The Dream Chapter: 14

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Uno a días después de que Takemichi despertará fue dado de alta, de nuevo, tendría que ir a revisiones médicas, pero esta vez serían más frecuentes por la gravedad de la herida

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Uno a días después de que Takemichi despertará fue dado de alta, de nuevo, tendría que ir a revisiones médicas, pero esta vez serían más frecuentes por la gravedad de la herida. Estaba caminando en dirección a su casa, después de mucho tiempo iría a su solitario hogar, donde lo primero que haría sería tumbarse en su cama y dormir. Era una tarde calida, extrañaba sentir el calor del sol contra su piel, lo relajaba y lo calmaba, le recordaba a esos días felices cuando su mamá lo llevaba a la playa a jugar con el agua, donde adoraba ser un niño, sin ninguna preocupación, sin tener que preocuparse de su futuro, sólo correr, hacer travesuras, comer dulces, sin tener que lidiar con otras problemas amorosos, de pandillas o de cargar la responsabilidad de poder salvar la vida de todos tus amigos, quería volver a ser un niño y sólo sentir los mimos de su madre cuando no podía dormir o cuando no podía dejar de llorar.

Al llegar, se paró en frente de su casa, observando lo descuidada que estaba, pero sintiendo un aura triste, una que nunca antes había percibido. Al entrar, vio que los muebles de la sala estaban repletos de polvo, la alfombra que se encontraba a bajo de la pequeña mesa en el centro tenía demasiadas bolsitas de azúcar para café de esos que hay en los establecimientos que están abiertos las 24 horas del día. Cuando llegó a la cocina, se topó con todo hecho un desastre; había platos sucios en la mesa y en el fregadero, el frasco de café estaba tirado en el suelo completamente roto, más de esas pequeñas bolsitas e incluso comida echada a perder. Salió de ese sucio lugar y llego a la habitación de su madre, con la duda de si había estado en casa en esas dos semanas en las que el se ausentó. Al entrar en ella, vio las sabanas y cobijas de la cama hechas un desastre, tiradas por el suelo de aquel cuarto mientras que en el buró había un frasco de píldoras para dormir completamente vacío.

Takemichi se empezaba a asustar, nunca, en todo el tiempo en el que se iba, se encontraba de esa manera, de hecho, siempre que regresaba las cosas se encontraban casi intactas, ya que su madre sólo tomaba café y dormía. Subió hasta el segundo piso, donde se encontraba su recámara, el pasillo estaba vacío, extrañamente limpio, a comparación del primero, su cuarto se encontraba completamente en orden, tal y como lo había dejado aquella última noche. De no ser por aquel portaretratos que se encontraba en el suelo, roto, mientras que la foto de él y su madre estaba cortada por los pedazos de cristal, su habitación estaría completamente impecable. Al levantarla, sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo, la parte donde se encontraba su madre era irreconocible, mientras que del lado de él, se encontraba intacto.

Decidido volver a dejarla en la mesita de noche, porque después la arreglaría. No le tomo tanta importancia, pues creyó que sólo se había caído por haberla dejado muy a la orilla, así que comenzó a limpiar la casa. Aún se encontraba algo abrumado por los eventos que recientemente había vivido, pensó que eso le ayudaría despejarse y vaya que funcionó. Cuando terminó, se preparó algo de comer, de nuevo comería aquel ramen instantáneo,  que se hacía cuando no tenía ganas de nada, los preparo con pereza, pero en cuanto estuvo listo, no tardo mucho para que lo comiera por completo. Subió de nuevo a su habitación, para dormir un poco, ya que el haber limpiado aquel desastre lo agotó completamente. Después de ponerse ropa cómoda, se recostó en su cama y cerró sus ojos, siendo que en tan sólo minutos se quedó dormido.

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