Capítulo 6 - La primera prueba

17 5 0
                                    

Ha transcurrido una semana desde que fui al otro plano, en menos de dos semanas mi vida dio un giro de 180°. No he tenido un solo momento de sosiego para poder asimilar la situación. Traje algunos libros para leerlos en la semana, ya casi acabo con el libro de los espiritas.

Al leer cada página, me eh quedado muy fascinada, descubrir cosas que sólo los elegidos pueden hace que me llene de un sentimiento indescriptible y por supuesto han surgido nuevas dudas que Mario fácilmente me supo explicar.

De lo que sí estoy segura es que estoy irrevocablemente enamorada de Sebastián. Siento algo en mí, inexplicable, crece cada día más por él. Desde que Enrique se dio el gusto por romper mi pequeño corazón, no había permitido que ningún chico entre nuevamente en mi vida es más había puesto mil y un barreras, no sé qué clase de hechizo utilizó este médium para que al instante de conocerlo me quede engrupida por él.

Domingo otra vez, son las 4:00 am, es un nuevo récord para mí. Sebastián tiene un buen cuerpo, al igual que Gabriel tiene unos bíceps bien formados, sólo que Sebastián es más educado, más amoroso y se nota que se preocupa por mí... ¿Gabriel dije? ¿Por qué comparo al amor de mi vida con ese inadaptado de Gabriel? Mejor dejo de pensar en tonterías sin sentido y me apuro para que Mario no venga a convertirme en algún feo animal, reí...

-¡Levántate!-dijo.

Lo oí, pero yo ya estaba preparando el desayuno.

-Has madrugado, querida-comentó mientras pasaba por el umbral de la cocina.

-Sí pero no te acostumbres-repliqué.

-Está bien, ojalá y no venga un terremoto por eso-rio.

-¡Que chistosito andas!-exclamé.

-No te enojes Dianita-rio nuevamente.

-¿Qué podré hacer contigo? Ya no tienes remedio-reí.

Comimos un poco, esta vez, teníamos más tiempo.

Nuevamente con sólo un chasquido, volvimos al otro plano.

-Ahora sí, dejándonos de chiste. Prepárate que tendrás tu primera evaluación-dijo.

-¿Mi primera evaluación?-dije nerviosa.

No sé si me he preparado lo suficiente, en esta semana estuve concentrada en cada página del libro pero en cierto momento mis pensamientos se posaban sobre Sebastián.

-Toma asiento, tu evaluación consistirá en tres preguntas. Primera pregunta: ¿Qué tiene que tener el médium para que el espíritu pueda comunicarse con él?-preguntó.

-Pues mmm eso es fácil mmm este, un momento, yo me la sé. Primero debe convenirle hacerlo, segundo que sus posiciones lo permitan y tercero que encuentre en el médium un instrumento propicio.

-Segunda pregunta: ¿Qué significa espiritualista?-preguntó.

-Según la academia de la real lengua española dice que es aquel o aquella persona cuya doctrina es opuesta al materialismo-contesté.

-Tercera pregunta: ¿Los espíritus son causas o efectos?-preguntó.

En esta si me cogió, sé que lo leí pero no recuerdo. Así que será suerte o tripa, reí.

-¿Efecto?-dije dubitativa.

-Has respondio dos correctas, la última fallaste. Los espíritus son causa y no efecto porque cuando se nota un efecto puede adquirirse una causa, pero no es lógico imaginar una causa antes de haber visto los efectos-contestó.

-Son dos de tres, no está mal para ser la primera evaluación-comenté.

-Pero tratándose de ti, la profecía, tienes un desempeño pésimo. ¡Debes esforzarte más!-añadió enérgicamente.

De mis ojos brotaron lágrimas, el sentimiento de culpabilidad invadía mi ser. Debía tomarme las cosas más en serio o si no muchas personas perecerían, las palabras de Mario estremecieron mi ser por lo que caí en cuenta que mi problema es Sebastián ya que afecta mi concentración pero no quiero admitirlo.

-Discúlpame, no volverá a suceder-fue lo único qque alcanzé a decir.

-Esas palabras las eh escuchado demasiadas veces que no sé si pueda creerte-dijo.

-Créeme, me esforzaré más aún, leeré y aprenderé hasta que el sueño me venza, entera me entregaré para formar mi mediumnidad-dije apenada.

-Eso espero, mi querida Dianita, sé que no escogiste esta carga tan pesada y mucho menos elegiste ser quien cumpla la profecía, lastimosamente ese es tu destino-dijo.

-No te culpo Mario, entiendo cuál es mi deber y por eso no pondré oposición-dije.

-Te amo tesorito, sabes para tu edad eres una mujer muy valiente y decidida. Lo que también implica es que he hecho un excelente trabajo criándote-dijo-Pero eso no te ayudará a enfrentar el mal, debes estar preparada hasta para lo que no existe-agregó.

-Gracias, y sí, mi personalidad se debe a tus sabios conocimientos y muchísima paciencia-reí- Ojalá contribuya de manera positiva y no negativa-continué.

Mario chasqueó los dedos y volvimos a la biblioteca, mi lugar de entrenamiento médium.

-Bueno Dianita, ya sabes cómo es esto, es hora que me vaya; espero que saques experiencia de tu tiempo pasado aquí, aunque este desolado y un poco polvoso-dijo.

¡Ay!, Mario es tan dulce. Debo aclarar que no me siento bien mintiéndole, debería decirle que he visto a dos muchachos, de los cuales estoy enamoradísima de uno de ellos y al otro lo detesto con mi alma...

He caminado por toda la biblioteca, he revisado archivos guardados en orden alfabético, he tropezado con varios libros tirados en el suelo; pero aún no encuentro algo que me llame realmente la atención.

¿Cómo esto ayudará a mi entrenamiento?

De repente empiezo a sentir cosas extrañas, el lugar se hizo más frío y sombrío. Estoy sintiendo como si un sensor dentro de mí se activara, no veo nada. ¿Estará todo en mi imaginación?... Entonces me volteo y me quedo helada, un bulto o una sombra negra como la noche se posaba sobre mí, es un humo denso pero dentro de este, dos círculos pequeños a forma de ojos sobresalen por su color rojizo lleno de odio. Nunca he visto nada igual, no se qué hacer, ¿estoy a punto de morir?, no puedo moverme, Mario tenía razón.

Me envuelve, se está apoderando de mí, no puedo gritar, no me puedo defender, nadie me habló de esto, quiero correr pero no puedo.

Escucho una voz interior que me dice ''cálmate y respira que tú puedes'', yo puedo yo puedo yo puedo, cierro mis ojos, me relajo no presto atención a este ser siniestro, Dios ayúdame.

Desde mi mente empiezo a trabajar y le digo a esta cosa: Tú espíritu herrante, sueltame, sigue tu camino, yo soy luz y la llama violeta me protege, Dios está conmigo, y aunque por calles oscuras vaya no temere; así que no te temo y te ordeno que me dejes...

Sentí que ese espíritu maligno me había escuchado, lo sentí, segundos después abrí mis ojos y estaba sola, el ambiente otra vez era normal.

Sólo podía pensar en que había sobrevivido, daba gracias a los elementales a mi gran y misericordioso Dios. Mario tenía razón, no estoy lista y debo esforzarme más.

-¡Felicitaciones mi niña!-dijo una voz conocida.

-¡Mario!-exclamé.

Corrí hacia él, lo abracé y lloré.

-Esto mi niña, fue tu primera prueba y la pasaste con éxito, estás creciendo mucho y muy rápido, no llores, que vendrán pruebas peores-contestó alegre.

Creciendo mediante el albaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora