Capitulo 4 - La Médium

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-Perdóname Mario, creo que mis hormonas hacen que me comporte de una manera inadecuada a tal punto que llego a hacer y decir cosas que no quiero. No me gusta pelearme contigo aunque parezca que sí ya que constantemente lo hacemos-reí.

-Ay nenita, está claro que sí, no podría enojarme con mi familia. Mi papel juega  fundamental para tu desarrollo integral-respondió dulcemente.

-Gracias Mario, en serio te lo agradezco muchísimo. Prometo comprometerme más con mi parte del juego, por cierto ¿cuáles son los títulos de los libros que debo analizar?-dije apenada.

-Me parece reí, entre los más básicos están: El libro de los espíritus, el libro de los médium, el evangelio según el espiritismo de Kardec, el libro del espirita-respondió contento.

-¡Hugh!  ¿Todos?- pregunté con más desanimo.

-Por supuesto querida, no a la vez, uno por uno. Y por cada libro serás evaluada, así que estúdialos muy bien.  El libro de los espiritas se encuentra en la estantería número 20-B al final del pasillo C a mano derecha, te será fácil encontrarlos; me iré porque yo soy brujo y fácilmente mi magia podría atraer a Milano o sus secuaces. Cuando ya creas que has aprendido lo suficiente chasquea los dedos y yo apareceré para llevarte a casa, no te distraigas con nada, no le hables a ningún desconocido,cuídate, esta lucha por conocimiento es sólo tuya-dijo.

En cuestión de minutos me encuentro sola, en una librería que por cierto está llena de magia ya que nadie por aquí y nadie por allá. Tengo por obligación de todo ser en ambos planos leer cada uno de esos libros aunque no se me apetezca claro que lo haré por el bien de todos, no suelo ser tan rebelde.

Mejor me dejo de quejar, camino hacia la sección C del lado de la 20-B, puedo admitir ahora cuando me hayo sola que algo en mi interior cambia, siento como si se llenara un vacío…

¡Hay demasiados libro! ¿Cómo rayos encontraré lo que busco? Reí. ¿Cómo a una mitad bruja y mitad médium tendría tantos problemas para encontrar un libro?... Bueno si soy ambas cosas probaré con un conjuro haber que sucede reí nuevamente.

-Abracadabra patas de cabra que el libro que busco caiga en esta banca- Para mi sorpresa paso absolutamente nada umm probemos con otro-agua marina cielo rojizo que el libro caiga sobre este cobertizo- otra vez nada ¿lo estaré haciendo mal?; al menos lo intenté y si mi parte bruja no funciona entonces  probaré con mi parte médium solo que no sé qué debería hacer exactamente.

Minutos después de pensar y no lograr avance alguno me senté, cuando de repente escucho una extraña voz.

-¿Qué buscáis pirada?-dijo una voz desconocida detrás de mí.

Me asusté, de golpe me puse de pie y me escondí tras una columna de libros.

-¿Quién eres?-pregunté desconfiada y en tono seco.

-No temáis guapa, soy Gabriel, un tío sobreviviente en este retorcido plano, me escondo en la biblioteca mientras los oscuros revisan los demás sitios donde vosotros podríamos habitar, y ya que nadie viene ni revisa por acá hace este un lugar perfecto para esconderse, ¿pertenecéis al clan de Milano?, porque si es así no le digáis que me visteis por favor, haré lo que os plazca-dijo.

-Hola Gabriel, me llamo Diana, no te preocupes, no pertenezco al clan de Milano-musité.

-Disculpad mi actitud desconfiada muñequita sexy pero hace tiempo que no veo a otro sobreviviente-emitió.

-Para que quede claro no soy tu muñequita ni nada ¿ok?, ¿sabes qué ha ocurrido aquí en realidad?-pregunté.

-Reí, está bien incandescente Diana, con cuerpo ardiente. Es notorio que no sois de estos lares. El tiempo se ha congelado desde que la guerra oscura ha empezado; nadie envejece ni muere. Quienes sois capturados son torturados día tras día hasta quebrantar su alma y volvedla oscura-dijo con tristeza.

Algunas lágrimas escaparon por mis ojos, ¿tan malo era ese tal Milano? ¿ qué habrá sucedido para que Milano sea tan cruel?, aunque a la vez me enoja los comentarios de este muchacho hacia mí. 

-Si no quieres que te ponga en tu sitio ¡contrólate! No soy ningún juguete sexual ¿entendido? -gruñí.

-Sois extraña dulce señorita, vale, me queda clarísimo que no sois de por aquí, solo bromeaba con usted, disculpadme, no creí lastimar su susceptibilidad. Es muy extraño, debo recalcar, no habláis como yo, no caísteis rendida a mis pies y mucho menos no sabéis nada acerca de lo acontecido aquí; no podéis ser mortal, de lo contrario estaríais convertida en piedra ¿cómo es posible?-preguntó.

Me ha dejado en jaque mate, no se ni que decir...

-Disculpas aceptadas, la verdad estoy con amnesia y ando perdida-dije rápidamente para que no sospechara, aunque era evidente que mi acento no era como el de él.-no te preocupes que no pasaré la noche aquí, pero puede ser que mañana vuelva-añadí.

¿amnesia? ¿qué fue eso?, debo aprender a mentir.

-Preciosa no sois buena mintiendo, pero me caeís estupendo así que haremos de cuenta que lo eh copiado. Será mejor que no recordéis nada de aquella noche agridulce-dijo.

Le lancé una mirada furibunda por su comentario. Este chico realmente logra hacerme enojar. Tiene una actitud pedante, tal vez sea por sus dientes perfectamente blancos, sus rizos dorados, su porte de todo un macho con 1.78 m de altura, su bíceps bien formado, sus ojos mieles y su piel suave blanca como la nieve, que harían que cualquier chica tonta caiga rendida a sus pies, se nota que es todo un mujeriego. Obviamente yo no le haría caso, ya quedé curada cuando Enrique Cepeda hizo de mi corazón mil trisas.

-Necesito que me cuentes, imagínate que por no saber sea una damisela en apuros capturada y cruelmente torturada hasta ser doblegada-dije.

-Ese no es mi problema muñequita, pero como hace mucho tiempo no charlo con alguna persona me portare generoso con vuestra merced, el trato que os ofrezco será: contadle algo si la vuelvo a encontrar en algún lugar y usted me dará un beso si corre grave peligro y debo salvadla bellísima ¿de acuerdo Diana?-dijo.

-Eso no es justo y lo sabes-dije.

Instantes después con un chasquido de dedos, desapareció. ¿Quién será tal joven mimado?; me enojan sus groseros comentarios hacia mí y sobre todo su egocéntrica actitud. Ahora me pregunto si él es un ´´sobreviviente´´ entonces ¿habrán más? Y una pregunta más concisa ¿aún existirán quienes quieran luchar en contra de Milano?¿ o él es Milano?...

Encontré después de 20 minutos al final de la 3era hilera el libro bajo el título ´´El libro de los espiritas´´. Así que dejaré de pensar en aquel enigmático joven y me pondré a estudiar.

Justo mientras estaba concentrada en la lectura escuché un ruido que provenía del exterior de la habitación, ¿será Milano? ¿O será un sobreviviente?, estoy tan curiosa que no puedo quedarme más tiempo sentada, voy a echar un vistazo.

Al salir de esa habitación; llegué hasta un oscuro jardín y triste. Miré el reloj para saber cuánto tiempo tenía para evaluar el lugar y fue en ese preciso momento cuando me di cuenta que la hora se detuvo apenas llegamos, las 6:00 am.

Entendí entonces las palabras de Gabriel cuando dijo que el tiempo estaba detenido.

Alcé la mirada y divisé a lo lejos un rosal muerto, caminé para observarlo más de cerca para mí sorpresa este fue reviviendo rápidamente, su coloración oscura cambiaba por hermosos tonos de un arco iris. Lo mismo sucedía con el resto jardín; todo era tan mágico y maravilloso, las ramas de los árboles parecían estar contentos ante mi llegada, incluso empezaron a danzar. Todas las rosas, árboles, plantas, y lo demás empezaron con una danza frenética pero adorable.

Me dejé atrapar por el encanto del momento, lo que hizo olvidarme completamente mi misión en ese lugar. Empecé a bailar al compás de las ramas de los árboles, giraba, saltaba, brincaba, me sentía en paz. Hasta cuando me percaté que otro muchacho me observaba. Entré en razón al instante.

Creciendo mediante el albaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora