unOrdinary: Evolución

2

— ¡Cecile!, ¿¡estás bien!?

Un chico con cabello azul pálido acababa de entrar a la enfermería. Ken estaba sentado, a un costado de la habitación. Cecile seguía inconsciente en una camilla.

— Oh, pensé que estaría despierta.

El chico se fijó en el pelinegro que esperaba medio dormido.

— ¿Y tú eres?

— Ken, alumno nuevo. Solo la traje hasta aquí.

— Oh, gracias por eso. ¿Qué tan mal está?

— El médico dice que en unos minutos debería poder volver en sí. ¿Es amiga tuya?

El aludido se sonrojo tímidamente.

— Ah, no... en realidad, ella es mi... jefa. Yo me dedico a la prensa de la escuela.

— Ya veo...

El pelinegro observó a Cecile, que aún descansaba inconsciente. Imagino que, para ser la jefa de prensa, debería tener un nivel considerablemente alto.

— Oye... gracias.

— ¿Uhm?

— Gracias por traerla aquí. No me gustaría pensar que, de no ser por ti, seguiría tirada en medio del patio. Pocos son los que tienen la buena voluntad de ayudar a otros.

Ken solo agachó la cabeza, decepcionado al darse cuenta de que Wellston no era distinto de otras escuelas en las que había estado previamente.

— ¿Te molesta si me siento?

El chico peliazul tomó un asiento y se sentó junto a Ken, presentándose con el nombre de Otis. Esperaron unos minutos hasta que Cecile comenzó a moverse. Pasados unos segundos, abrió los ojos lentamente, y miró a su alrededor.

— ¡Cecile, despertaste! ¿Cómo te sientes?

La chica intentó levantarse, pero cada hueso de su cuerpo crujía y moverse le causaba un dolor indescriptible. No pudo evitar dejar escapar un quejido. Otis se puso de pie y la ayudo a recostarse nuevamente en la camilla.

— Cuidado, no trates de levantarte.

La sala se quedó en silencio. Nadie se atrevía a decir nada. La peliverde no había notado la presencia de Ken.

Un poco de tiempo después, Otis rompió el silencio.

— Ese Joker es despreciable. Un poco más de daño, y probablemente estarías en un hospital ahora mismo.

No obtuvo una respuesta inmediata, parecía que la chica estaba pensando. La peliverde dejó escapar un suspiró, y la habitación se quedó en silencio nuevamente. Ken había sacado su teléfono y se dedicaba a mandar ciertos mensajes. Fue entonces cuando Cecile se dio cuenta del muchacho pelinegro a su lado.

— ¿Se puede saber quién eres tú?

— Oh, cierto, no lo sabes... Él es Ken, es quién te cargo hasta la enfermería después de...

El chico peliazul pareció cortarse en su frase y sumirse en un pensamiento, antes de continuar.

— Hay que hacer algo al respecto pronto... Los estudiantes están empezando a enloquecer.

— Ese "algo" es para que el King y Queen lo resuelvan. No hay nada que pueda hacer llegados a este punto.

Ken levanto una ceja al oír esto. Se había imaginado que con la habilidad que Cecile tenía, ella sería la Queen, pero al parecer había estudiantes aún más poderosas en la escuela.