Piggy Boy ➳ Kookmin | Jikook

03

—Despiértalo despacio, yo bajo a Ricky Moo.— dijo Soojin con cariño. Se bajó a abrir la puerta trasera para tomar a la cerdita que estaba pegada al niño dormido.— Los esperamos adentro.— se adentró a la propiedad mientras la cerdita en sus brazos se quejaba, quería seguir con aquel humano que le daba tranquilidad.

—Despierta, lindo.— susurró Jimin. El niño se había quedado profundamente dormido por las caricias en su cabello.— Koo...— con sus manitas, acarició las mejillas del niño.

—Uhm... ¿Jimin?— abrió los ojos despacio, aún adormilado.

—Llegamos a mi casa.— le sonrió.

Y Jungkook reaccionó.

¡Se había quedado dormido descaradamente en el hombro del chico! ¡Y en presencia de su mamá!

Que vergüenza, que vergüenza.

—¡Perdón! Yo... en verdad tenía mucho sueño, en serio perdóname, no fue mi intención. Que vergüenza, en serio perdón.— el niño tenía la cabeza gacha, Jimin estaba seguro de que si hubiesen estado de pie, el niño le estaría dando una reverencia.

—Eres la primera persona que escucho que se disculpa por dormir.— le sonrió, sin llegar a ser en modo de burla.— Ven, entremos.— le tendió la mano y el menor la tomó avergonzado.

Cuando bajaron del auto, Jungkook pudo admirar bien la propiedad. Tenía un gran, gran jardín. La casa era mediana, por lo que sabía, allí vivían 3 personas, así que era un tamaño adecuado. A lo lejos, vio a Ricky Moo corriendo junto a otro cerdito más grande que ella.

—Es el papá de Ricky Moo.— comentó mientras guiaba a Koo por el jardín.— Antes lo tenían mis abuelos, pero mi abuelo Dalmi prefirió dejarlo con nosotros para poder viajar un tiempo con la abuela Byeolmi. La mamá de Ricky Moo falleció hace un tiempo.— mencionó con tristeza.— Mmm... perdón si lo que te cuento no es de tu interés, solo es que me gusta hablar.

—Me gusta que me hables, así no me siento solo.— le sonrió con ojitos brillantes.— Oh y lamento lo de la mamá de Ricky Moo.— hizo una pausa.— Por cierto, ¿por qué le pusieron Ricky Moo?— rió despacio.

—Uhm es una tradición ¿sabes?— Jimin se sentó en una banca cerca de la entrada de la casa seguido de Koo.— Es una tradición familiar. Fue creada hace poco en verdad. Tener un cerdito con un nombre raro más el de algún cantante. Ricky es por Ricky Martin y Moo porque su naricita tiene una manchita negra que me recuerda a una vaca.

—Es la tradición más rara pero la más original que he oído.— sonrió tímido el menor.

—¿Quieres pasar? Vamos a comer algo.— Jungkook asintió y Jimin le agarró la mano nuevamente, adentrándose junto al pequeño a la casa.

Sin dudas era una casa hogareña. Las luces eran cálidas y tenía grandes ventanas que daban una vista completa hacia el jardín. Tenía muebles muy bonitos con fotos familiares e individuales encima de estos. En una de las paredes había una especie de árbol genealógico de las familias anteriores con cerditos, solo eran tres por el momento, Jungkook supuso que se iría agrandando.

—¡Hora de comer! ¡Los quiero a los dos a la mesa! ¡Ricky Moo, Enrique Papita, la fruta está servida!— Jungkook se asustó con la voz chillona de una mujer. Se asustó aún más cuando dicha mujer salió de la cocina y lo vio con ojitos brillantes para luego dar un gritito junto a un pequeño baile improvisado.

—¡Minnie trajo a un amigo! O novio... ¿Eres su novio?— le preguntó emocionada. Jungkook estaba en shock. Asustado, se esconde detrás de Jimin.

—Mamá lo asustas. Es mi amigo, se llama Jungkook.— sonríe cariñoso hacia su madre.

—Oh perdóname, cielito. Voy a servir otro plato. ¡Cariño acompáñame a la cocina!— grita aunque esté al lado de su pareja, quien la acompaña enseguida.