Capítulo 3

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"MI FUTURO"

Bosque Naercis.

LORENA.

—Jaah —me quejo agotada—. ¿Falta mucho para llegar al pueblo?

—A penas salimos hace dos horas. No seas llorona —me regaña mientras me ayuda a cruzar una enorme raíz.

—¿Te parece que ha sido poco tiempo? —replico.

—Entonces quédate en el bosque sola —me mira y sonríe con egocentrismo.

—¡No me amenaces, y mucho menos pongas esa cara! Da vergüenza ajena sólo mirarla —susurro lo último.

—Eso dolió. Sólo estaba bromeando —suspira—. Pronto estaremos en el pueblo, sólo queda una hora de viaje.

—¿Una hora? —me quejo.

Abro el libro y en una pequeña esquina hay un reloj analógico que marca las nueve y trece de la mañana.

Esto va a ser una tortura.

Continuamos caminando. Desde que partimos hemos estado hablando cosas sobre nosotros y descubrí muchas características de Frank. Era una persona amable y cálida con un fuerte sentido de la amistad. También es algo tierno. Un poco bromista quizás. Vivía sólo en una casa que rentó hace siete años y que desde ese momento se dedicó a trabajar como mago.

Le pregunté lo que tenía que hacer para poder trabajar. Dijo que en la taberna, que era el lugar donde estaban todos los magos del pueblo, tenía que hacer un contrato para ser una maga oficial y cumplir con los objetivos de las misiones. Todo muy fácil, además dijo que todos en la taberna son amigos y todos viven en el pueblo.

Él me invitó a conocer a sus amigos y su casa cuando llegáramos. Dijo que si quería podía inscribirme en la taberna, que es donde el trabaja.
Me explicó muchas cosas interesantes sobre el bosque y me enseñó a guiarme por el sol y otros conocimientos básicos para explorar y no perderse.
Para tener diecinueve años no está nada mal.
Sinceramente no pude evitar echarle un ojo de vez en cuando.
Ayer, o mejor dicho hoy, no pude detallar su aspecto por la falta de luz.
Cuando salió el sol me quedé sin palabras cuando vi su rostro.

Era un chico guapo de cabellos oscuros y ondulados, con nariz recta y cejas gruesas. Tenía labios anchos y un poco carnosos y ojos color verde. Obviamente era más alto que yo y su cuerpo estaba completamente cubierto por una capucha de color verde marino casi negro. Su capa llegaba hasta sus tobillos y sólo tenía un botón ubicado sobre su pecho que unía ambas partes.
Usaba un pantalón negro algo desgastado ajustados por un cinturón. De calzado usaba una robustas botas negras con cordones. También traía puesta una camisa de manga larga color azul por debajo de la capucha.
Todo ese complemento le daba un aire misterioso, serio y hasta intimidante, pero era un chico dulce después de todo.

Cargaba su mochila sobre su hombro, la cual consistía en un sacó de tela.
Habíamos hablado sobre muchas cosas, pero no le pregunté que trabajo hizo o que tipo de magia usa.

—Entonces... —dijimos al unísono, y me sonrojé un poco mientras reíamos.

—Tú primero —le dije.

Asintió. —¿Qué tipo de magia usas, pervertida? —sus labios se amplían.

—¡No me llames así! —exijo en falso enojo. Me vibran los senos tan sólo de recordar el momento en el que nos conocimos. ¡Que embarazoso!

Se ríe. —Es broma, tonta —suspiro—. Entonces, ¿qué magia es la que usas?

—Magia ancestral —contesto algo emocionada.

FANTASÍA [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora