Llegó la mañana y Sirius se levantó temprano. Se movió lentamente por la habitación; Harry se removía un poco en su sueño y no quería despertarlo todavía. Al menos uno de ellos debería tener la bendición de dormir. Sirius apenas cerró los ojos esa noche, y mucho menos descansó bien. Llegó a la cocina y notó el olor a café quemado en el aire. Los gemelos estaban apoyando la cabeza en la mesa de la cocina, gimiendo cuando el sonido de los pasos se acercó a ellos.
-Buenos días-, saludó Sirius en voz alta.
Había estado allí cuando era más joven, con demasiada resaca para levantar bien la cabeza y maldiciendo al menor ruido. Pero esa era la magia de ser mayor, el testimonio pasaba a ti y eras el encargado de joder a los más jóvenes.
-Buenos días-, consiguió soltar George; su hermano sólo gruñó como respuesta.
Sirius cogió una taza y se sirvió un poco de la mezcla marrón que pretendía pasar por café. Por suerte, lo olió antes de tomar un sorbo. -¿Qué es esta mierda?-.
-Lo intentamos-, ofreció George. -Estábamos esperando a que viniera alguien que supiera trabajar con esa -(cosa)- y que hiciera un café decente...-
-...uno que no sepa a culo-.
"Sangre pura", pensó Sirius, sonriendo para sí mismo. Sacudió la cabeza y vertió el café chapucero en el fregadero, empezando una nueva tanda. -Entonces, ¿cómo fue anoche? ¿Divertida?-.
-Sí, divertida-, murmuró Fred sin entusiasmo.
-Muy divertido-, añadió George con rotundidad.
Sirius se rió. La cafetera muggle -(una que él había insistido en que debían tener, apoyada alegremente por Arthur)- echó humo y llenó nuevas tazas, enviándolas a la mesa. Tuvo la delicadeza de dejar que su magia depositara las tazas con suavidad, apiadándose de las expresiones malhumoradas de los gemelos. Mientras soplaba su taza, vio a Harry entrar con una expresión similar. El adolescente trató de acariciar su pelo revuelto sin éxito. Sirius le preparó también una taza humeante y se la entregó, estudiando la expresión de su ahijado mientras se apoyaba en la barra de enfrente.
-No puedo creer que haya aparecido así sólo por la cerveza de mantequilla-, dijo el adolescente, dando un sorbo a la infusión.
Los gemelos levantaron la cabeza e intercambiaron miradas; Sirius supuso que nunca ofrecerían "cerveza de mantequilla" sin más a nadie.
-¿Has dormido bien?- Preguntó Sirius a su ahijado, con una ceja alzada.
Harry se limitó a encogerse de hombros y asentir con la cabeza, ofreciéndole un sonido sin compromiso, pero no parecía avergonzado en absoluto.
Pasó un minuto en silencio antes de que Ron, Ginny y Hermione entraran también en la cocina, seguidos por lo que parecía una réplica exacta de Sirius, excepto por unos mechones de pelo rosa chicle. El impostor pasó junto a Harry, sonriéndole mientras los gemelos se reían en sus asientos.
Harry frunció el ceño hacia Tonks, claramente ajena a toda la broma, y Sirius le lanzó una mirada de desaprobación. Miró a su ahijado justo cuando Tonks, aún haciéndose pasar por Sirius, le guiñó un ojo y fue testigo del momento exacto en que Harry se dio cuenta. Sus ojos se abrieron de par en par y se detuvo en seco con los labios pegados a la taza. Se había acordado.
-Oh, mierda-, murmuró.
"Oh, mierda, en efecto", pensó Sirius para sí mismo. Decidió no decirle nada a Harry; le evitaría la incomodidad de tener que explicarle por qué aparentemente había besado a Sirius, que en realidad era Tonks, y por qué había llegado a presumir de ello ante el propio Sirius. Y definitivamente esperaba que todos los comentarios de improviso sobre las nalgadas quedaran enterrados bajo el duro cemento de la pérdida de memoria inducida por el alcohol; tenía que ser así, por el bien de su apenas conservada cordura y autocontrol. El hecho de haber pasado la noche prácticamente despierto le dio tiempo para pensar en las cosas con claridad, al menos la mayor claridad que podía conseguir mientras intentaba mantenerse lo más lejos posible de su (por desgracia) muy atractivo y muy borracho ahijado.
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THE MENTOR
Fiksi PenggemarDespués de que la Segunda Guerra Mágica llegara a su fin, y con tanto por reconstruir y restaurar, es natural que todos busquen refugio en la Sede. Los caminos se cruzan y se toman decisiones, y Harry se encuentra compartiendo la misma habitación de...