.:。♡゚| Las ve como un par de cachorritas, no puede tomarles del todo en serio, y no quiere hacerles daño poniendo a una sobre otra. Pero las alfas bebés ya están ilusionadas y esperan una decisión.
¿Dos alfas y una omega? ¿No es eso peligroso? Pero...
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- ¿Y ahora por qué pelean? - Jennie escuchó la voz de la alfa y sintió el familiar aroma cítrico de las naranjas en cuanto la tuvo sentándose junto a ella en la mesa de la cafetería.
Jennie se encogió de hombros con la sonrisa divertida observando la manera en que las tontas cachorritas discutían cerca de la tienda del instituto, llamando completamente la atención. Los lobos pasaban de ellas sólo enviándoles miradas extrañadas, aunque eso no parecía importarles demasiado. Una risa se escapó de la garganta de la omega al ver a Lalisa rodear el cuello de la rubia desde atrás para hacerle una llave improvisada, mientras Roseanne manoteaba el brazo y lanzaba codazos para liberarse. Sus muecas del esfuerzo y su rostro enrojecido en verdad gracioso.
- Dije que tenía hambre.
La alfa asintió comprendiendo, riéndose cuando Roseanne lanzó una patada hacia atrás logrando que Lalisa perdiera el equilibrio y entonces aprovechara para correr, no pudiendo hacer mucho pues Manobal se aferró a su tobillo y Park cayó estrepitosa contra el suelo donde ambas comenzaron a forcejear.
- ¿No deberíamos detenerlas? Se van a lastimar.
- Nah ~ sólo están jugando - cuando Manobal se subió colocando ambas piernas a los costados de Roseanne, ambas empezaron a lanzarse manotazos como niñas pequeñas -. ¿Ves, unnie? Son unas bebés.
Hirai afirmó ante la pelea infantil, que terminó limpiamente con el duelo final de piedra, papel o tijera. Quien se levantó para correr gritando alegre fue Lalisa al haber ganado, mientras Roseanne se dedicaba a refunfuñar derrotada sacudiéndose la suciedad de sus ropas y acomodándose el cabello que Manobal despeinó. La alfa menor no estaba mejor, Park le había logrado rasguñar un poco el brazo, aunque eso no parecía importarle mucho, ni siquiera se molestó en acomodarse las ropas.
- Ow... quería que Rosé me comprara el almuerzo, ella siempre compra galletitas de nuez - la omega puchereó, aunque tampoco se quejaba en serio. No cuando Manobal parecía realmente feliz escogiendo un almuerzo para ella.
- ¿Y por qué dejaste que se pelearan?
- Porque es divertido - Momo negó superada por la sonrisa inocente de la omega -, y además mira, Lili compró comida, pero dejó que Rosie comprara el refresco.
Y era cierto. Lalisa sólo movió la cabeza con la sonrisa ilusionada en su rostro para dejar que Rodeanne se encargara de la bebida, provocando en la rubia mayor una enorme sonrisa de oreja a oreja. Ambas cachorras siempre terminaban aliándose a pesar de derrotar limpiamente a la otra, al final repartiéndose algo para hacer feliz a la bonita omega. Y Jennie sonrió cuando notó a Rosé pedir un empaque de sus galletitas favoritas.
- ¿Por qué no les das una oportunidad? - Momo cuestionó realmente curiosa, mirando a las cachorras regresar a ellas sonrientes - En verdad están enamoradas de ti.