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Sentí la puerta de la casa abrirse.
—¡Volví!—se oyó la voz de Kazutora desde el primer piso.
Suspiré aliviada.
Entró a mi habitación con una bandeja llena de comida, café, pasteles y tostadas, mis ojos brillaron al verlo.
—Fui por desayuno.—me sonrió.
—Qué delicia.—comencé por el café, él se había sentado a mi lado para disfrutar también.
—¿Debes trabajar hoy?—preguntó con la boca llena.
—Ajá, es lunes.—dije apenada.
—¿Y si faltas?—se acercó suavemente y comenzó a darme besos en el cuello ¿quería provocarme? Sus besos me hacían cosquillas, por lo que fue imposible no comenzar a reír.
—Basta, Kazutora.—ya había caído de espalda sobre la cama y él se aprovechó de esto para subir sobre mi cuerpo, sus manos tenían retenidas a las mías arriba mi cabeza.
—No pienso detenerme.—dijo sin dejar de besar. Pero se detuvo cuando Machas entró a la pieza y lanzó un maullido desde el suelo.
—¿Ves? Viene a defenderme.—dije riendo, él soltó una risotada y soltó mis manos.
—Te dejaré libre por hoy.—dio otro mordisco al pastel—Solo si me vas a buscar luego del trabajo y salimos.—dijo coqueto.
—Uy.—alcé una ceja—¿A que hora sales?
—A las 6. Podemos ir por cervezas y yo quedo feliz.—sonrió ampliamente, solté una carcajada al oírlo.
—Koko tiene un bar en el centro de la ciudad, podríamos ir.
—Claro.
—Es formal, lo advierto. Koko es así.—dije mientras me levantaba de la cama, debía comenzar a alistarme para ir al trabajo.
—¿Con camisa y pantalones negros está bien?—asentí, él siguió comiendo mientras yo sacaba mi ropa del armario. Una idea brillante vino a mi mente.
—Me iré a bañar.—avisé sacando mi camisa de dormir, quedé únicamente en bragas, simplemente se me antojó provocarlo. Pude ver por el reflejo del espejo como observaba atentamente mis movimientos. Se levantó de la cama para acercarse a mí, su mano fue a mi barbilla, rompió la distancia que había entre nosotros con un beso, suave pero caliente.
—¿Quieres que te acompañe?—dijo al separar nuestros labios, me sonrojé por completo.
—Si tú quieres..—me interrumpió levantándome en sus brazos, me llevaba al baño.
Quitó su ropa y quitó mis bragas, lo hizo con delicadeza, observando cada esquina de mi cuerpo, en ningún momento hizo algún movimiento brusco. Comenzaba a ponerme nerviosa.
Me tomó de la mano y me llevó hasta la ducha, abrió el agua y ambos nos sumergimos bajo el grifo. Yo le daba la espalda mientras él comenzaba a deslizar el jabón sobre mis hombros, era todo tan relajante.
—Tranquila, no quiero que apresuremos las cosas, así que no haré nada más que tocarte.—dijo sobre mi oído. Sonreí al oírlo, Kazutora era un ángel.
Deslizó el jabón por mi espalda, dio un suave apretón a mi trasero y siguió con mis piernas, entremedio iba depositando suaves besos que me hacían suspirar.
Me indicó que me girara, ahora refregó el jabón sobre mis pechos, lo hizo suavemente y sin intenciones perversas, aún así fue inevitable no estremecerme, al parecer él lo notó porque soltó una leve risita.
Cuando terminó, le dije que era su turno, e hice lo mismo con él. Le deslicé suavemente el jabón por su piel hasta que terminé.
Deposité un besos en sus labios al terminar, él deslizó sus brazos por mi cintura. Me sentía tan en paz con él a mi lado, era maravilloso, pero no podía seguir así.
—Sabes que me quedaría así todo el día, pero se me hace tarde.—dije rompiendo el silencio.
—Claro, salgamos.—dijo cerrando la llave y saliendo primero que yo para pasarme una toalla. Me secó suavemente, me estaba tratando como si fuera una bebé, y no me molesta en lo absoluto.
—Gracias.—dije cuando terminó de pasar la toalla por mi cuerpo. Me respondió con un suave beso.
—Deberíamos repetirlo.—sonrió tiernamente. Asentí y comencé a vestirme con la ropa que había escogido hace un rato.
Él hizo lo mismo que yo.
En unos minutos ya teníamos la habitación ordenada y ambos estábamos listos.
—Bien, yo me iré a la empresa.—dije tomando las llaves del auto—¿En la tarde paso por ti?—pregunté despidiéndome con un corto beso en los labios, él asintió.
—Yo también me iré, nos vemos más tarde.—dijo cuando ya habíamos llegado a la salida.

Nos encontrábamos con Kazutora en el bar de Kokonoi, como había advertido el ambiente era bastante lujoso, estábamos en la terraza y había luces por todos lados iluminando la noche, en la parte interior había una inmensa lámpara de cristales, pero todo se veía bien.
—Es muy bonito.—dijo Kazutora cuando nos sentamos.
—Es demasiado lujoso para mi gusto, pero es bonito.—dije mientras comenzaba a leer la carta—¿Pedimos cervezas y unas hamburguesas?
—Suena delicioso.—dijo leyendo también.
En unos minutos tomaron nuestra orden y nos encontrábamos esperando nuestros vasos.
—__, me dijeron que andabas por aquí.—era Koko.
—¡Hola!—lo saludé sonriendo—Iba a avisarte que vendría pero pensé que estabas ocupado.
—Lo estoy, pero quise venir a saludarte.—desvió su mirada hacia Kazutora—Oh, tú debes ser Kazutora.—no sé cómo lo reconoció, ¿quizás porque le dije que tenía el pelo bicolor?
—Un gusto, Koko ¿no?—se dieron la mano amablemente.
—El mismo. Un gusto conocer al chico que mi hermanita ama desde que tiene memoria.—que bocota, le di un puñetazo en el brazo y ambos chicos rieron.
—¡Hey!—dije llamando su atención.
—Tranquila, ya me voy. Disfruten la noche, chicos.—se despidió—¡Cuídala, Kazutora!—gritó cuando ya estaba más lejos. Nos despedimos con la mano.
—Ya ves como es.—dije riendo nerviosa.
—Parece simpático.—dijo justo antes de que llegaran nuestras hamburguesas y cervezas.

Terminamos de comer y beber, nos encontrábamos charlando de cosas sin importancia cuando Kazutora me dijo que me quería llevar a un lugar, accedí con curiosidad.
Pagamos y nos fuimos, esta vez él conducía.
Llegamos al mirador donde alguna vez vinimos en el pasado, fue imposible no emocionarme.
Nos sentamos en la misma banca que otras veces y nos quedamos en silencio observando la iluminada ciudad.
—__.
—Kazutora.
—No sé cómo agradecerte por darme una segunda oportunidad y no querer alejarte de mí.—dijo mirando al frente.
—No me lo tienes que agradecer, yo también deseaba volver a estar a tu lado, a pesar de que me negué en un principio.—admití. Nos quedamos ambos en silencio.
—__, ¿quieres ser mi novia?—preguntó volteando su rostro hacia mí. Me sorprendí con su pregunta, no me lo esperaba.
—K-kazutora.—me quedé en silencio por algunos segundos—Claro que quiero.—respondí emocionada. Él sonrió al igual que yo, se acercó más a mí y nos besamos.
—Te prometo que esta vez si me quedaré a tu lado.—dijo tomando mi mano para besarla.
—No me prometas nada, solo hazlo.—dije suavemente, acto seguido él se abalanzó sobre mis labios para volver a besarme.


yaa, xfin son novios🥰🥰🎊✋🏻

Quédate esta noche [Kazutora Hanemiya] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora