𝟏𝟎;; 𝐥𝐚𝐬 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐭𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐦𝐢𝐠𝐨

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— Dahyunnie — la profunda voz de Rosé llamó a su mejor amiga, quien se detuvo para girarse y sonreírles a las dos alfas de su hermana acercarse a ella en el estacionamiento de la institución después de haber terminado las clases.

— Jennie unnie... Ella...

Dahyun rió por la tierna manera en que Lalisa enrojecía al intentar completar la frase.

— Está en celo, sí, por eso no vino hoy — por lo que la terminó por ella, sonriendo ampliamente con un deje de burla que hizo a la de flequillo bufar en un pequeño puchero.

Sí, Jennie había entrado en celo justo el día anterior, que fue después de hablar con Dahyun sobre la situación amorosa en la que se encontraba. Llegó de sorpresa, porque la omega mayor había estado tan ocupada tratando de no estresarse por el trabajo en la escuela y el lío con las alfas que sencillamente lo había olvidado por completo, así que cuando los intensos dolores abdominales comenzaron tuvo que quedarse en casa porque no podía ni quería moverse demasiado.

— Uhm... pensamos que podría sentirse un poco solo estos días, así que le trajimos esto —Roseanne levantó una bolsa de plástico negra que no dejaba ver el interior, ofreciéndosela a Dahyun, quien la tomó con una ceja alzada.

— No son dildos o algo así... ¿o sí?

Lalisa negó repetidas veces tanto con la cabeza como con las manos, su rostro coloreándose mucho más.

— ¡No es nada de eso! En realidad son...

— Está bien, no quiero saber — La mayor rió, metiendo la bolsa en su mochila —. ¿Cómo supieron que unnie estaba en celo?

— Conocemos su ciclo, también podemos sentirla y olerla.

Y mentira no era; cuando Jennie estaba por entrar en calor, comenzaba a comportarse más mimosa con las chicas, y algunas veces hasta esquiv, como esos días en que estuvo un poco más dócil en las peticiones de ambas, como aquel día en el restaurante de comida rápida; antes de ir había estado tan pegada a Roseanne jugando con su mano como un gatita curiosa. Y el día en que llevó la sudadera de Lalisa, llevó su aroma todo el día, porque así aunque no estuviera con ella podía sentirla cerca. Ambas habían estado dudosas al principio, pero el aroma suave del caramelo parecido a la miel había estado intensificándose un poquito más durante esa semana, por lo que cada día se hacía cada vez más evidente que la mayor entraría en celo.

ᴄᴀᴘᴘᴜᴄᴄɪɴᴏ ᴄᴀɴᴅʏ| ᴊᴇɴᴄʜᴀᴇʟɪsᴀ ɢ!ᴘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora