P R O L O G O

13 1 1
                                    

Comenzó la tormenta de problemas para aquellos chicos.Lucka y Jein eran tal vez una coincidencia muy extraña del mundo, pues los dos eran personas totalmente diferentes pero con problemas en común lo que los hacia ver aun mas extraños,nunca se vio un aconexion tan grande como aquella que se presenciaba entre ellos.

Suspiraron al mismo tiempo,al ver como no paraban de hacer aquello que les hacía tanto daño.

-¿crees que algun dia podamos dejar de hacerlo?- indicó la chica,dejando en claro que a pesar de todo aun le aterraba lo que hacían.

Lucka la miro desconcertado por la pregunta que acababa de hacer y aunque buscaba las palabras para poder responderle sabía que no podía hacerlo por que ni él sabia si algun dia terminaría.

Jein siguió esperando la respuesta del chico pero nunca llegó, lo que causó que dejará su pregunta de lado para poder concentrarse en lo que estaba pasando en ese momento, él era tan difícil de descifrar que era algo que la frustraba cada vez más y hacía que su curiosidad por conocerlo siguiera creciendo aún más.

-Tal vez algun dia podamos dejarlo,¿no crees?- insistió cansada de no tener respuesta a ninguna de las preguntas que hacía.

Y a decir verdad el cansancio no era solo por lo que ocurría a su alrededor sino también  por las actitudes que tomaba el cada vez que ella le hacía una pregunta relacionada a lo que los dañaba, pero ella sabía que aunque lo intentara no podría irse y dejarlo allí como si nada, pues se había convertido en la persona perfecta para calmar sus penas y llenar de paz su mundo por un momento, así fuera pequeño.

-No se- contesto el sin importancia.

Lucka tomó la botella y el último cigarro que le quedaba en aquella cajita que cargaba en su pantalón. Jein lo miró con tristeza y melancolía, no lo dejaría solo así que sacó de su pantalón un cigarro que tenía guardado desde hace unas horas y siguió al lado de él dándole a entender que  era algo que compartían y que no se iría tan pronto como él pensaba.

-Escuche que volviste a golpear a una de tus compañeras-habló él rompiendo el silencio que se había formado.

-¿a si?-contesto la pelinegra sin ninguna expresión en su rostro.

-Si, no me digas que ahora se te a echo costumbre golpear chicas-dijo el chico con un poco de diversión y con una risa burlona.

-Tal vez-contestó ella con diversión,dando a entender que no le molestaba su comentario y que también le causaba gracia.

-¿Debería preocuparme?-cuestionó el.

-Para nada,solo me defiendo o por lo menos eso intento- expresó ella con cansancio y enojo a la vez.

-Bien, por lo menos ahora sé que lo haces por obvias razones-soltó él intentando dar un poco de apoyo-,¿que te dicen para que llegues a los golpes?.

-Dicen que soy patética y débil, que no tengo a nadie y que nadie estaría para mi por que doy asco y vergüenza-jein confesó con dolor y melancolía.

-Pues deja que piensen lo que quieran-dijo con un poco de enojo- deja que piensen que no tienes a nadie para que te ayude-dio el último sorbo a su botella y apagó el cigarro-al final, cuando menos lo imagines y cuando más lo necesites llegará lo que tanto esperas, y solo ahí recuperaras tu hermosa sonrisa que de seguro algun dia tuviste.






Tus ojos y mi destino en ellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora