2 - Un objeto inusual

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Mientras, en Dublín...
Una fangirl llamada Alexandra había decidido salir una tarde. Era muy fan de Doctor Who (también de Sherlock, Gravity Falls y Hora de Aventuras, pero su favorita era Doctor Who). Vivía en una calle tranquila, no muy cerca del centro. Su puerta era la 111. Bajó los dos escalones que había y comenzó a caminar.
El viento agitaba su gran melena ondulada de color caramelo. Se podía reflejar en sus bonitos ojos marrones su buen humor a pesar del enfado de no poder encontrar una cosa que quería un montón. Tenía muchas figuritas de los doctores, de sus compañeros y de sus enemigos, algunos peluches y varios posters. Pero le faltaba una cosa...Le faltaba el destornillador del undécimo doctor. Ya tenía el del décimo, pero quería el verde. Era uno que le llamaba mucho la atención. Había salido para buscarlo. Tenía el presentimiento de que ese día lo iba a encontrar segurísimo.
Empezó a caminar por la hierba de un jardín. Cogió el móvil en medio camino para ver los Me gusta y los WhatsApps cuando pisó algo duro. Guardó el movil y nada más ver qué era se llenó de entusiasmo. ¡Era el destornillador sónico que estaba buscando! Lo recogió del suelo y lo miró. Estaba caliente y un poco sucio.
- Vaya, es una réplica muy buena -dijo sorprendida. Sintió que la parte superior era de metal, la parte negra era como de cuero y no había ninguna etiqueta. Tampoco había nada de plástico. Parecía la herramienta original.
Miró a su alrededor. No vio a nadie; estaba completamente sola en esa calle, así que decidió llevárselo a su casa.
Volvió por el mismo camino hasta su hogar. Buscó las llaves en su bandolera, pero no las encontró.
- ¡Ah, si! Me las he dejado en mi habitación. ¡Qué despiste! -soltó una risilla que cortó rápidamente. ¿Cómo iba a entrar?
Se sentó en uno de los escalones a pensar hasta que se le ocurrió una idea muy mala. Cogió el destornillador sónico, lo miró y sonrió. Siempre había querido abrir una puerta cerrada con uno de esos. Ella ya sabía que no iba a funcionar, pero por probar no pasaba nada.
Así que agarró bien el destornillador que apuntaba a la cerradura y lo encendió. Hizo su característico sonido, que era como un zumbido agudo y metalizado. Y surgió algo que dejo sin habla a la chica. ¡La puerta se abrió! No se lo podía creer. Definitivamente era el original.
'No es el original de la serie, sino el verdarero del Doctor' pensó Alexandra, muy asombrada.
Entró lentamente en su casa y caminó hacia el final del pasillo, donde estaban las escaleras. Las subió y entró en su habitación, que estaba a la izquierda. Se quitó su bolso y se tumbó en su cama blanca con puntos azules que tenía en el centro de la sala.
- ¿De verdad el Doctor existe? ¿Por qué estaba su destornillador en la hierba? -se preguntaba en voz alta. Luego se alarmó- ¿¡Y si el destornillador está aquí porque el Doctor está en problemas!?
Después de unos segundos cogió el destornillador sónico otra vez. Decidió probrar lo que el Doctor hace en varios episodios: reconocimiento (pasar el destornillador por algo, luego abrirlo y ver la información del objeto, persona, alien...etc.)
Decidió que iba a escanearse; así que se puso de pie, se apuntó la herramienta y se la pasó de arriba a abajo. La abrió esperando que no iba a haber nada, pero se quedo impresionada al ver toda la información que había:
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NOMBRE: Kathleen Robinson Alexandra Smith
EDAD: 20 años
LUGAR DE NACIMIENTO: Dublín, Irlanda (3 de agosto de 1995)
ESTADO: Sorprendida, feliz, inquieta.
RAZA: Humana
OTRA INFORMACIÓN: Zurda, fangirl, le encantan los macarrones, odia las coles, gafas (ojo izquierdo: 0,5 dioptrías, ojo derecho: 1 dioptría), talla de zapato: 38, talla de ropa: S / M.
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Era como si el cerebro de Sherlock Holmes estuviera en el objeto. Sabía esos datos y muchos otros. La chica los leía como una lista: "Verdadero, verdadero, verdadero..."
Ese cacharro le encantaba y quería quedárselo, pero por otro lado tenía que devolvérselo al Doctor. Le costó decidir, pero era obvio que tenía que dárselo al Doctor. Ya eran casi las nuve de la tarde, y como no le apetecía nada, se fue a dormir sin cenar. Ya se lo dará mañana.
A demás, ni siquiera sabía si se iba a encontrar al Doctor.

¿Y mi destornillador sónico? - Doctor WhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora