En algún punto de su viaje, Takemichi se enamoró de Manjiro, al punto de que ambos se volvieron pareja, logró salvar a sus dos hermanos y pensó que todo acabo ahí, y que en un futuro el estaría al lado de Mikey, sin embargo, no fue así, durante su ú...
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Takemichi había conseguido la información que necesitaba para volver y cambiar el pasado, para ayudar a Mikey y salvarlos a todos, pero en el proceso, había perdido a su amigo, a su mano derecha, a quien lo había apoyado en todo ese largo viaje, quien uso su ultimo aliento de vida para hacerlo regresar. Ahora se encontraba corriendo entre las calles de aquella fría ciudad, en dirección hacia aquella unidad departamental, en donde confirmaría lo que más temía, tenia que tomar su mano y volver, o al menos intentarlo. No podía terminar así, no de esa manera, Naoto no podía estar muerto en el futuro, Mikey no debería estarlo, Hinata no debería estarlo, nadie debería estarlo... Otra vez había fallado, otra vez, todos habían muerto a manos de Kisaki y el tomar la mano de aquel pequeño niño se lo confirmo, estaba muerto y no podía hacer nada para volver, a menos de que cambiara el pasado.
-Puedes irte Naoto, perdón por llamarte a altas horas de la noche, falle otra vez.- Dijo Takemichi con la voz entrecortada, sentándose en la orilla del tobogán de aquel pequeño parque que en el que se encontraron, viendo la fina arena que rodeaba sus pies, como si en ella buscara consuelo. Al paso de un rato, una silueta se paro en frente de el, por lo que supuso que era él.- Veo que aun no te has ido.-
- No pude hacer nada, ahora ni siquiera puedo regresar al futuro porque tu estas muerto, no pude salvar a Hina, ni a Mikey, no te pude salvar, no pude evitar esa mierda de futuro. Yo sólo quiero salvarlos a todos, quiero que sean felices... Tal vez yo debería morir, soy un inútil, lo sé, no puedo hacer nada bien.- Hablo demasiado desesperado, al punto de asincerarse demasiado gracias a las emociones del momento y no fue hasta que sintió como alguien se deslizó por el tobogán, topando con su espalda, cuando cayó en cuenta de su error.- ¿Eh?
- Takemichi, eres un buen chico, no es tu culpa que haya terminado de esa manera, tal vez escuche algo que no debería, pero se que has hecho tu mayor esfuerzo para hacernos felices a todos.- La voz de aquella chica era muy cálida, comprensiva, como si de un abrazo sonoro se tratase, esas palabras le dieron el consuelo que necesitaba en ese momento.- Puedo notar que estas cansado, y de alguna manera te creo, así que no tienes porque cargar con todo tu solo, pide ayuda cuando lo necesites ¿Está bien?– Continuó sonriente.– Takemichi-kun, ¿Puedo preguntarte algo?
- ¿Huh? Si, dime.-
- ¿Cual es tu edad en realidad?- Aquella pregunta lo tomó por sorpresa, pero al no tener alternativa, se vio obligado a responderla.
- Tengo 26 años...
- Ya veo, entonces... ¿Te has casado en el futuro?¿O lo has pensado?- Sintió como la fémina rodeba su cuello con sus brazos.- ¿Es muy duro cargar con la vida se todos en tus manos?
- Um, bueno, nunca eh pensado en el matrimonio porque no creo estar listo, pero realmente es muy difícil.- Dijo dejando que ese abrazo durará unos minutos más, para después levantarse de aquella resbaladilla, ayudando a su amiga a a hacer lo mismo. Sus palabras, a pesar de ser inesperadas, de alguna u otra manera lo animaron. Estaba demasiado agradecido con la chica.- Gracias Hina, me tengo que ir.
