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Una semana pasó.

Namjoon se sentía desesperado por no tener a Jung siguiéndole a cada hora del día.

Hoseok estaba de lo más relajado esperando a que Namjoon lo buscará para aceptar o negar su petición.

Namjoon sabía cuales eran las intenciones de Jung y aún estaba indeciso. En primer lugar; es virgen, sin algún tipo de idea de cómo hacer "eso" y en segunda; él era un maldito sacerdote que había jurado lealtad y pureza, entrego alma y cuerpo al Señor, no podía pero tampoco podía pasar más tiempo separo de Hoseok.

Kim sabía que si llegaba y le daba un NO por respuesta a Jung, esté le entendería sin algún problema, claro esta, pero también sabía que buscaría a alguien más para obtener lo que con él no pudo. Dándole la atención que él necesitaba a alguien más y eso lo carcomía por dentro. Hoseok nunca le dijo o aseguró que no buscaría a alguien más después de él. Total Hoseok no sentía nada por Namjoon, ¿Verdad?.

Por otra parte Hoseok estaba "tranquilo" realizando cualquier actividad o simplemente durmiendo, todo para distraer su atención de Namjoon, no podía dar el brazo a torcer tenía que hacerse de rogar un poquito tal vez pero en cierta forma estaba impaciente.

Le gustaba poner nervioso al Padre, verlo temblar por unas pocas palabras o simples toques y también por el pequeño atisbo de dolor en su pecho, hacia mucho que no sentía algo así pero era inevitable, él era abiertamente gay -literal- y sabia que Namjoon no entendería lo que sentía por más libros románticos que haya leído, por eso lo prefería así, dándole su espacio al Padre y dejando que tome una decisión aunque Hoseok no quería que Kim acepté, sabía que se engancharia aún más con él y sería difícil cuando Namjoon lo desplaze y no se quede con él.

Aunque en un principio Hoseok quería tenerlo dentro suyo para su propio placer, además de aumentar su propio ego. Ahora la idea de ser un experimento que pone a prueba la vocación y santidad de un Sacerdote no le gustaba tanto pero ya había iniciado esto y por más que a una parte dentro suyo no le gustaba porque sabía las consecuencias que traía, otra parte quería saber que se sentía tocar el cielo.

Podría ser masoquista pero un poco de dolor no daña a nadie, y más si es su propio dolor, a quien mierda le importaba si Hoseok sufría.

Se metió al pozo sabiendo cuan ondo era.

—Acepto.— dijo Namjoon entrando a la habitación de Hoseok, estrellando la puerta contra la pared.

No intentaría zafarse de las frías aguas que intentaban ahogarlo ahora.

—¿Que acepta, Padre?.— preguntó Hoseok tratando de no sonar desesperado, quiera oír las palabras de la boca de Kim.

—Y-yo a-acepto tu proposición.— dijo sintiéndose cohibido y estúpido, en un arrebato sin notarlo había salido de su oficina se dirigió al cuarto del chiquillo y ya decía estás cosas pero no daría marcha atrás aun si no sabía nada respecto al tema este.

Siempre penso que su primera vez sería con una mujer hermosa así como en las novelas que leía pero ninguna mujer que conocía lo hizo sentirse de la forma que Jung lo hace, y, ahora que lo pensaba Hoseok era como esos caballeros perfectos que conseguían lo que querían en sus historias leídas siendo Namjoon la damicela en peligro.

Se sentía estúpido por pensar así pero por una sola vez quería poseer algo, aunque sea por un corto tiempo, lo quería.

—Q-quiero tenerte por esta única noche.— hablo mostrando algo de seguridad la cuál se rompió cuando Jung volteó y por fin lo encaró—. P-por favor.— rogó jugando con sus dedos.

Apodyopsis ✞︎ 𝑵𝒂𝒎𝒔𝒆𝒐𝒌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora