diez

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—Bebé la mamá de Kate me invito a almorzar, iré con ella, nos vemos.

Iba a darme un beso, pero lo detuve lo de Kate se estaba saliendo un poco de control, todos los días Kate esto Kate aquello, ya no pasaba tiempo conmigo.

—¿A almorzar? Dijiste que hoy comerías conmigo, ¿hay algo entre tú y Kate?

Por fin tomé el valor para preguntar, siempre creí que Chan era perfecto, cuando me propuso salir casi lloro de la felicidad, pero ahora ya no sé que pensar.

—Félix ¿Te estás escuchando?

—¿Qué?

—No sabía que eras un controlador, ¿Acaso no confías en mí? Pensé que Kate te caía bien ¿Qué pensara ella cuando sepa que piensas así de ella? No pensé que fueras así Félix, eres tan descarado como para pensar eso de mí y Kate.

¿Por qué? ¿Por qué la mirada enojada de Chan me hacía sentir tan pequeño? ¿Por qué me sentía tan culpable?

—Estoy muy decepcionado Félix.

Se fue, ninguna palabra de amor, ningún beso o abrazo, nada.

Me siento culpable, ¿Realmente soy un descarado? Como pude pensar eso de Kate.

Sentí mi rostro mojado mientras veía como Chan subía al auto de Kate, me sentí temblar y mordí mis labios con nerviosismo.

Camine, sin un verdadero rumbo, solo pensando en lo que había hecho, Chan está decepcionado de mí, soy un tonto, soy un desastre.

Las palabras de mi madre se reproducirán en mi cabeza como en recordatorio de mi pena.

Nunca nadie te amara, ¿Quién amaría a alguien como tú? Eres un error jamás debiste existir, si te hubiera abortado tu padre jamás me hubiera dejado. Te odio.

Mire hacia afrente encontrándome frente a mi casillero.

Tuve miedo de abrirlo, que al hacerlo, en lugar de contener bellas palabras, lo que haya dentro sean más cosas hirientes, letras llenas de odio dirigidas a mí.

Sentí como me faltaba el aire y me fallaban las piernas, abrí con dificultad el casillero encontrando ahora una nota junto a una hoja más grande.

Me recosté en el suelo entrando en pánico, no podía leer bien, mis manos temblaban y no podía dejar de llorar, mi pecho duele, no veo bien, todo es borroso, tengo miedo.

Trate de respirar, pero me era casi imposible, con miedo trate de encontrar consuelo en aquellas notas secretas.

Tuve que cambiar por completo mis planes para hoy, Chan es un idiota, no eres un descarado, no eres un controlador, no eres un mal amigo, no estoy decepcionado de ti.

Arrugue un poco la carta luego de leer la primera parte, sentí alivio, saber que no era juzgado, que talvez esa persona detrás de las cartas realmente me quisiera.

No llores por favor, odio verte llorar, cuando lloras parecer apagarte, amo tu sonrisa, es la más hermosa que he visto.

Prometo que haré lo posible para volver a verte sonreír. Te amo.

Amor, realmente no sabía que significaba, nunca nadie me amo, ni mi madre, ni mi padre y mucho menos Chan, ¿Este chico me ama de verdad?

Tome la hoja y al voltearla vi un dibujo mio, estaba sentado resolviendo una tarea, tenía un puchero y jugaba con mi lapicero.

Cuando no te sale un ejercicio te ves realmente adorable.

Sentí mis ojos pesados y de apoco pude respirar de nuevo, lo último que pude hacer fue acomodarme un poco antes de quedarme completamente dormido.











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—No lo puedo creer, ¡Levántate!

Me desperté al sentir como me movían fe un lado a otro.

—Estos adolescentes y sus tonterías, ya son las 5 de la tarde, largo.

Miré a ambos lados sin entender, ya no estaba frente a mi casillero, estaba bajo ese árbol que había dejado de visitar hace un tiempo, tenía una chamarra encima como una manta y mis cosas estaban bien acomodadas a un lado mio.

—¿Qué no oíste? ¡L.A.R.G.O.!

Me levanté rápido y empecé a guardar mis cosas, salí casi corriendo con miedo de seguir molestando a la señora de servicio, metí mis manos a los bolsillos de mi chaqueta y sentí algo diferente.

Saque de el la hoja de un cuadernillo, cuando la vi no pude evitar sonrojarme.

Realmente adorable.

En el dibujo estaba yo durmiendo mientras sostenía la nota y dibujo de mi compañero anónimo.

Guarde la hoja con cuidado en mi chaqueta y camine a casa con una sonrisa en el rostro y las mejillas sonrojadas.

Talvez alguien si podía amarme.

TRUE COLORSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora