dieciséis

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—Iba a pedirte que me ayudes con Félix, pero mejor no —miré confundido a mi madre y mi profesor se echó a reír.

—Estos adolescentes y sus hormonas —dijo mi profesor, y me quedé pensando a que se referían.

Unos segundos después me puse colorado y esta vez mi madre empezó a reír también.

—¡Y-yo nunca pensé a-así de L-lix! —las risas se hicieron más fuertes y no podía estar más avergonzado.

—No te preocupes, pronto tendremos esa charla muchacho —mi profesor palmeó mi hombro y salí corriendo a la cocina.

—¡No ensucies nada! — escuché las risas de los mayores y empecé a hacer el chocolate que mi mamá me había pedido antes.

—Dios —cerré los ojos y esperé a que el agua hirviera, mi corazón latía fuerte y ahora no podía dejar de pensar en lo que dijeron.

¡Vamos! Tengo 17 y Lix 16, a pesar de todo nunca pensé así de él, no soy un santo, pero sentía a Lix tan lejos de mi alcancé que solo pensaba en el cómo alguien que podía admirar, y tratar de retratar en mis pinturas.

Coloqué el chocolate en la olla y cerré los ojos.

Mala idea.

Al momento algunas escenas algo subidas de tono aparecieron en mi mente, abrí los ojos y trate de borrar las imágenes.

Fue casi imposible, no lo había pensado, no solo el rostro y los sentimientos de Lix eran bonitos, tenía muy buen cuerpo gracias al ballet, nunca me había fijado en ese detalle y ahora estaba pensando en como se sentiría tocar su cintura.

Solté un quejido tratando de distraerme y escuché la voz de mi profesor—. Félix aun está pequeño Hyunjin —grite aún más colorado y empecé a mojarme el rostro.

¿Ahora como veré a Lix a los ojos?

Terminé de preparar el chocolate e intenté de todo para no pensar de más.









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~JJ se despide ;3

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