.:。♡゚| Las ve como un par de cachorritas, no puede tomarles del todo en serio, y no quiere hacerles daño poniendo a una sobre otra. Pero las alfas bebés ya están ilusionadas y esperan una decisión.
¿Dos alfas y una omega? ¿No es eso peligroso? Pero...
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Roseanne escuchó las quejas de los miembros del equipo de béisbol cuando el entrenamiento terminó, observándolos caminar por la gigantesca cancha para dirigirse a las duchas. Buscó la cabellera rubia de Lalisa, encontrándola en las bancas acomodando su bolso deportivo, por lo que se acercó a pasos calmados. Manobal pareció notarlo, pues levantó su cabeza en cuanto el fuerte aroma de la cafeína tostada inundó sus fosas nasales, su alfa interior de pronto animado siendo que hasta hace unos segundos estaba agotada por todo el ejercicio.
La rubia le quitó la gorra azul marino del cabello para ponérsela, después pasando sus largos dedos por el cabello claro de la alfa menor para peinar el desastre que creó. Lalisa sintió un vuelco en su corazón, junto a su alfa mover la cola como una cachorrita contenta.
— ¿Para qué querías que viniera? —Roseanne escondió sus manos en los bolsillos de su chaqueta de mezclilla después de peinarla, mirándola atento.
Y Lalisa tragó saliva nerviosa, sentándose en las bancas para palmear a su lado invitándola a acompañarla. Park se sentó con las piernas ligeramente abiertas, teniendo que acomodar la gorra del uniforme deportivo para observarle mejor, esos ojos castaños brillando en verdadera curiosidad. Después del mensaje de Lalisa, Roseanne había estado el resto de la jordana escolar pensando sobre ello, con un presentimiento extraño que no podía explicar, pero que hacía a su loba retorcerse de anticipación. La menor parecía ansiosa, jugando con sus manos y mirando hacia diferentes direcciones con tal de no verla a la cara, y eso únicamente ponía a la alfa mayor confundida.
— ¿Está todo bien? Te ves... intranquila.
Suspirando, Manobal se atrevió a verla un segundo antes de desviar sus ojos y enfocarlos en las delgadas manos de la rubia.
— Estuve hablando con mis amigas, ellas dijeron que... éramos rivales.
— Oh...
— Y bueno, ellas en realidad tienen razón — finalmente se enfocó en su rostro, observando en Roseanne una expresión tensa que endurecía sus facciones y la hacía ver más dominante de lo que ya era—, es verdad porque...
— Porque ambas vamos tras la misma omega.
Asintió, suspirando profundo.
— Pero yo no te veo como una rival, ¿sabes? Mi alfa incluso está bien con tenerte cerca de la omega a quien quiere cortejar.
Y es que mentira no era, Lalisa tuvo que indagar en sus recuerdos para tratar de buscar un solo momento en que se sintiera verdaderamente amenazada de Roseanne, incluso tuvo que concentrarse en ponerse en contacto con su alfa interior para así llegar a la conclusión de que ambas no veían a Roseanne como un rival. Park era amigable, simpática y elocuente, era una alfa tan alegre y educada que era imposible no encariñarse. Al principio, cuando comenzaban a lidiar con ese lío amoroso, tal vez sí la odió un poquito producto de los celos, pero eventualmente terminaron encantadas. Su alfa y ella, a ambqs les agradaba Roseanne.