Capítulo XV Verdad II

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  Las verdaderas duelen cuando son reveladas de manera incorrecta.


  Bang Chan

  Vivo...Muerto, ¿En cuál de esos estados me encontraba? Algunas veces me siento vivo, pero otras veces me siento vacío; es como si mi cuerpo luchara por vivir mientras mi alma lucha por morir.

  ¿Me convertí en alguien adicto a la muerte? ¿O la muerte se hizo adicta a mí?...

¿Soy alguien que quiere vida? ¿O soy un alma en pena que no sabe distinguir entre la llovizna y un huracán?.

   Preguntas como esas rondaban por mi mente cada noche durante toda una década, es como si mi mente buscara la solución hacía un problema que no existe. Sé que la realidad está ante mis ojos, pero estos parecen vendarse para no ver los problemas, pero... ¿Qué tanto problema significa estar vivo o muerto? Significa estar atrapado en un limbo del cual es difícil escapar, es como si estuviera rodeado por espinas que me hieren cada vez que intento escapar.

Memorias de agua me invaden,  vagos recuerdos de aquella noche en donde no sabía qué tanto apreciaba mi realidad hasta que me enfrente a perderla.

  Tenía una vida que para mí era perfecta; trabajaba, estudiaba, tenía buena relación con mi familia al igual que con las personas cercanas a mí y vivía la mejor época de mi vida, todo era reconfortante para mí.

  Siempre estuve agradecido con las personas que guiaron mi camino y la misma vez me aconsejaron sobre mi destino, agradecido con mis padres y amigos como también conmigo mismo por entender como funcionaba la vida, pero terminé decepcionado de mí al encontrarme fuera del ring de pelea contra la vida.

  En la vida cometí muchos errores, si tengo otra oportunidad, espero no cometerlos de nuevo.

  Loa últimos años me lamentaba cada noche por lo sucedido, no dejaba de mirar el cielo buscando una respuesta a mi maldición, ¿Estar atado a alguien el resto de mi vida? ¿Por qué castigarme de esta manera y no permitirme ser un alma que vague por el mundo esparciendo su pesadumbre? Ese debía ser mi castigo, tal vez sería mejor que estar pegado a alguien, o eso pensaba hasta hace un tiempo.

  ¿Estar pegado a una niña? Era una pesadilla al principio, era como estar cuidando a una mascota, solo que esta era más difícil de controlar.

  Cada noche era lo mismo, una niña gritando, llorando y corriendo por la habitación debido a sus pesadillas, dos doctores que entraban y la calmaban, la acostaban en su cama u se retiraban de la habitación cuando está caía dormida. Mientras tanto, al estar harto de sus pesadillas, me di en la tarea de cuidar sus sueños cada noche para ayudarla a dormir tranquila, algo que fue muy difícil al principio pero se convirtió en mi rutina diaria al ver como era atormenta cada noche.

  Un día decidí hacer algo por ella, sería algo que podía ayudarla a sobrevivir en su mundo lleno de demonios. Ella tenía seis años en ese entonces, mientras se encontraba dormida abrazando su peluche de osito, me senté a su lado y tomé su mano suavemente sin que ella pudiera notarlo por alrededor de cinco segundos, en donde en esa pequeña fracción de segundos le concedí la habilidad de controlar sus sueños, así podría dormir en paz durante un tiempo.

  Y funcionó, durante un tiempo estuvo durmiendo sin problemas, de vez en cuando sus sueños podían con ella, pero nada que no pudiera resolverse.

  Observé y cuidé a esa niña durante años viéndola convertirse en la mujer que es hoy en día, cada vez que la miraba sentía lo que un hermano mayor al ver a su hermana pequeña crecer, hasta que un día ese sentimiento desaparece y manera de verla cambia...

The Lost Soul [Bang Chan] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora