Capitulo 10

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Empiezo diciendo que ya se que no actualice cuando dije que lo haría pero no a sido mi semana, but tamo de vuelta:)

Jein

Me desperté y el dolor en mi cuerpo era horrible, me sentía demasiado mal, me di cuenta que estaba en un cuarto que de seguro era de lucka, era muy neutro, todo blanco y negro, habían varios estantes con libros y revistas, la habitación estaba llena de algunos posters, de seguro sigue alguna banda y le encanta leer por que era excesivos todos los posters y los libros pero se sentía bastante bien estar allí.

Después de intentar levantarme y fracasar en el intento entraron a la habitación.

-Jein que bueno que ya despertaste-me dijo mi amigo lex y me abrazo a lo que yo respondi de la misma manera-¿Te duele mucho?- dijo en un tono de preocupacion.

-Tranquilo, estoy bien- intente sonar segura pero era obvio que no habia sido asi.

-No te preocupes, la abuela de lucka dijo que ahorita venia para revisarte.

-¿La abuela de lucka?- dije sorprendida por que no creí que viviera aquí con ellos.

-Si, pero ella no vive aquí, solo vino de visita- contesto tranquilamente.

Debo dejar de hacer suposiciones

-Mmm vale- no sabia que mas decir.

Lex se me quedo viendo con una expresión de tristeza y de culpabilidad

-Ay jein, no sabes como lo siento, yo no debí dejarte sola en ningún momento, debí estar pendiente de ti, lo lamento tanto por que se por todo lo que has tenido que pasar, yo prometí que te cuidaría y no fue así.. perdóname.

-Lex- le tome la mano para que no sintiera que yo lo culpaba por lo sucedido.

-No tienes por que pedirme perdón, nunca imaginamos que algo así podía pasar, te agradezco por haber ido por mi, no se que hubiera pasado si ustedes no llegan a tiempo- dije con un nudo en mi garganta, recordando todo lo que había pasado.

-No tienes por que agradecerme a mi, no fui yo el que te busco.

En ese momento se abrió la puerta dejando ver a lucka con una bandeja llena de comida, su cabello despeinado, sus manos vendadas y sus ojos chiquititos, se veía tan cansado que lo mas seguro es que no haya dormido nada en toda la noche.

Lex se levanto y se dirigió a la puerta pasando por un lado de lucka dándole una palmada en el hombro y cerrando la puerta, nos quedamos completamente solos y lo primero que note es que el no me miraba, tenia sus ojos en otro lado menos en mi.

-Mira, te traje algo de comer y también estas pastillas para el dolor- dijo dejando la bandeja en la cama junto con las pastillas.

-Gracias- dije con un tono seria, mas de lo normal.

-Yo.....espero que no te haya molestado que te trajera a mi habitación y que te hubiera puesto uno de mis busos- dijo con nerviosismo y evitando mi mirada.

Ni siquiera me había dado cuenta de que tenia uno de sus busos puesto.

-No pasa nada

-Esta bien, yo vendré mas tarde para ver como sigues- se levanto de la cama y yo lo tome del brazo, el me miro sorprendido.

Genial, ahora mis nervios estaban al máximo

-Yo... yo te quería agradecer por lo que hiciste por mi y....-deje de hablar cuando el se acerco a mi y me dio un abrazo.

Me tomo por sorpresa pero le respondí de la misma forma, el tenia su cabeza encima de mi hombro mientras que me acariciaba con mucho cuidado mi espalda, como si se tratara de algo muy delicado, era como si quisiera que supiera que el estaría para mi, que me cuidaría y que quería que estuviera tranquila.

-No tienes por que darme las gracias, no sabes cuanto me asuste, no sabia que hacer si te hubiera pasado algo mas y no hubiera llegado a tiempo- me dijo tomándome con mas fuerza y acercándome aun mas a el, que tranquilidad el tenerlo tan cerca.

Yo solo me puse a acariciarle sus rulos mientras que sentía su respiración en mi cuello, se sentía jodidamente bien que me tomara entre sus brazos de esa manera, no quería que dejara de abrazarme así que lo abrase aun mas fuerte sin importar el dolor en mi cuerpo, fue como si hubiera calmado todos mis dolores y hubiera detenido el tiempo donde solo existíamos el y yo, nadie mas. El se separo de mi suavemente para dedicarme una sonrisa de medio lado, por un momento solo nos quedamos viendo el uno al otro y allí supe que este chico estaba causando cosas en mi que jamás había sentido.

Tomo mis mejillas con sus dos manos y no pude evitar sentir un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, se fue acercando cada vez mas a mi, estaba tan cerca que empezó a rosar su nariz con la mía, me dedico la ultima mirada y unió nuestros labios en un cálido beso, sus labios eran suaves y encajaban perfectamente con los míos, como si de dos piezas de rompecabezas se tratara.

El bajo sus manos a mi cadera y profundizo nuestro beso haciendo que por un impulso me posicionara encima de el para sentirlo aun mas cerca a mi, me seguía acariciando la espalda mientras que yo colocaba mis brazos alrededor de su cuello, era un momento perfecto, como si hubiéramos esperado una eternidad para llegar a este momento.

-Eres tan perfecta jein- me dedico una sonrisa tierna y me dio un mini beso.

Mis mejillas empezaron a arder y eso solo significaba que me había puesto roja como un tomate, me dio mucha vergüenza aunque a el parecía causarle mucha gracia el verme sonrojada por su comentario. Yo me separe de el para volver a mi posición de antes y el cambio su expresión y puso un puchero, no pude evitar pensar en que se veía como un niño cuando le quitan su nuevo juguete favorito. 

-No me pongas esa carita- le di un pico en sus labios y su expresión volvió a cambiar pero esta vez expresaba felicidad.

-¿Que me has echo? ¿quieres volverme loco o algo así?

-Oye, loco ya eres, además yo también me pregunto lo mismo, ¿no que no querías volver a verme?- pregunte con un toque de gracia y el se me quedo viendo fijamente como si se estuviera acordando de algo.

-A veces las cosas que menos esperamos llegan sin ninguna razón en especifico, es ahí cuando te das cuenta de que aunque no lo quieras estas destinado a vivirlo y que bueno que seas tu quien haya llegado sin avisar.





Tus ojos y mi destino en ellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora