. Pudo ver los que arregló antes, pero también pudo ver otros que estaban rotos y que ya eran difíciles de restaurar sin un destornillador sónico. Ahí ya se puso más serio y empezó a pensar.
Tuvo una idea, pero era bastante peligrosa. Se lo pensó una, dos e incluso tres veces, pero no tenía opción. Iba a intentar ir a la Tierra con la TARDIS en ese mismo estado. La programó hacia Dublin, que es donde estaba el destornillador sónico y cuando ya solo quedaba bajar una palanca para partir, el Doctor se paró y la miró. Obviamente, esperaba que todo saliera bien. Respiró hondo, agarró inquietamente la palanca y después de unos segundos la bajó con todas sus fuerzas.
La TARDIS se agitó repentinamente; igual que antes, pero mas seguidamente. El Doctor casi se cae otra vez, pero consigue evitarlo agarrándose a los controles. Ya incluso se preguntaba si saldría vivo de allí. De repente, hubo una gran explosión y esa parte de la TARDIS se incendió. Al Doctor esa escena le recordó a su última regeneración.
Mantuvo la esperanza, recordó lo que hizo en su regeneración, pulso más botones y tiró de una palanca, gritando:
- ¡¡GERONIMOOO!!
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¿Y mi destornillador sónico? - Doctor Who
Random¿Qué pasaría si por alguna casualidad el Doctor perdiera su destornillador sónico? Esta es mi versión de que sucedería. ¡Espero que os guste! (Me he inventado Dublin porque nunca he ido allí) [[ Doctor Who pertenece a la BBC ]]