En algún punto de su viaje, Takemichi se enamoró de Manjiro, al punto de que ambos se volvieron pareja, logró salvar a sus dos hermanos y pensó que todo acabo ahí, y que en un futuro el estaría al lado de Mikey, sin embargo, no fue así, durante su ú...
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El ambiente dentro de esa habitación se hacía cada vez más pesado, las miradas de odio y asombro que los miembros a Bonten le daban a los tres jovenes sólo hacían las cosas que las cosas resultaran más difíciles e incómodas.
Mikey por su parte aún no lograba asimilar lo que veía y lo que sentía, aún si no lo demostraba, todo dentro de él era un completo caos, ya que solo podía pensar en que ese Takemichi era diferente al de hace 12 años e incluso aún más distinto al de todos sus "yo" de otras líneas temporales, y eso era más que obvio, era absurdo que Takemichi fuese el mismo que hace doce años, pero le daba la sensación de que aún podría tener alguna similitud con todas sus anteriores versiones, si es que así se le podría llamar.
Manjiro, empezó a observar con detalle todo él sin decir nada, desde sus pies hasta su cabeza, dándose cuenta de que la única similitud que conservaba era su cabello negro rizado y su piel pálida, como en sus "anteriores yo". No tenia que ser experto para saber que debajo de su traje negro poseía un cuerpo demasiado ejercitado y tonificado, su espalda, sus piernas, sus brazos, lo hacían ver demasiado atractivo, tanto que contemplo por unos segundos lo bien que se veía, para después subir su mirada completamente a el rostro que tanto recordaba amar.
Notó, que en el había pequeñas cicatrices, probablemente eran de aquellas que se ganó durante todas las peleas en su adolescencia. La figura de su rostro seguía siendo afilada, delgada y ahora se veía más madura, sus mejillas aún eran redondas y gorditas como las de un niño, justo como las recordaba, subió un poco más topándose con enormes ojeras que no eran muy visibles, pero demasiado notorias si mirabas su cara con atención. Continuó examinando el rostro de Takemichi, tratando de memorizar cada detalle de este. Descuido un poco su vista, logrando que está terminará topándose con los ojos de Takemichi, lo que como consecuencia hizo que ambas miradas se conectaran. Esto provocó que un escalofrío recorriera todo el cuerpo de Mikey. Sin poder siquiera parpadear observó con atención los ojos del contrario que a pesar de ser igual de azules que el cielo, eran opacos, transmitían un aura triste, cansada pero a la vez demasiado intimidante y seria.
Su corazón dolió, pues de alguna manera sabía que el que él perdiera el brillo tan hermoso que solía portar, tenía que ver con él, a pesar de eso, Hanagaki seguía siendo tan lindo como aquella última vez que lo vio sonreír e incluso ahora, le parecía aún más hermoso.
- Señor Sano, podría dejar de observarme y ponerme un poco de atención ¿Podemos empezar?- Hablo Takemichi, haciendo que Mikey saliera de sus pensamientos y pusiera otra vez atención a su alrededor. Esta vez notando a la otra persona que estaba a su lado.
- No tenemos intenciones de hacer negocios con ustedes. Su emboscada fue demasiado buena, pero es hora de dejar de jugar.- Se dirigió Manjiro hacia el hombre que yacía junto a Hanagaki.- Debo admitirlo Aki, eres demasiado ingenioso, tanto que ahora eres tu quien tiene el control.-
