៳ 🐉 𝗞𝗜𝗟𝗟𝗘𝗥 𝗤𝗨𝗘𝗘𝗡
・。.・゜꩜ ⛩ ⚔️ ❛ Una deuda de sangre debe pagarse con sangre. Esas fueron las palabras que salieron de la boca del mandarín, y esas eran sus respectivas indicaciones. No importaba de quien se tratara. Si tirabas el vaso, ll...
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Aún recordaba aquella sensación, era algo tan inexplicable, tan bueno para ser verdad y para su sorpresa no era un sueño lo que vivía, si no una realidad.
Amaba sentir el viento sobando sus pestañas, el fresco aire correr por sus pulmones, y la suave brisa rozando su piel, pero sobre todo, lo que más amaba eran los atardeceres, pues era ahí cuando todas las aves de su pueblo se escondían entre los árboles para dormir.
Así pasaba cada atardecer, con miles e incluso millones de pájaros volando por los anaranjados cielos, podría sonar tonto para algunos, pero en su cultura, era algo tan precioso como a lo que llaman un dios, en específico una leyenda de miles de años atrás.
El Fenghuang o como algunos lo llamaban, el Fénix chino.
En los pensamientos de la pequeña, lo que más deseaba en el mundo era poder ver a aquella ave, de la cual había oído un sinfín de historias, pues esta no era como ninguna otra, si no que era, el rey de las aves.
Hace miles de años, dos Fénix, uno macho y otro hembra se miraban entre sí. A aquellos dos fénix, se les podía diferenciar por las plumas de la cola, formaban un circulo entre ambos, un evento tan magnifico para un simple humano. Cuenta una leyenda que fue enviada desde los cielos para representar a la emperatriz de China. Simbolizaba la lealtad y la honestidad, y como gobernante la mantenía alejada de la corrupción.
El emperador era simbolizado con el dragón y ambos, el Fenghuang y el Dragón, representaban a la pareja imperial. Si se usaba un fénix para decorar la casa, simbolizaba que había lealtad y honestidad en las personas que la habitaban. O de forma alternativa, un fénix solo permanece cuando el gobernante no posee oscuridad y corrupción.
Así, Lian amaba su hogar, para muchos era tan solo otro pedazo de tierra en el mundo, pero eso a ella no le importaba, pues todo lo que amaba era su cultura, sus tradiciones y la amable gente que habitaba ahí.
Adoraba que le contaran aquellas leyendas, había pedido su redacción tantas veces que incluso se las sabía de memoria, y como a lo que muchos llamarían un sueño, se volvía tan real con tan solo imaginarlo. Eso era otra cosa que le fascinaba, pues su madre solía contar todas las noches alguna leyenda del pueblito, aveces se repetían estas, pero eso era lo de menos, Lian adoraba imaginarse a aquellas fascinantes criaturas y todo lo que eran capaces de hacer, inclusive, algunas veces soñaba con ellas, y la que más disfrutaba ver ahí era al Fenghuang, ya que este, siempre lucía muy colorido. De alguna manera, esto la hacía sentir segura, para ella, aquella ave era como un hogar, un lugar seguro, donde no importaban las guerras ni un terreno, si no todo lo contrario, el corazón.